La Comunidad de Madrid exige saber cu¨¢nto ganan los mendigos para descontarlo de sus ayudas

La Comunidad de Madrid est¨¢ preguntando a personas sin techo cu¨¢nto ingresan por practicar la mendicidad, cantar en el metro o recoger chatarra. Los solicitantes de la Renta M¨ªnima de Inserci¨®n (RMI) ¡ªde 400 euros¡ª se encuentran con la sorpresa de que deben presentar una declaraci¨®n jurada de sus beneficios en la calle, como si fuera un trabajo corriente. Ante el temor de quedar expulsados del tr¨¢mite, acaban por declarar una cantidad al azar que despu¨¦s se les descontar¨¢ con creces de la prestaci¨®n.

Quienes viven en la calle se ven sumergidos con este requerimiento en un enredo burocr¨¢tico para tratar de cobrar el subsidio que garantiza unos ingresos m¨ªnimos a quienes no los tienen. Los pobres tienen que demostrar que lo son hasta las ¨²ltimas consecuencias.

En un documento al que ha tenido acceso EL PA?S, fechado el 20 de agosto, la Direcci¨®n General de Servicios Sociales le da a un mendigo un plazo de 10 d¨ªas para que cuantifique sus ingresos mensuales. La cantidad que declare se le computar¨¢, como se especifica en la ley, como m¨ªnimo al 70% del importe vigente del Indicador P¨²blico de Renta de Efectos M¨²ltiples (376 euros).

Eso quiere decir que si un mendigo asegura que trabaja unas 20 horas a la semana (media jornada laboral) y saca unos 100 euros al mes, la administraci¨®n interpretar¨¢ que ingresa 190 euros, que se le descontar¨¢n de los 400 que podr¨ªa llegar a recibir. Las organizaciones que luchan contra la exclusi¨®n social dicen que se trata de una manera de fiscalizar a los m¨¢s necesitados, alargar el tr¨¢mite para cobrar la renta y, de paso, descartar candidatos.

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La Consejer¨ªa de Pol¨ªticas Sociales, a trav¨¦s de una portavoz, explica que quieren saber cu¨¢nto ganan porque as¨ª lo recoge el decreto por el que se rige la RMI. Seg¨²n el Gobierno regional, esto se lleva preguntando "desde siempre": "Por ejemplo, un chatarrero que declara ganar 100 euros al mes, con unas tablas de las que se dispone se le calcula la RMI. Si al mes siguiente esa persona declara que ya no gana ese dinero, se le vuelve a calcular la RMI respecto a su nueva situaci¨®n econ¨®mica y familia", abunda la portavoz.

Los responsables de las organizaciones que trabajan directamente con los sin techo consideran que se trata de un uso abusivo de la ley. Esta indica, literalmente, que en el supuesto de que haya ingresos que no se puedan computar se presentar¨¢ una declaraci¨®n jurada de los ingresos obtenidos en el ¨²ltimo mes. En ese escrito deben hacer constar el n¨²mero de horas y de d¨ªas que dedican a esas actividades. Como cualquiera que va al tajo.

Luis S¨¢enz, de la asociaci¨®n RMI Tu Derecho, explica que la Administraci¨®n pregunta a las personas sin ingresos ni ahorros c¨®mo han logrado mantenerse hasta ese momento. "Insin¨²an que si no declaran ning¨²n tipo de ingreso es que los tienen pero los ocultan". Es habitual que el afectado, por temor a que no le concedan la ayuda, diga, aunque sea mentira, que pide en la calle, que toca en el metro o recoge ferralla para vender a un chatarrero. De alguna manera ha tenido que subsistir.

"Entonces es cuando se hace un uso torticero del reglamento. Esa declaraci¨®n de ingresos est¨¢ pensada para actividades econ¨®micas sumergidas, en negro, sin registrar en seguridad social o IRPF, pero se est¨¢n metiendo ahora estos tipos de actividades de mera supervivencia que dif¨ªcilmente pueden considerarse econ¨®micas", se queja S¨¢enz.

Ignacio, de 49 a?os, se dio de bruces con este muro burocr¨¢tico. Vive en la calle desde 2010. Duerme durante el verano en los alrededores del estadio Santiago Bernab¨¦u y los inviernos los pasa en un albergue. Se dedic¨® durante un tiempo a cuidar a personas mayores pero poco a poco dejaron de llamarle y hace mucho que no tiene empleo. La primera vez que tramit¨® la renta le dijo a su trabajadora social que recog¨ªa chatarra. Ignacio, nombre ficticio, sacaba entre dos y tres euros al d¨ªa. Reconocer aquello solo le trajo problemas a la hora de la tramitaci¨®n. Dej¨® morir aquel proceso que ve¨ªa condenado al fracaso e inici¨® otro en el que simplific¨® las cosas. "Ni chatarra ni chatarro. Pobre y punto".

Ignacio no tiene mayores pretensiones: "Quiero 400 euros para alquiler una habitaci¨®n, pagar el abono y vivir como una persona normal y corriente".

Desde la Red Madrile?a de Lucha contra la Pobreza entienden que el Gobierno regional est¨¢ aplicando la ley de forma restrictiva. "Entendemos que la normativa se est¨¢ utilizando para inspeccionar la vida de los pobres en vez de ayudarles a mejorar su situaci¨®n. Entramos en situaciones absurdas como esta de pedirles cu¨¢nto ganan pidiendo en la calle. Da verg¨¹enza", dice ?ngel Hern¨¢ndez, coordinador de la red.