Se nos ha ido la olla

Que s¨ª, que en la periferia contin¨²a siendo m¨¢s barato comprarse una casa que en el centro, pero con estas cifras, muchas alcorconeras y alcorconeros no pueden permitirse algo que jam¨¢s deber¨ªa considerarse un lujo: vivir en el lugar en el que crecieron. Tal es el caso de Silvia Santamar¨ªa, que abandon¨® la localidad hace una d¨¦cada porque, ya por aquel entonces, era imposible que su pareja y ella pudieran adquirir en propiedad algo a un precio razonable. En la actualidad, reside en Navalcarnero, donde encontr¨® un piso casi a la mitad de lo que le hubiera costado en su barrio de siempre, sin embargo, le toca pegarse un madrug¨®n diariamente, para pasar por la casa de sus padres y as¨ª dejar a su hijo con los abuelos, que son quienes le llevan al colegio.

Y no es la ¨²nica, Jorge S¨¢nchez L¨¢zaro, del grupo inmobiliario ARES, con sede en el municipio, confirma que son muchas las personas, sobre todo j¨®venes, las que han tenido que abandonarlo para irse a vivir a ciudades aleda?as algo m¨¢s baratas, como son Fuenlabrada o M¨®stoles. Con todo, no hay que quedarse solo con los que se van, sino pensar tambi¨¦n en las y los que vienen. Seg¨²n ¨¦l, los precios est¨¢n trayendo ¡°nuevas y nuevos vecinos con un mayor nivel adquisitivo. Cada vez hay m¨¢s aperturas de locales y negocios, muchos de ellos cerrados desde el inicio de la crisis¡±.

Silvia conserva a sus amistades de toda la vida a quienes procura visitar durante el fin de semana, pese a que reconoce que, poco a poco, va abriendo c¨ªrculos nuevos en su vecindario actual

Cabe preguntarse el porqu¨¦ de este incremento, que S¨¢nchez L¨¢zaro aduce a su ubicaci¨®n estrat¨¦gica entre tres grandes n¨²cleos metropolitanos: el sur, el oeste y la capital; a la calidad del transporte o al hecho de que Alcorc¨®n cuente con varias facultades y con m¨¢s de un pol¨ªgono industrial. Pero, adem¨¢s, hablando de n¨²meros, explica que tambi¨¦n puede deberse a la alt¨ªsima demanda y a la escasez de oferta inmobiliaria que hay en Alcorc¨®n donde, se?ala, hay un 60% menos de inmuebles a la venta que en el a?o 2015.

El problema es que, detr¨¢s de las cifras, hay personas. Silvia conserva a sus amistades de toda la vida a quienes procura visitar durante el fin de semana, pese a que reconoce que, poco a poco, va abriendo c¨ªrculos nuevos en su vecindario actual. No queda otra. No obstante, aunque lleva diez a?os fuera, contin¨²a identific¨¢ndose como alcorconera. ¡°No, yo no soy de Navalcarnero, de hecho, cada dos por tres miramos pisos en el barrio por si pudi¨¦ramos mudarnos, lo que pasa es que cada vez es m¨¢s complicado y mira que lo hemos intentado¡±.

Si digo que se nos ha ido la olla, me quedo corta. Permanecer en Alcorc¨®n no es un capricho, son recuerdos, lazos, sentimientos, personas, espacios o el mero pragmatismo que supone tener a la familia a mano. Desde el grupo Ares, arrojan cierta tranquilidad, puesto que comentan que notan un cierto periodo de estabilidad en la zona. Menos mal.