Retorno al ¡®Palacio de las Pipas¡¯, un templo cin¨¦filo
El cine Dor¨¦ cumple 30 a?os como sede de la Filmoteca Nacional y lo celebra con diferentes actos
Hace mucho tiempo, el cine Dor¨¦ era un sitio (a¨²n m¨¢s) pintoresco: hab¨ªa c¨®micos, ventr¨ªlocuos, bailarinas, magos¡ y el maravilloso espect¨¢culo del cinemat¨®grafo. ¡°En el cine Dor¨¦ se empez¨® a exhibir cine en una fecha tan temprana como 1912¡±, explica Josetxo Cerd¨¢n, director de la Filmoteca Nacional. El cine se hab¨ªa inventado muy poco tiempo antes, en el Par¨ªs de 1895, pero se hab¨ªa popularizado con mucha rapidez. ¡°En el Dor¨¦ se ofrec¨ªan muchos espect¨¢culos de variedades, el cine era solo uno m¨¢s. Eso hasta que todo lo dem¨¢s se queda fuera y se convierte en una sala exclusivamente de cine¡±, dice Cerd¨¢n.
El Dor¨¦ (Santa Isabel, 3), en ese peque?o y encantador edifico modernista ¡ªobra de Cr¨ªspulo Moro¡ª, fue despu¨¦s un cine popular, de sesiones dobles, un cine de barrio, tanto que lo llamaban el Palacio de las Pipas. ¡°Antes en los cines se com¨ªa de todo, algunos hasta se llevaban el puchero¡±, dice el director. Durante muchos a?os estuvo cerrado, amenazado de ruina, hasta que, debido a la presi¨®n popular, fue rescatado de un derribo por el Ayuntamiento de Madrid, cedido al Ministerio de Cultura y, desde hace 30 a?os, reabierto como sala de exhibici¨®n de la Filmoteca Espa?ola. Por ah¨ª han pasado 20.000 pel¨ªculas y cuatro millones de espectadores.
Ahora se celebran esos tres decenios de esta nueva vida del Dor¨¦ como refugio de cin¨¦filos irredentos: la mezcla de la magia del espacio y la calidad de la programaci¨®n lo ha convertido en uno de los lugares m¨¢s queridos por vecinos y visitantes. Para celebrar la efem¨¦ride, la Filmoteca ha organizado una serie de actos que comienzan por la exhibici¨®n de una pel¨ªcula perdida del director Jes¨²s Franco, titulada Vaya luna de miel y rodada en 1980.
¡°Los expertos que hab¨ªan trabajado sobre la obra de Franco pensaban que era una pel¨ªcula que no se hab¨ªa acabado de rodar¡±, explica Cerd¨¢n, ¡°pero en nuestros archivos encontramos un negativo que solo hab¨ªa que positivar. Es una de esas cosas extra?as de la peculiar historia del cine de nuestro pa¨ªs¡±. La proyecci¨®n de esta pel¨ªcula tambi¨¦n conecta con el esp¨ªritu popular que tuvo este cine en otras ¨¦pocas. Y tiene un punto erotic¨®n.
El resto de la programaci¨®n, que se ir¨¢ enriqueciendo durante el resto del a?o, recrear¨¢ algunas sesiones hist¨®ricas que sucedieron en este periplo, como las visitas de Agn¨¦s Varda, Gus Van Sant, Iv¨¢n Zulueta o Isabella Rossellini. Para empezar, la proyecci¨®n de El verdugo, de Luis Garc¨ªa Berlanga. Y como complemento, la celebraci¨®n de talleres infantiles y la publicaci¨®n, en verano, de un libro sobre la historia de este cine.
La historia del cine, en general, es el campo de trabajo de la Filmoteca. ¡°Alguna vez nos han dicho que somos la Biblioteca Nacional, pero del cine¡±, cuenta el director, ¡°y creo que es una buena definici¨®n. Adem¨¢s de exhibir todo tipo de cine, en el Dor¨¦ se conserva el patrimonio del cine espa?ol¡±. Para ello tienen un Centro de Conservaci¨®n y Restauraci¨®n en Pozuelo de Alarc¨®n, adem¨¢s de las oficinas y biblioteca (recientemente bautizada con el nombre de su impulsora, Dolores Devesa) en la calle de la Magdalena, cerca del cine. Se conservan, adem¨¢s, m¨¢s de 30.000 objetos destinados a un esperado museo de cine que nunca acaba de llegar.
La butaca de siempre
Ahora hay mucho Netflix, mucho cineplex de periferia y mucho blockbuster, pero eso no hace que sean malos tiempos para la Filmoteca, que en el ¨²ltimo a?o recibi¨® a 139.352 personas (un 5,6% m¨¢s que en 2017); unos 125 espectadores por sesi¨®n, una de las medias m¨¢s altas de Europa. ¡°Las nuevas formas de ver cine est¨¢n haciendo que los cines que sobreviven en el centro de la ciudad tengan un car¨¢cter m¨¢s cultural¡±, explica el director. La experiencia de ver buen cine cl¨¢sico o de autor en una sala como el Dor¨¦ siempre ha sido atractiva, pero puede incluso serlo m¨¢s en estos tiempos donde se valora la distinci¨®n cultural o donde hay hartazgo de lo masivo.
Aunque la crisis econ¨®mica afect¨® a la Filmoteca con los recortes ¡ªfaltaba presupuesto y personal¡ª, Cerd¨¢n juzga que la cosa est¨¢ mejorando: pronto contratar¨¢n a 20 nuevos trabajadores para mejorar el funcionamiento de la instituci¨®n.
Hay algo de rom¨¢ntico en el Dor¨¦, y algunos se quedan enganchados, esos parroquianos adictos al buen cine que siempre que uno acude se encuentra por all¨ª. ¡°Hay algunos a los que les gusta sentarse siempre en la misma butaca y si se la quitan, se enfadan¡±, dice el director, "son gente exigente y que sabe mucho: si no les gusta algo de lo que haces, te lo hace saber¡±.
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