La l¨ªnea dura del independentismo se impone al sector m¨¢s posibilista

El desenlace de los Presupuestos Generales del Estado, cuya estocada final fue la negativa de Esquerra y el PDeCAT a su tramitaci¨®n, no solo ha tenido como consecuencia el adelanto electoral. Tambi¨¦n ha puesto ante el espejo a un secesionismo que a¨²n se debate entre la corriente partidaria de la confrontaci¨®n y la que se abre a cierto posibilismo. Esta segunda pulsi¨®n triunf¨® el pasado junio, cuando sali¨® adelante la moci¨®n de censura contra Mariano Rajoy. La de mantener el pulso al Estado se impuso el mi¨¦rcoles ¡ªen pleno arranque del juicio del proc¨¦s¡ª con el ¡°no¡± a debatir las cuentas de Pedro S¨¢nchez.

¡°No debimos dejar la negociaci¨®n en manos de alguien que no es del PDeCAT¡±, lamenta una fuente del partido en referencia a Elsa Artadi, la portavoz del Govern. La relaci¨®n entre los neoconvergentes m¨¢s posibilistas y el entorno del expresident Carles Puigdemont ¡ªhuido a B¨¦lgica¡ª nunca ha sido f¨¢cil. El viernes 8 de febrero, cuando las conversaciones entre La Moncloa y la Generalitat llegaron a punto muerto, desde el PDeCAT se intent¨® abrir una v¨ªa directa, como hac¨ªan en la ¨¦poca de su antecesor, Converg¨¨ncia i Uni¨®.

Pero desde el Gobierno les hicieron saber que ya era tarde. ¡°Nos encontramos a un PSOE que ya se encontraba en modo electoral¡±, explica esa misma fuente. El pasado martes, in extremis, el presidente de los neoconvergentes, David Bonveh¨ª, y el l¨ªder de Podemos, Pablo Iglesias, propusieron un nuevo acuerdo. Incluso lo llegaron a consultar con Puigdemont y Artadi, que lo rechazaron. El independentismo posibilista perd¨ªa la pelea.

Tanto en Esquerra Republicana de Catalunya (ERC) como en el PDeCAT ya hab¨ªan decidido hace meses rechazar las cuentas. Permitir la tramitaci¨®n de los Presupuestos era otra cosa. El Govern y las dos formaciones independentistas, imbuidas en pleno di¨¢logo con el Gobierno de Pedro S¨¢nchez, ve¨ªan en el debate en las Cortes una forma de ganar tiempo. Tras la llegada de S¨¢nchez, los dos partidos advirtieron que su voto final ser¨ªa negativo, salvo que hubiera ¡°un gesto¡± hacia los pol¨ªticos en prisi¨®n preventiva y hacia la autodeterminaci¨®n.

Cambios en ERC

Tras el oto?o de 2017, la etapa m¨¢s convulsa del proc¨¦s ¡ªcon el refer¨¦ndum del 1-O, la declaraci¨®n unilateral de independencia y la posterior aplicaci¨®n del art¨ªculo 155 de la Constituci¨®n¡ª, las voces m¨¢s posibilistas en el independentismo se hicieron o¨ªr. ERC, por ejemplo, plasm¨® ese cambio de paradigma en su campa?a para las elecciones auton¨®micas del 21-D. Los republicanos optaron por aparcar la v¨ªa unilateral y se lanzaron a ensanchar la base de su proyecto pol¨ªtico, conscientes de que era necesaria no solo una mayor¨ªa parlamentaria sino tambi¨¦n una amplia mayor¨ªa social.

Los republicanos part¨ªan de una premisa: gobernar y gestionar bien permite sumar m¨¢s ciudadanos al independentismo. En el PDeCAT, sin embargo, la divisi¨®n era mayor entre el rupturismo propugnado por Puigdemont y un ala m¨¢s pragm¨¢tica, silenciosa y sin un l¨ªder claro.

La moci¨®n de censura contra el Gobierno de Rajoy, motivada por la sentencia del caso G¨¹rtel, fue gestionada por las sensibilidades m¨¢s pactistas. El expresident Puigdemont nunca le perdon¨® a la exl¨ªder del PDeCAT, Marta Pascal, que facilitara el ¨¦xito de la votaci¨®n que llev¨® a S¨¢nchez a La Moncloa. Esta circunstancia, de hecho, fue una de las razones por las cuales decidi¨® defenestrarla.

Los sectores m¨¢s hiperventilados del independentismo ven cualquier intento de acercamiento como una traici¨®n. El apoyo de los republicanos deriv¨® en una ola de mensajes en las redes sociales contra el veterano l¨ªder de ERC en el Congreso Joan Tard¨¤: ¡°Botifler, traidor, mentiroso...¡±. ¡°Cuando mi equipo me comenta insultos por parte de algunos independentistas no salgo de mi asombro¡±, escribi¨® desde la c¨¢rcel Oriol Junqueras.

Lucha por la hegemon¨ªa

Esa hipersensibilidad al insulto no es un mero asunto de piel fina. En juego est¨¢ la lucha sin cuartel entre el espacio neoconvergente y ERC por la hegemon¨ªa independentista. Aunque Artadi y el vicepresidente del Govern, Pere Aragon¨¨s, compart¨ªan mesa de di¨¢logo con La Moncloa, ambas formaciones se miran de reojo. Una parte no pierde la oportunidad para reivindicarse como m¨¢s independentista que la otra. Una muestra de esa rivalidad es el marcaje de cada uno de los movimientos del presidente del Parlament, Roger Torrent, al que desde Junts per Catalunya a¨²n tienen en la mira por no haber desobedecido y permitir la investidura de Puigdemont.

¡°Todos tenemos presiones, ¨¢mbitos de nuestro entorno m¨¢s favorables a impulsar un di¨¢logo y a no hacerlo, pero hemos tenido el coraje de seguir. Lo hacemos en un momento en que quedan cuatro d¨ªas para que empiece un juicio contra el que consideramos el Govern leg¨ªtimo de la Generalitat¡±, reconoci¨® Artadi hace una semana, cuando el Ejecutivo de S¨¢nchez dio un ultim¨¢tum a las negociaciones sobre la mesa de partidos.

El tempo de las negociaciones tambi¨¦n ha sido cr¨ªtico. Desde La Moncloa pensaron que el juicio y la votaci¨®n no se solapar¨ªan. Se equivocaron. El martes 12 de febrero arranc¨®, con las cuestiones previas, el juicio contra los 12 l¨ªderes independentistas: Junqueras, ocho exconsejeros, la expresidenta del Parlament, Carme Forcadell, y los dirigentes de la ANC y ?mnium, Jordi S¨¤nchez y Jordi Cuixart.

¡°Nosotros en el Congreso dando aire a S¨¢nchez mientras, a kil¨®metro y medio de distancia, se juzga el proc¨¦s. Eso es imposible¡±, dice un dirigente de ERC. Y aunque minimicen el impacto de no aprobar los Presupuestos, aceptan que no tenerlos va en contra de su idea de ¡°gestionar mejor¡±. ¡°Sencillamente, de cara a nuestro electorado, no era posible otra cosa [que no fuera votar contra la tramitaci¨®n]¡±, explica un diputado de Junts per Catalunya.