Paloma y la Marquesita tienen un plan
La obra ¡®El barberillo de Lavapi¨¦s¡¯ de Barbieri regresa al Teatro de la Zarzuela de la mano del multipremiado director Alfredo Sanzol
Ese estilista que da t¨ªtulo a El barberillo de Lavapi¨¦s se siente como un pez fuera del agua durante toda la funci¨®n. As¨ª lo piensa su director de escena Alfredo Sanzol, que debuta en el teatro musical con esta zarzuela de 1874, una de las m¨¢s importantes del repertorio, que no ha dejado de programarse desde su estreno. Ahora, despu¨¦s de 13 a?os, regresa al Teatro de la Zarzuela (Jovellanos, 4; hasta el 14 de abril; el 12 se retransmitir¨¢ de forma gratuita a trav¨¦s de las redes sociales del coliseo) de la mano de este Premio Nacional de Literatura Dram¨¢tica 2017, adem¨¢s de tres veces ganador del Max.
Lamparilla, el barberillo del t¨ªtulo, se ve metido, sin comerlo, ni beberlo, en una trama pol¨ªtica para colocar en el poder al Conde de Floridablanca. Act¨²a llevado por el amor de Paloma, una costurera. La arist¨®crata Marquesita se vale de Paloma para llevar a buen puerto la intriga en las altas esferas. Y Paloma recurre al c¨¦lebre barberillo.
Amor y confabulaciones de alto copete en un libreto con la r¨²brica de Luis Mariano de Larra, hijo del escritor y periodista Mariano Jos¨¦ de Larra, que sigue estando de actualidad. Basta con echar un vistazo a las noticias sobre pol¨ªtica para encontrar alianzas y traiciones de esa naturaleza. Las que aparecen en los medios, sin embargo, no vienen presentadas con las composiciones del m¨²sico y padre de la musicolog¨ªa espa?ola Francisco Asenjo Barbieri. Autor que configur¨® el espect¨¢culo de la zarzuela como lo conocemos hoy.
El barberillo es un puntal del g¨¦nero que Sanzol debe revivir dos d¨¦cadas despu¨¦s de la c¨¦lebre propuesta de Calixto Bieito, de 1998, repuesta en 2006, que dej¨® alto el list¨®n. Aquel montaje era de ¨¦poca, pero iba integrando elementos del Madrid de los a?os ochenta para acabar en el Lavapi¨¦s multicultural actual.?
Sanzol ha preferido ce?irse al tiempo de la acci¨®n: finales del siglo XVIII, ¨¦poca de bailes y revoluciones pol¨ªticas. La danza, de hecho, ocupa un lugar fundamental y en la obra hay jotas, seguidillas y zapateados. No es casualidad: Barbieri era hijo y nieto de bailarines y conoc¨ªa bien las danzas populares del siglo XVIII.
¡°Antonio Ruz [core¨®grafo, Premio Nacional de Danza 2018] ha creado todo un discurso de danzas populares de la ¨¦poca, filtradas por su estilo contempor¨¢neo. Es impresionante¡±, dice Jos¨¦ Miguel P¨¦rez-Sierra. Es el responsable, junto a la Orquesta de la Comunidad de Madrid, de una m¨²sica ¡°de gran calidad sinf¨®nica y pegadiza¡±, como la define Sanzol.
La defienden sobre el escenario el bar¨ªtono gallego Borja Quiza, como Lamparilla, un papel que requiere a un int¨¦rprete muy completo que viene de encarnar a Mercurio en el Teatro Real, en la ¨®pera barroca La Calisto. La mezzo soprano Cristina Faus vuelve a Barbieri ¡ªen el papel de Paloma¡ª despu¨¦s de sus ¨¦xitos en Los diamantes de la corona y Galanteos en Venecia.
Ambos, junto a los dem¨¢s int¨¦rpretes y el coro titular del teatro, se mueven en una puesta en escena que combina dos espacios t¨ªpicamente madrile?os. Por un lado, las callejuelas y habitaciones, donde transcurren las intrigas; por otro, las plazas y el campo, grandes espacios abiertos donde tiene lugar la celebraci¨®n.
Esa dicotom¨ªa tambi¨¦n se da en otros elementos de la escena. ¡°El trabajo de Alejandro And¨²jar, responsable de la escenograf¨ªa y el vestuario, y de Pedro Yag¨¹e, iluminador, se ha centrado en crear contrastes. Por un lado, un estilo sobrio y rotundo en la escenograf¨ªa y por el otro, el color y la forma del vestuario¡±, explica Sanzol, que afirma haber descubierto la amplitud, libertad y locura que aporta la m¨²sica a la acci¨®n dram¨¢tica.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.