Un tesoro hist¨®rico ignorado del siglo IX o por qu¨¦ el ajedrez deber¨ªa ser Marca Espa?a
Las piezas de San Genadio demuestran que los ¨¢rabes trajeron el ajedrez a la Pen¨ªnsula en el VIII
Las cuatro piezas de San Genadio, escondidas en la comarca de El Bierzo, son probablemente las m¨¢s antiguas de Europa. Todo indica que anacoretas moz¨¢rabes las llevaron de Al ?ndalus a Le¨®n a principios del siglo IX. Ello demuestra que los musulmanes trajeron el ajedrez desde el principio de su invasi¨®n de la pen¨ªnsula Ib¨¦rica, en el siglo VIII. Y refuerza la evidencia de que Espa?a es fundamental para la historia de ese juego milenario. Pero casi todos sus ciudadanos lo ignoran.
El rey Alfonso X, El Sabio, dej¨® muy claro en su Libro de los juegos de acedrex, dados e tablas (Sevilla, 1283; el manuscrito se conserva en la Biblioteca de El Escorial) que el ajedrez era una magn¨ªfica herramienta para la buena convivencia de musulmanes, jud¨ªos y cristianos. Las piezas de San Genadio indican que eso ocurri¨® desde el principio: los monjes moz¨¢rabes (cristianos residentes en zonas ocupadas por los musulmanes) las copiaron y se las llevaron consigo cuando decidieron emigrar hacia el norte. Adem¨¢s, el ajedrez encajaba muy bien con la asc¨¦tica vida de los eremitas.
Dos siglos despu¨¦s, justo cuando Espa?a empez¨® a conocerse con ese nombre, durante el reinado de los Reyes Cat¨®licos, el ajedrez moderno (con las reglas casi id¨¦nticas a las actuales) naci¨® en Valencia (el historiador Jos¨¦ Antonio Garz¨®n ha dedicado gran parte de su vida a intentar demostrarlo) o en Salamanca (como sostiene Joaqu¨ªn P¨¦rez de Arriaga). La principal diferencia con el ar¨¢bigo era la incorporaci¨®n de la dama como la pieza m¨¢s potente del tablero en cuanto a sus movimientos, quiz¨¢ como homenaje a la reina Isabel (como defiende Govert Westerveld). En todo caso, no hay duda de que los espa?oles la llevaron a Am¨¦rica y a buena parte de Europa. El primer campe¨®n del mundo oficioso fue el cl¨¦rigo extreme?o Ruy L¨®pez de Segura (siglo XVI), a quien se supone pr¨®ximo a Felipe II porque en su corte se jugaba mucho al ajedrez.
Habr¨ªa, pues, argumentos de gran peso para que el ajedrez, cuya imagen est¨¢ muy ligada a la inteligencia, formase parte de la Marca Espa?a, el organismo dedicado a promover la imagen del pa¨ªs en el mundo. Y las cuatro piezas de San Genadio (dos torres, una de ellas rota en dos pedazos; un caballo; y un alfil) son el primero de esos argumentos si los ponemos en orden cronol¨®gico. Las mundialmente conocidas piezas de Lewis (que se conservan en museos de Londres y Edimburgo, y aparecen en una de las pel¨ªculas de Harry Potter) son del siglo XII. Y la que se encontr¨® en 2002 en el palacio romano de Butrint (Albania), datada en el a?o 465, dif¨ªcilmente puede ser de ajedrez porque no encaja con los datos conocidos, que sit¨²an los indicios m¨¢s antiguos sobre el juego en India y Persia hacia el siglo VI.
Por tanto, la afirmaci¨®n de que las piezas de San Genadio son las m¨¢s antiguas de Europa es bastante s¨®lida. Pero ese hallazgo apenas ha sido difundido en Espa?a, excepto brevemente durante la exposici¨®n de las Edades del Hombre en Astorga (Le¨®n), en 2000. ?Ocurrir¨ªa ese mismo desd¨¦n si las piezas fueran brit¨¢nicas, francesas o alemanas? Es improbable: las piezas de Lewis pueden verse en el British Museum de Londres y en la National Gallery de Edimburgo.
