De Rey del Cachopo a ¡®disc¨ªpulo¡¯ de Arzak: la falsa vida de C¨¦sar Rom¨¢n en Zaragoza
C¨¦sar Rom¨¢n se present¨® como cocinero venezolano y justificaba su acento ib¨¦rico como herencia de padres gallegos emigrados
El nuevo pinche de cocina se dec¨ªa disc¨ªpulo de Juan Mari Arzak. Llamaba a su maestro Chemari, en se?al de compadreo. Hab¨ªan brindado muchas veces con txakoli despu¨¦s de noches de mucho trabajo. En su curr¨ªculum brillaban sus a?os bajo la batuta de uno de los mejores chefs de Espa?a. El jefe que le hab¨ªa contratado, sin embargo, comenz¨® a mosquearse cuando vio al pinche incapaz de memorizar los tres sencillos pasos para elaborar un hojaldre de rape en condiciones. Cuando repasaba los errores que hab¨ªa cometido, solo pod¨ªa tener un comentario jocoso: "?Este ni ha pasado por la puerta de Arzak!".
El ¨²ltimo escondite de C¨¦sar Rom¨¢n fue la cocina del Gerardo, un restaurante de Zaragoza. Buscado por el asesinato de Heidi Paz, una hondure?a de 25 a?os cuyo cad¨¢ver fue descuartizado, en los ¨²ltimos meses hizo lo que mejor sabe: inventarse una vida. Se present¨® ante sus jefes como Jos¨¦ Rafael Rujano Contreras, natural de Maracaibo, Venezuela. Dijo que su padre regentaba all¨ª una taberna que ech¨® el cierre tras su muerte. Ese recuerdo -falso- hac¨ªa que se le humedecieran los ojos.
La ficci¨®n de Rom¨¢n se desmoron¨® el viernes, cuando la polic¨ªa lo detuvo. En la peque?a cocina del Gerardo, encajonada al final de la barra, todav¨ªa cuelga el mandil y el gorro de ayudante de cocina que usaba. Este viernes se person¨® ante la jueza de guardia que se ha hecho cargo del caso en Zaragoza, que decret¨® su ingreso en prisi¨®n. A continuaci¨®n se inhibi¨® para que la causa vuelva a Madrid, donde se investiga el asesinato de su ¨²ltima pareja.
El abogado que ha elegido Rom¨¢n, Javier Notivoli, defensor en otras causas medi¨¢ticas como el crimen de Fago, coment¨® por tel¨¦fono que Rom¨¢n pasar¨¢ la noche en la c¨¢rcel de Zuera, en Zaragoza, y en 72 horas a partir del lunes se celebrar¨¢ una vistilla en Madrid para determinar si contin¨²a en prisi¨®n. Est¨¢ imputado por asesinato.
Antes de verse esposado, C¨¦sar Rom¨¢n, de 45 a?os, hab¨ªa dejado atr¨¢s sus m¨²ltiples vidas basadas siempre en el enga?o. La ¨²ltima, la de empresario de ¨¦xito que cocinaba los mejores cachopos de Espa?a, un plato asturiano. De ah¨ª lo de El Rey del Cachopo. En ese punto de su vida, sus fantas¨ªas y la realidad hicieron contacto: el ¨¦xito era palpable. En muy poco tiempo lo populariz¨® y lo expandi¨® por todo Madrid. Se convirti¨® en un tipo medianamente reconocido en la hosteler¨ªa local. El problema es que todo lo hab¨ªa cimentado en la mentira y una conducta ca¨®tica que lo llev¨® directo a la quiebra. Gener¨® un sinf¨ªn de deudas que ahora le persiguen. Su presunta autor¨ªa en un asesinato es el culmen macabro de un proceder err¨¢tico, indetectable a la l¨®gica.
Sin embargo, ¨¦l no se daba por enterado en su escondite zaragozano. Mientras preparaba tapas tarareaba rumbas de Bord¨®n 4, un grupo emparentado con Los Chichos. Justificaba su acento ib¨¦rico como herencia de sus padres gallegos emigrados a Venezuela. Tomaba cervezas en el pub Karibu, donde adquiri¨® confianza con el due?o, Jes¨²s, que fue quien le recomend¨® en el Gerardo. Viv¨ªa en un piso compartido a dos calles de su trabajo, aunque por alg¨²n tipo de precauci¨®n dio una direcci¨®n falsa a sus empleadores. Bromeaba sobre su altura (151 cent¨ªmetros) pidi¨¦ndole a los compa?eros que le ataran un arn¨¦s mientras sub¨ªa a las escaleras. Dec¨ªa tener una nueva novia en el municipio de La Muela, con la que visitaba lugares cercanos a Zaragoza, como Caspe. ¡°?Qu¨¦ bonito!¡±, dijo tras esa supuesta excursi¨®n.
