Madrid concentra la cuarta parte de conciertos de toda Espa?a
La gran baza de la ciudad radica en el inmenso goteo diario de conciertos medianos y peque?os
![Tequila, la semana pasada en Madrid.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/WR6UZ2OJAUWPZ7SVNSQC5SYXOE.jpg?auth=bf0afdd1b752257d6cc21b9f7e774631e5ab3e0ebf18f5ec1f3c594c55aa8072&width=414)
El gusto por la m¨²sica en vivo se ha convertido en fiebre en la Comunidad de Madrid, con la ventaja de que el fen¨®meno ni parece pr¨®ximo a remitir ni precisa en este caso del suministro de antipir¨¦ticos. A lo largo del a?o 2017, los aficionados a la m¨²sica popular pudieron escoger en la regi¨®n entre un total de 22.255 actuaciones, lo que representa m¨¢s de la cuarta parte (25,3%) de las celebradas en toda Espa?a. Los conciertos en suelo madrile?o superaron incluso a los celebrados en Andaluc¨ªa (20.741, el 23,6%), a pesar de que en aquella comunidad aut¨®noma residen casi dos millones m¨¢s de personas que en esta. Y casi duplican los datos de Catalu?a, donde, con 1,1 millones m¨¢s de personas, tuvieron que conformarse con 11.912 espect¨¢culos (13,5% del c¨®mputo estatal).
Los datos del m¨¢s reciente Anuario SGAE de las artes esc¨¦nicas, musicales y audiovisuales, el m¨¢s abrumador compendio estad¨ªstico sobre la cultura en Espa?a, permiten escudri?ar una preponderancia llamativa de Madrid en cuanto a la m¨²sica en directo. Las actuaciones de m¨²sica popular se resintieron de manera dolorosa en todo el pa¨ªs durante los a?os m¨¢s crudos de la crisis, con el agravante de que el sector no ha conseguido reactivarse ahora que la econom¨ªa afronta su reactivaci¨®n. Es m¨¢s, los 87.924 eventos de m¨²sica popular contabilizados el a?o pasado? en todo el pa¨ªs representan la cifra m¨¢s discreta despu¨¦s de toda una d¨¦cada de descenso ininterrumpido: en 2008, los espa?oles hab¨ªamos tenido ocasi¨®n de elegir entre un total de 138.613 conciertos.
En contraste con esta evoluci¨®n negativa, la asistencia a conciertos se ha apuntalado como una de las grandes pasiones culturales de los madrile?os. No solo es que el n¨²mero de espect¨¢culos se mantenga; adem¨¢s crecen, y mucho, tanto el n¨²mero de espectadores como el volumen de ingresos que genera el sector. Este ¨²ltimo indicador, en concreto, es muy llamativo. Los madrile?os se dejaron el ¨²ltimo a?o un total de 52,6 millones de euros en las taquillas de la m¨²sica popular, frente a los 34,8 y 40,3 millones, respectivamente, de los dos ejercicios previos. Los catalanes superan con claridad estas cifras, con un gasto de 67,2 millones, lo que quiere decir que el precio medio por concierto en Catalu?a es muy superior al que se registra en Madrid.
El fervor por los macroconciertos est¨¢ detr¨¢s de estos datos. La recaudaci¨®n ha crecido en la Comunidad de Madrid, en buena medida, por la consolidaci¨®n de este tipo de eventos, de los que la regi¨®n permanec¨ªa al margen hasta hace muy pocos a?os. De hecho, la segunda edici¨®n del MadCool concentr¨® en 2017 a un total de 135.000 asistentes que escogieron entre 64 conciertos, pero este festival a¨²n solo ocupa el octavo puesto en la clasificaci¨®n estatal.
Por ahora le superan eventos m¨¢s consolidados y multitudinarios como, por este orden, el Arenal Sound (Burriana, Comunidad Valenciana), el Rorotom Sunplash de Benic¨¤ssi,, el Primavera Sound barcelon¨¦s, el Vi?a Rock de Villarrobledo (Albacete), el FIB (tambi¨¦n en Benic¨¤ssim), el Medusa Sunbeach de Cullera y el Dreambeach de Almanzora (Almer¨ªa). Madrid todav¨ªa queda lejos del litoral mediterr¨¢neo en cuanto a su capacidad para generar eventos musicales de grandes dimensiones.
