Una paracaidista en el erial
El partido que intervino la Generalitat, disolvi¨® el Parlament y ces¨® al Gobierno catal¨¢n no ha encontrado un candidato propio para las elecciones generales en Catalu?a
Nunca la derecha espa?ola hab¨ªa hecho en Catalu?a lo que la direcci¨®n del PP encabezada por Pablo Casado se ha atrevido a hacer ahora al confeccionar sus candidaturas para unas elecciones generales: parachutar como cabeza de lista en la capital catalana a una figura totalmente ajena a la circunscripci¨®n. Una madrile?a residente en la capital espa?ola ha sido enviada a competir y ganarse el esca?o en Barcelona.
Algunas caracter¨ªsticas de la elegida, Cayetana ?lvarez de Toledo, parecen indicar que su designaci¨®n pretende ofrecer al electorado barcelon¨¦s una opci¨®n equiparable a la de la candidata presentada por el gran competidor del PP en la misma circunscripci¨®n: In¨¦s Arrimadas, la estrella de Ciudadanos. Una mujer joven, de verbo f¨¢cil y afilado, polemista, que presume de lo que ¨²ltimamente se ha convertido en el santo y se?a de las derechas en Espa?a desde que Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar lo reivindicara: la actitud desacomplejada. Ambas la practican y exhiben ufanas contra sus rivales, en particular a la hora de atacar al nacionalismo catalanista y de defender al espa?olista.
No es que sea muy novedoso, la verdad, salvo quiz¨¢ para los electores m¨¢s j¨®venes que no han vivido aquel per¨ªodo en el que las derechas sintieron una cierta mala conciencia democr¨¢tica, tras haber sostenido durante 40 a?os a la dictadura franquista. Este es el complejo del que Aznar presume de haberse librado. Para los viejos del lugar eso es simplemente la derecha de toda la vida.
Esto no obsta para que haya efectivamente una gran novedad en el env¨ªo de ?lvarez de Toledo a Barcelona. Lo primero que destaca es que nadie ha protestado. Ni p¨ªo. Por lo visto, la direcci¨®n local del PP no dispon¨ªa de nadie con potencia pol¨ªtica y arraigo en Barcelona a quien los afiliados y los eventuales electores pudieran identificar como propio e id¨®neo. Cualquiera de los Fern¨¢ndez D¨ªaz o afines, pongamos por caso, o una de las Montserrat, u otro empresario como Santiago Fisas o un ejecutivo de altos vuelos como Josep Piqu¨¦. No, no hab¨ªa ya nadie en el PP de Catalu?a con posibilidades de competir ¡°con esa chica tan mona y que habla tan bien¡±, que es la f¨®rmula con la que muchas se?oras de derechas de toda la vida definen a Arrimadas. Para comprender la magnitud de este desastre quiz¨¢ valga la pena recordar que para las primeras elecciones, la Alianza Popular de Manuel Fraga cont¨® en Barcelona con la candidatura de Laureano L¨®pez Rod¨®, que fue sin duda uno de los catalanes que m¨¢s poder haya tenido en Madrid en el siglo XX. Poder del de verdad. Eso estaba en el primer PP.
?C¨®mo ha llegado a carecer de candidato propio en Barcelona el partido que gobernaba Espa?a hace un a?o y se atrev¨ªa a intervenir la Generalitat, deponer y detener a su gobierno y convocar elecciones en su nombre? Se pueden aventurar varias respuestas. Las expectativas electorales del PP en Barcelona est¨¢n en m¨ªnimos y bajando, en direcci¨®n a la cota del 3% bajo la cual no se obtiene ning¨²n esca?o. La organizaci¨®n propiamente dicha tambi¨¦n est¨¢ en m¨ªnimos: unos se fueron con Aleix Vidal-Quadras, el fundador de Vox; otros est¨¢n tan pol¨ªticamente abrasados como los Fern¨¢ndez D¨ªaz; y otros se han ido con los Ciudadanos de Albert Rivera y Arrimadas, que son tan de derechas como el que m¨¢s pero por lo menos son m¨¢s j¨®venes. Lo que est¨¢ ocurriendo con su desconocido candidato a alcalde de Barcelona debe de haber disparado las alarmas.
?Pidieron a Casado que, por favor, enviara a alguien para encabezar el cartel con posibilidades de competir con Ciudadanos? En t¨¦rminos electorales el problema de fondo del PP en Catalu?a es el mismo que en otras partes de Espa?a, solo que m¨¢s agudo: Ciudadanos se les ha comido buena parte de su electorado y Voz amenaza con zamparse otro buen bocado. Durante d¨¦cadas, el PP ha sido en Catalu?a una fuerza electoral incapaz de superar a la CiU de Jordi Pujol, pero pol¨ªticamente relevante en la medida en que pod¨ªa presentarse como opci¨®n de gobierno en Espa?a. Ahora, a la competencia de los sucesores de CiU se ha a?adido la de Ciudadanos y Vox. O sea, el PP est¨¢ en Catalu?a al borde del abismo. Por eso Casado ha podido parachutar en Barcelona a una arist¨®crata madrile?a de derechas tirando a reaccionaria con el encargo de conseguir que le voten al mismo tiempo las familias bien de Sant Gervasi y los castellanohablantes del cintur¨®n de Barcelona. Todo un reto.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.