En su empleo era ordenado, puntual, pero no cumpl¨ªa con sus est¨¢ndares de calidad que ¨¦l mismo se hab¨ªa impuesto. El curr¨ªculum que entreg¨® el primer d¨ªa estaba guardado en un caj¨®n y Rom¨¢n se encarg¨® de recuperarlo a escondidas. Su intuici¨®n de fugado a veces emit¨ªa se?ales de alarma. Cuando la polic¨ªa registr¨® su mochila lo encontr¨® junto a un tel¨¦fono m¨®vil y una cartera. Su disfraz de venezolano -pelo rapado, barba, p¨¦rdida importante de peso- lleg¨® a despistarlos. Los agentes que lo agarraron tuvieron que entrar en dos ocasiones en el restaurante porque a la primera dudaron de que fuera la persona que buscaban.
Rom¨¢n -Rafael Rujano a esas alturas- andaba corto de dinero. Pidi¨® un adelanto a los due?os del Gerardo, Raquel Contreras y Miguel ?ngel Sierra. Dec¨ªa que sus caseros amenazaban con desahuciarle. Firm¨® haber recibido un pago de 450 euros en mano, porque todav¨ªa dec¨ªa no tener disponible un n¨²mero de cuenta en la que ingresarle el sueldo. Ese papel garabateado permanece como un recuerdo m¨¢s de las andanzas de Rom¨¢n.
¡°Chocaba mucho con mi marido porque es muy perfeccionista. Un timbal tiene que salir de manera derecha y este lo pon¨ªa torcido. Ten¨ªa que estar muy encima de ¨¦l en la cocina", cuenta Raquel Contreras, aliviada por dar el aviso de que un pr¨®fugo se escond¨ªa en su cocina. En total trabaj¨® ah¨ª un mes exacto, exceptuando los tres d¨ªas laborales en los que estuvo de baja por enfermedad. "?Ahora que por fin hab¨ªa aprendido algo este muchacho!", dice Sierra, el cocinero en jefe. De inmediato muda la cara y se pone serio: se alegra de coraz¨®n de no tenerlo entre sus fogones.
La familia de la v¨ªctima denuncia suplantaci¨®n de identidad
La familia de la v¨ªctima, Heidi Paz, una joven que deja dos hijos de corta edad, denunci¨® este s¨¢bado que hab¨ªa gente en su pa¨ªs haci¨¦ndose pasar por ellos para recaudar dinero. En un programa de la televisi¨®n hondure?a, que fue replicado por algunas cadenas espa?olas, una mujer que dice apellidarse Paz ped¨ªa ayuda para recaudar 45.000 euros con los que repatriar el cad¨¢ver de la novia de Rom¨¢n -por ahora solo ha aparecido el tronco, que fue lo que motiv¨® la identificaci¨®n de la v¨ªctima y la orden de captura contra el conocido como? Rey del Cachopo. "Han suplantado nuestra identidad. Le pedimos que nadie les haga caso", pidi¨® Vanessa Paz, hermana de Heidi.
La familia, por su parte, ha abierto una cuenta en la oficina de La Caixa de la calle Maqueda, en Madrid, en la que piden donaciones para ayudar a la madre, Gloria Bulnes. La mujer ha pasado por aut¨¦ntico calvario durante todo este tiempo en el que no sab¨ªa a ciencia cierta si el t¨®rax encontrado en agosto en una de las naves de Rom¨¢n pertenec¨ªa su hija. A menudo, a trav¨¦s de su hija Vanessa, que ha hecho de portavoz, se ha quejado de la demora en la investigaci¨®n.
Bulnes se prest¨® a las pruebas de ADN a mediados de septiembre, un mes despu¨¦s del hallazgo de los restos, y fueron casi dos meses de espera en los que dijo no tener muchas noticias. El silencio de los investigadores le hizo temerse lo peor. En la semana posterior a la identificaci¨®n definitiva -seg¨²n fuentes policiales hubo dudas del forense, lo que retras¨® el caso- intensific¨® sus reclamos y, finalmente, el jueves pasado, le fue comunicado que su hija hab¨ªa sido asesinada.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.