Cuatro millones de espectadores
La gran baza de la ciudad radica m¨¢s bien en el inmenso goteo diario de conciertos medianos y peque?os. Los recitales programados a lo largo de 2017 en la regi¨®n convocaron a m¨¢s de 4,2 millones de espectadores (un 15,8 por ciento del dato estatal), una evoluci¨®n muy positiva a partir de los 3,7 millones contabilizados en 2015 y los 3,9 millones de asistentes en 2016. A nivel nacional, 2017 fue el primer a?o de repunte en la audiencia de conciertos despu¨¦s de ocho a?os consecutivos en que esta cifra se hab¨ªa contra¨ªdo.
Los promotores y dem¨¢s agentes culturales madrile?os han acogido con optimismo y cautela los datos incluidos en el macroestudio de la SGAE. El responsable de Relaciones P¨²blicas de Live Nation (la principal agencia de conciertos) en Madrid, C¨¦sar Andi¨®n, entiende que el momento ¡°es bueno y esperanzador, aunque no podemos dormirnos en los laureles, sino consolidar¡±. A su juicio, la clave en esta evoluci¨®n positiva radica tanto en la diversificaci¨®n de la oferta como en la fortaleza de la escena nacional. ¡°Adem¨¢s de que hayan arraigado grandes festivales como el MadCool y el DCode, la clave en Madrid son las giras de clubes, esos peque?os promotores que son casi m¨¢s fans que empresarios¡±, reflexiona.
¡°La costumbre de acudir a salas no decae semana tras semana, y en paralelo los artistas espa?oles consiguen cifras arrolladoras en todos los estilos: desde Miguel Poveda a Fito y Fitipaldis, Mal¨², Izal o Taburete. Y con menci¨®n especial, claro, para Vetusta Morla¡±, a?ade. En opini¨®n de este portavoz de Live Nation, los 38.000 espectadores que los de Tres Cantos reunieron el pasado 23 de junio en la Caja M¨¢gica significan ¡°un punto de inflexi¨®n¡± para la historia madrile?a de la m¨²sica en vivo.
Manuel Notario, director de Hook Management (Izal, Elefantes, Miss Caffe¨ªna¡) con m¨¢s de tres d¨¦cadas de experiencia, tambi¨¦n considera que las estad¨ªsticas retratan una realidad muy alentadora. ¡°Todas las grandes giras ya pasan por aqu¨ª. La oferta de conciertos en la capital est¨¢ mejor que nunca, hasta el extremo de que todos hemos experimentado lo doloroso de que nos coincidan el mismo d¨ªa tres actuaciones a las que te gustar¨ªa asistir¡±, enfatiza. Y ¨¦l mismo lo constata con sus artistas. ¡°Madrid es el eje principal de cualquier gira. Cuando sepas el p¨²blico que conseguir¨¢s convocar en la capital, lo normal es que esa cifra se quede en la mitad en provincias. Incluso la regi¨®n vive un auge en cuanto al mercado veraniego. Con un grupo mediano puedes actuar un viernes en el sur de la Comunidad y el s¨¢bado en el norte, y conseguir una gran afluencia de p¨²blico en ambos casos¡±.
M¨¢s cauto se muestra en cambio Jos¨¦ Luis Carnes, que al frente de The Mad Note programa en salas peque?as docenas de grandes conciertos de artistas estadounidenses emergentes. Cree que existe ¡°un evidente boom de m¨²sica en vivo, m¨¢s despu¨¦s de que la crisis de la industria propiciara un descenso en la venta de discos¡±, pero teme que el fen¨®meno ¡°tenga un cierto ingrediente de moda, como un acto social m¨¢s, algo que sufrimos con todos aquellos que no van a escuchar m¨²sica sino a hacerse selfis, molestar con sus charletas y emitir ruidos m¨¢s propios de una barra de bar¡±.
Carnes entiende que el mercado ¡°se alimenta con los estilos m¨¢s comerciales y con bandas cl¨¢sicas para nost¨¢lgicos, mientras el aficionado alternativo se ve aturdido por una oferta desmedida¡±. Y concluye: ¡°La renovaci¨®n del p¨²blico es a¨²n muy pobre como para mirar el futuro con esperanza¡±.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.