Nunca he probado chino
Lo visit¨¦ por primera vez cuando no hab¨ªa salido del armario ante mi familia
En Torrevieja, cerca de un McDonalds con autoservicio, se alza un edificio de arquitectura china inspirado en la sala de la suprema armon¨ªa del Palacio Imperial. Un monumento exotificado por su entorno, sus rasgos, sus ornamentos, que imitan un regionalismo lejano. El palacio esconde un restaurante wok y un buffet libre, erigido inc¨®modamente en mitad de la carretera, junto a la rotonda de la calle Escorpiones, rodeado de arquitectura moderna, carteles publicitarios de empresas inmobiliarias y hoteles de paso. Lo visit¨¦ por primera vez cuando estaba conociendo a un chico en mi segundo a?o de carrera, cuando no hab¨ªa salido del armario ante mi familia y la ¨²nica experiencia que hab¨ªa tenido era una relaci¨®n ciberplat¨®nica con un tal Jose, al que conoc¨ª en el chat de Terra a los 14 a?os. Y en qu¨¦ momento.
Volviendo a este chico, al que llamaremos Miguel: le conoc¨ª en clase de Historia II y, si os soy honesto, nunca me fij¨¦ en ¨¦l. Pero, como Clementine Kruczynski en la pel¨ªcula de ?Olv¨ªdate de m¨ª! me atra¨ªa la idea de que alguien se hubiera fijado en m¨ª. El peligro amarillo, la demonizaci¨®n y la ridiculizaci¨®n de los asi¨¢ticos del este, en la cultura y en los medios, hab¨ªa distorsionado la forma en la que me percib¨ªa a m¨ª mismo y c¨®mo entend¨ªa mis rasgos asi¨¢ticos. En otras palabras: ten¨ªa la autoestima por los suelos y me sent¨ªa indeseable.
El asi¨¢tico cis-hombre ¡ªemasculado, afeminado, con el pene min¨²sculo¡ª siempre evitado en aplicaciones de ligue por aquellos hombres homonormativos ¡ªno quiero debatirlo m¨¢s: no son preferencias, es racismo¡ª. Por todo ello, acced¨ª a salir con Miguel: sent¨ªa que si no aprovechaba esta situaci¨®n, no tendr¨ªa m¨¢s posibilidades de poder conocer a alguien.
Es gracioso c¨®mo una historia que podr¨ªa resultar muy personal, con el paso del tiempo, acaba siendo un hecho com¨²n para muchas personas racializadas: esa mirada fetichista hacia nuestros cuerpos y rasgos, hacia nuestra cultura.
En el caso de Miguel, despu¨¦s de nuestra primera cita descubr¨ª que no sal¨ªa conmigo porque sintiera atracci¨®n hacia m¨ª sino porque le atra¨ªan los asi¨¢ticos. Mientras estaba en el buffet libre sirvi¨¦ndome un plato de arroz tres delicias, ¨¦l me segu¨ªa escribiendo por el m¨®vil ¡ª¡°Jam¨¢s he probado chino, pero no me importar¨ªa¡±¡ª.
A esto lo llaman el Yellow fever fetish, no confundir con la fiebre amarilla. Este fetichismo consiste en el inter¨¦s, la obsesi¨®n o la preferencia hacia personas asi¨¢ticas. Y, c¨®mo no, es problem¨¢tico porque contribuye a una cultura de violencia (al igual que los chistes que vulneran a aquellas personas que han sido consideradas minor¨ªas, y por ello s¨ª que siento que deber¨ªan existir l¨ªmites en el humor, pero eso lo hablaremos en otro momento). En ese momento, dentro de un buffet, decid¨ª no volver a verle m¨¢s. ¡°Jam¨¢s conocer¨¢s a otra persona que te quiera¡±, me dijo. Y yo, esperando al plato de wok en aquel palacio en Torrevieja, me sent¨ªa como el palacio mismo: un monumento exotificado, en mitad de la nada. Ahora soy un poco m¨¢s consciente de que no ocupaba ese espacio porque quisiera, sino porque la sociedad me hab¨ªa colocado ah¨ª.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.