¡°Al otro lado del Manzanares tambi¨¦n luchamos contra los alquileres abusivos¡±
La emprendedora Susana Rodas es due?a de La Cassa del ?rbol, una tienda-taller ubicada en Puerta del ?ngel, donde vende objetos de mercer¨ªa y ense?a a sus vecinos el amor por la confecci¨®n y el patronaje
Susana Rodas (39 a?os, Madrid) naci¨® en el madrile?o barrio de Puerta del ?ngel. Lo siente tan adentro que, pese a separarse de su marido en 2012, decidi¨® empezar de cero y abrir su propia tienda-taller de corte y confecci¨®n, donde tambi¨¦n se dan clases de ganchillo. En su particular La Cassa del ?rbol, ideada por ella misma con una est¨¦tica de cuento ¡ªventanuco y cortina incluidos¡ª es donde se siente libre. "Quer¨ªa ser due?a de mi vida y poder criar a mis dos hijos peque?os", reconoce. Su puerta siempre est¨¢ abierta a cualquiera que tenga un problema porque, para ella, la vida en comunidad es primordial. "Arrimar el hombro, preocuparme por los dem¨¢s. Si yo no te puedo ayudar, seguro que conozco a alguien que s¨ª lo har¨¢. Eso es lo m¨¢s bonito en el d¨ªa a d¨ªa de los barrios".
?Por qu¨¦ una tienda-taller?
Es una forma de dar a conocer un trabajo que hacemos y de poder ense?ar a la gente. Empec¨¦ en plena crisis a ra¨ªz de decidir hacer una colecci¨®n de fieltro, en mi casa, cuando dej¨¦ de trabajar en una multinacional para cuidar de mis hijos. Me sent¨ª atra¨ªda por este mundo. Estuve un a?o visitando ferias y me di cuenta de que, aunque mi idea inicial era abrir solo una tienda de confecci¨®n, no iba a ser viable. Si me fijaba en los n¨²meros, no iba a comer vendiendo hilos y lanas.
La soluci¨®n fueron los cursos
Claro. Tard¨¦ tres meses en abrir el local, momento en el que me separ¨¦. Dispon¨ªamos de cinco turnos de clase al d¨ªa y solo media hora para comer: cursos de porcelana, de manualidades, de ganchillo... Pero me encamin¨¦ hacia la confecci¨®n. A partir de ah¨ª me hice un nombre en el barrio. Ten¨ªa muy claro que quer¨ªa quedarme en Puerta del ?ngel, y lo bueno es que todo el mundo ya me conoc¨ªa. El boca a boca es esencial para el peque?o comercio.
Los inicios tuvieron que ser duros
"?Est¨¢s loca!", recuerdo que algunos me dec¨ªan. Comenc¨¦ con un pr¨¦stamo personal y dos manos, pero el apoyo de mucha gente del barrio detr¨¢s. Mi local se ha convertido en lo que quer¨ªa: un punto de encuentro donde las personas comparten su tiempo y se generan v¨ªnculos muy fuertes.
?Cu¨¢ntos talleres se imparten ahora?
Tenemos entre ocho y diez turnos a la semana y los hemos reducido a dos tipos: uno de ganchillo y otro de confecci¨®n. Adem¨¢s, cualquier persona puede seguir mejorando su t¨¦cnica tras las clases, en la salita con sof¨¢s de la entrada.
?Qu¨¦ otras labores hace a diario?
Aparte de atender a los clientes, mantengo acuerdos con diversos talleres de confecci¨®n, patronistas y cortadores. Me re¨²no con las dise?adoras y cerramos las colecciones. Todo lo que gano es a base de hablar y negociar. Externalizo la producci¨®n porque me niego a cerrar. Aunque el d¨ªa de ma?ana s¨ª me mudar¨¦ a un local m¨¢s grande para abrir mi propio taller.
?Tambi¨¦n en el barrio?
La idea ya est¨¢ cerrada y se pondr¨ªa en marcha el a?o que viene. El proyecto consistir¨ªa en reunir en un solo lugar a todas las mujeres que trabajan en otros talleres. Ir todas a una.
Lo de ampliar el negocio y mudarse a un local m¨¢s grande, ?tarea imposible?
En este lado del Manzanares tambi¨¦n luchamos contra los alquileres abusivos. Nos est¨¢n matando y la clase pol¨ªtica no aporta soluciones. En el barrio est¨¢n comprando los locales para convertirlos en viviendas, pero muchos vecinos nos hemos organizado para intentar frenarlo. En diciembre, me subieron 200 euros el alquiler sin avisar. Conozco a personas mayores que se han ido a vivir al pueblo, no ten¨ªan otra opci¨®n.
La uni¨®n hace la fuerza
Eso siempre y, con ello, evitar¨ªa la sensaci¨®n que tengo a veces de no poder ayudar a las personas que vienen a m¨ª cuando lo necesitan. Por eso, si cre¨¢ramos una escuela taller se generar¨ªan m¨¢s puestos de trabajo, dar¨ªamos mejor formaci¨®n, tendr¨ªan la oportunidad de autoemplearse o montar¨ªan sus propios negocios.
?C¨®mo de importante es trabajar con las manos?
Recuerdo que mi madre me ense?¨® a aprender ganchillo cuando era peque?a y lo consideraba "una cosa de viejas". Y ahora se lo debo. Me dijo: "Mi obligaci¨®n es ense?arte y la tuya aprender". Si le das a alguien la capacidad para elaborar objetos con las manos, se come el mundo. Hay que quitar miedos. A¨²n me llega gente que les encantar¨ªa coser pero que no pueden porque "son zurdos". Eso no puede ser. Defiendo que en los colegios se den este tipo de talleres porque nuestros hijos ser¨¢n m¨¢s libres en el futuro.
A las puertas del Premio Emprendedoras
Cuando le comentaron a Susana hace meses que el Ayuntamiento convocaba una nueva edici¨®n del Premio Emprendedoras, no se lo pens¨® dos veces. "Me inscrib¨ª. Mi proyecto, el de montar un taller propio de confecci¨®n, tiene muy buenas mimbres". Le toc¨® defenderlo dos veces ante un p¨²blico especial: familiares, alumnos y vecinos del barrio. Su proyecto qued¨® finalista en la categor¨ªa empresa, pero no fue el ganador. "Se me olvid¨® lo que me hab¨ªa preparado minutos antes de salir, pero no me import¨®. Saqu¨¦ una foto de todas las mujeres que hab¨ªan pasado por la tienda y dije: 'por todas ellas necesitamos ese dinero", recuerda ilusionada.
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