El se?or de los pantalones de Malasa?a

A Juan P¨¦rez (Alicante, 70 a?os) le gusta que le llamen ¡°el se?or de los pantalones de Malasa?a¡±. Vive en la calle Pez desde hace 30 a?os, cuando se mud¨® a Madrid por un desamor, y se ha propuesto colocar plantas en todos los alcorques que est¨¢n en la acera de la calle, creando peque?os jardines que mantiene con la ayuda de todos los vecinos. Tras ponerse el sol, riega las plantas. "Dos veces por semana en invierno y una vez al d¨ªa en verano", se?ala.

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P¨¦rez es Ingeniero del Colegio Oficial de Ingenieros T¨¦cnicos Industriales de Madrid. Desde hace cinco a?os est¨¢ jubilado y su perra Alaska le acompa?a cada d¨ªa para ponerle m¨¢s verde al barrio. Empez¨® en marzo de este a?o. "Caminaba por la calle Pez y siempre ve¨ªa los alcorques llenos de porquer¨ªa, como si fueran un basurero. Se me ocurri¨® ir a un huerto urbano del que formo parte y traer de all¨ª peque?as plantas para plantar en la calle", explica. Hace dos a?os, P¨¦rez gan¨® un concurso del Ayuntamiento para utilizar un solar como huerto urbano en el pueblo de Fuencarral, en el que se plantan calabacines, tomates y flores.

Le sorprendi¨® que las zonas en las que interven¨ªa se convirtieran en puntos m¨¢s limpios. "Empec¨¦ a ver que donde yo pon¨ªa plantas la gente ya no tiraba las colillas del cigarrillo y no entraban los perros¡±, dice. "Cuando se pon¨ªa verde el espacio, la gente lo empezaba a respetar". La idea de introducir maceteros reusando ropa se le ocurri¨® despu¨¦s. "Un d¨ªa ten¨ªa unos pantalones viejos que los iba a tirar y vi una maceta y prob¨¦ a ver si cambian dentro. Y me dije: necesito unos zapatos viejos. Los fij¨¦ y vi que parec¨ªan medio cuerpo de una persona".

Los fines de semana, a?ade, a veces desaparece alguno. ¡°Mis macetas son una forma de hacer comunidad porque entre todos los cuidamos de forma an¨®nima", afirma. Los primeros d¨ªas ¡°la gente pasaba y se hac¨ªa fotos extra?ados", recuerda. Hoy el ventanal del antiguo bar El Palentino, que cerr¨® en marzo, est¨¢ cubierto por plantas en zapatos.

A P¨¦rez se le acab¨® la ropa vieja y ahora los vecinos le dejan pantalones y zapatos en la esquina de su casa para que prosiga su labor.