Y si las piezas de San Genadio son conocidas al menos por los estudiosos de la evoluci¨®n del ajedrez es gracias al incansable periodista e historiador leon¨¦s Miguel ?ngel Nepomuceno, quien empez¨® a seguir su pista desde 1958, hasta que por fin logr¨® verlas, tocarlas y fotografiarlas 34 a?os despu¨¦s, en 1992, gracias al cura Carlos Fern¨¢ndez, en la iglesia de Santiago de Pe?alba (comarca de El Bierzo). Las cuatro piezas en cinco trozos de hueso (cuerno de cabra) se guardan hoy celosamente en otra iglesia de la zona cuyo nombre no quiere desvelar Nepomuceno ¡°por motivos de seguridad¡±. El sentido com¨²n indica que esas piezas deber¨ªan ser reproducidas por un ebanista especializado ¡ªcomo ya propuso Nepomuceno a la Diputaci¨®n de Le¨®n y al Obispado de Astorga¡ª para exponer el original o su copia en Le¨®n, por un lado, y en alg¨²n museo espa?ol muy importante, por el otro. Pero ning¨²n organismo ha emprendido ese proyecto hasta ahora.
Algo m¨¢s de realce han merecido las piezas en cristal de roca fatim¨ª de Celanova, del siglo X, que se conservan en la catedral de Ourense. Tambi¨¦n hay evidencias de que el ajedrez lleg¨® en el siglo X hasta el ¨¢rea pirenaica de Catalu?a ¡ªen concreto, al condado de Urgel¡ª, y a San Mill¨¢n de la Cogolla (La Rioja), y es muy probable que unas piezas similares a las de San Genadio que se conservan en el Museo del Louvre (Par¨ªs) y en el Metropolitan de Nueva York procedan de los siglos X u XI. De hecho, el historiador espa?ol Manuel G¨®mez Moreno (1870-1970) data las piezas leonesas asimismo en el siglo X, pero Nepomuceno sostiene con fuerza que son del IX: ¡°O incluso ligeramente anteriores porque se desconoce si las piezas fueron hechas por los monjes en El Bierzo o ya las tra¨ªan del Sur. De cualquier modo, mi opini¨®n es que por su similitud con otras fatim¨ªs del S.IX, las de San Genadio pertenecen a esa ¨¦poca¡±.
El menosprecio de los espa?oles hacia su propio (y riqu¨ªsimo) patrimonio cultural e hist¨®rico es ya secular, y corre parejo al desd¨¦n por la ciencia (¡°Que inventen ellos¡±). Un ejemplo que une ambas desgracias, y a trav¨¦s del ajedrez precisamente, es el de Leonardo Torres Quevedo (1852-1936), uno de los inventores m¨¢s importantes del mundo en la primera mitad del siglo XX, mucho m¨¢s reconocido en los ambientes cient¨ªficos brit¨¢nicos, alemanes o franceses que en Espa?a. Adem¨¢s del primer ordenador anal¨®gico que jugaba al ajedrez (mal guardado, sin restaurar, en la Universidad Polit¨¦cnica de Madrid), el matem¨¢tico e ingeniero c¨¢ntabro invent¨® el primer mando a distancia, el transbordador de las cataratas del Ni¨¢gara y la tecnolog¨ªa de los globos Zeppelin, entre otras maravillas.
Dado que Espa?a es, desde 1988, el pa¨ªs del mundo que organiza m¨¢s torneos internacionales de ajedrez, y desde hace unos diez a?os la vanguardia mundial en ajedrez educativo, social y terap¨¦utico, realzar y difundir las piezas de San Genadio podr¨ªa ser un modesto primer paso hacia la autoestima en el ¨¢mbito hist¨®rico y cultural.
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