De profesi¨®n, garantizar que puede pasar la luz
Hay gremios que trabajan con elementos transparentes, como los ¨®pticos
La transparencia ha nacido ¡°de la corrupci¨®n, que es la que ha acabado conduciendo a todos estos nuevos procesos pol¨ªticos¡±, como la publicaci¨®n del patrimonio y los curr¨ªculos de los dirigentes, la facilitaci¨®n de las cuentas p¨²blicas o la participaci¨®n de los ciudadanos en la toma de decisiones. Eso es lo que sostiene Andr¨¦s Mart¨ªnez, joyero colombiano establecido en Alicante. En su trabajo, la transparencia consiste en el grado de pureza de un diamante. Y por tanto, en su valor. ¡°La sociedad estaba harta y ha exigido cuentas claras¡±, dice. A su juicio, ¡°no es posible que en solo tres meses hayan tenido que dimitir dos ministros y otros dos est¨¦n en el punto de mira¡±. Pero, en su opini¨®n, ¡°est¨¢ bien que dimitan, porque de esa manera han asumido su error y han dejado espacio a otras personas que est¨¢n m¨¢s limpias¡±. ¡°Eso demuestra que las cosas se est¨¢n moviendo¡±, sentencia.
A diferencia del ¨¢mbito pol¨ªtico, donde la transparencia todav¨ªa no tiene acepci¨®n propia en el diccionario de la Real Academia, el sector de la joyer¨ªa no es el ¨²nico que ha incorporado la transparencia a su argot desde hace siglos. En el campo de la optometr¨ªa, una lente sirve para corregir defectos de visi¨®n. ¡°Por supuesto que debe estar expuesto el sueldo de los pol¨ªticos y su patrimonio¡±, defiende Esteban Ramos, gerente de una ¨®ptica y presidente de la Asociaci¨®n de Empresarios de ?ptica de la Provincia de Alicante (AESOP). ¡°E incluso, no s¨¦ hasta qu¨¦ punto, el de sus familiares m¨¢s allegados¡±, contin¨²a. ¡°As¨ª, se evitar¨ªan problemas de desconfianza¡±.
Ramos extiende esa nitidez a ¡°los contratos y facturas p¨²blicas, que deben estar claras porque se realizan con nuestros impuestos, con nuestro dinero¡±. Tambi¨¦n piensa que debe ejercerse m¨¢s control sobre ¡°el estricto cumplimiento de horarios y objetivos entre los funcionarios de todo rango¡±. E igualmente, ¡°el pol¨ªtico debe informar tambi¨¦n cuando ejecuta alguna obra, especialmente cuando exige peque?os sacrificios, como por ejemplo, al levantar una acera para tender un cableado. Esas molestias se pueden paliar si la gente comprende que se hacen en su beneficio¡±, arguye.
"La dimisi¨®n de dos ministros refleja que hay un cambio", afirma un joyero
En todo este proceso, sin embargo, los ciudadanos detectan dos problemas. El primero, la fiabilidad. ¡°?C¨®mo sabemos si lo que nos dicen es real? ?C¨®mo sabemos si nos podemos fiar de lo que nos dicen?¡±, se pregunta Verena Saura, traductora. En su oficio, la transparencia supone comunicaci¨®n y entendimiento. Y, en el caso de un juicio, les obliga a firmar una declaraci¨®n jurada en la que confirman que su traducci¨®n ¡°es sincera y fiel¡±. De ah¨ª que proponga que la transparencia pol¨ªtica est¨¦ sometida ¡°al mismo proceso que los estudios cient¨ªficos¡±. Saura demanda ¡°un protocolo de control y verificaci¨®n riguroso y objetivo, que sea fiable¡±.
"Saber el patrimonio de los pol¨ªticos evita desconfianzas", opina un ¨®ptico
El segundo problema lo plantea Diego Mart¨ªnez, jubilado que ayuda a su hijo a regentar una empresa de cristaler¨ªa. Se trata de la distancia existente entre los altos cargos y la calle. ¡°Los pol¨ªticos no se dan cuenta de si las personas padecen o no¡±, protesta. ¡°Deber¨ªan escucharnos m¨¢s¡±. En su gremio, la transparencia equivale a luz, calor y protecci¨®n contra los elementos. Con la participaci¨®n ciudadana, ¨¦l tambi¨¦n se sentir¨ªa m¨¢s protegido si se escucharan sus opiniones. ¡°Para que las pensiones, por ejemplo, no suban solo de palabra¡±, subraya.
Tambi¨¦n eleva la voz Luc¨ªa Botella, dise?adora de ropa, un sector en el que la transparencia es sensualidad y sugerencia. Pide m¨¢s ayuda a las peque?as empresas. ¡°Si nos facilitaran las contrataciones de empleados¡±, se?ala, ¡°podr¨ªamos contribuir a rebajar las cifras del paro¡±. Ahora, no puede ni enfermar, confiesa, ¡°no habr¨ªa quien abriera la tienda¡±. Esa dedicaci¨®n provoca que Botella ¡°nunca¡± haya participado en proyectos de participaci¨®n ciudadana, aunque le ¡°gustar¨ªa¡±. Es el com¨²n denominador en todas las opiniones recogidas. No tienen tiempo. ¡°A pie de calle trabajamos como negros para poder salir adelante¡±.
Una traductora plantea someter a verificaci¨®n los anuncios pol¨ªticos
Hasta el Evangelio hace pol¨ªtica
"Cada vez que pienso en estos asuntos", cuenta el ¨®ptico Esteban Ramos, "recuerdo la serie Yo, Claudio". "En un cap¨ªtulo", prosigue, "el emperador dice que no puede entender un sobrecoste de un 20%". La serie tiene m¨¢s de 40 a?os. La corrupci¨®n que narra, veinte siglos. Tambi¨¦n se remonta hasta la misma ¨¦poca Jos¨¦ Luis Azor¨ªn, p¨¢rroco de San Gabriel. "Todos somos pol¨ªticos. El ciudadano est¨¢ obligado a dar su voz. Hasta el Evangelio tiene implicaciones pol¨ªticas", sostiene.
En su caso, la transparencia se aplica en el confesionario. Y tambi¨¦n en la sacrist¨ªa, dice. ¡°En la parroquia estamos obligados a presentar las cuentas a los feligreses, como m¨ªnimo, una vez al a?o. Para que la gente sepa en qu¨¦ gastamos el dinero. Es su derecho y nuestra obligaci¨®n¡±. ¡°El Papa atac¨® a los pol¨ªticos corruptos y dijo que no es buen cristiano el que no paga impuestos¡±, contin¨²a. Su experiencia le dice tambi¨¦n que ¡°hay que alimentar la participaci¨®n, porque la gente es muy indiferente¡±. Y propone de objetivo a los m¨¢s necesitados. ¡°Una sociedad que no se preocupa de los m¨¢s d¨¦biles est¨¢ enferma¡±.
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