Gloriosa fiesta barroca con poco p¨²blico

Alrededor de 900 espectadores, siendo optimistas -la mitad del aforo de la sala Pau Casals- asistieron en la tarde del domingo al extraordinario concierto de Ottavio Dantone y la Accademia Bizantina. Una pena, porque merec¨ªa m¨¢s p¨²blico la gloriosa versi¨®n de Marc?Antonio e Cleopatra, joya barroca del compositor alem¨¢n Johan Adolf Hasse, rescatada y dirigida con talento desde el clave por Dantone. En la gran fiesta l¨ªrica brillaron como solistas la contralto francesa Delphine Galou y la mezzosoprano austriaca Sophie Rennert.?

Cuando la taquilla flojea de forma alarmante en una propuesta art¨ªstica de m¨¢xima calidad -lo era esta cita de la temporada de M¨²sica Antigua-, hay serios motivos para la preocupaci¨®n. ?No hay p¨²blico suficiente en una ciudad que tanto presume de capital cultural, repleta de turistas, para llenar el Auditori en un concierto tan extraordinario? Tampoco van bien las cosas en el Liceo -la taquilla va mal con Katia Kabanova, de Jan¨¢cek-, y tambi¨¦n cuecen habas en el Palau si no hay divos por medio.

Dejando a un lado esta preocupante cuesti¨®n, la excelencia art¨ªstica en lo vocal y en lo orquestal dej¨® al p¨²blico con la boca abierta. Versi¨®n ¨¢gil, con vuelo r¨ªtmico ajustado a la expresividad de una acci¨®n argumental que glosa la apasionada relaci¨®n entre el militar romano y la ex¨®tica reina de Egipto a trav¨¦s de recitativos, arias y d¨²os de gran belleza y asombroso virtuosismo.?

No en vano, las ¨®peras de Hasse, admirado por Bach, tuvieron como ardiente defensor al legendario castrado Farinelli, que en 1725 estren¨® esta serenata a due voci junto a la famosa contralto Vittoria Tesi, La Fiorentina. La aterciopelada voz de Delphine Galou, de tonalidades oscuras y brillo en los agudos, dio vida a un Marco Antonio de gran efecto y dominio t¨¦cnico, en plena sinton¨ªa con la notable Cleopatra de Sophie Rennert, que sustitu¨ªa en el papel al contratenor Valer Sabadus.

Ante la cantidad de butacas vac¨ªas, habr¨ªa sido todo un detalle invitar a ocupar localidades m¨¢s cercanas al escenario a los espectadores desperdigados por los laterales o las ¨²ltimas filas del anfiteatro. Lo merec¨ªa, incluso por razones de ambiente y calidez ac¨²stica,la fascinante versi¨®n de esta deliciosa partitura rescatada de un injusto olvido.?