¡°El ganchillo tiene futuro porque se reinventa¡±
Mercedes Grosso regenta la ¨²nica tienda textil con materiales veganos que existe en la capital
La crisis dej¨® sin trabajo a la arquitecta Mercedes Grosso (Caracas, 46 a?os). Fue la ocasi¨®n perfecta para dedicarse a lo que siempre quiso: dise?ar ropa. Enviaba sus creaciones a peque?os talleres para que las cosieran y luego las vend¨ªa en mercadillos de j¨®venes dise?adores. Mataba el tiempo tejiendo y la gente, al verla, le preguntaba si impart¨ªa clases. Tanto le insistieron que puso un anuncio para organizar talleres. El ¨¦xito le llev¨® a alquilar un local en 2011, donde tambi¨¦n vend¨ªa telas, hilos y lanas. Hace cuatro a?os vision¨® unos documentales y ley¨® sobre el derecho a la vida de los animales. Decidi¨® convertir Black Oveja en la ¨²nica tienda textil con materiales veganos que existe en Madrid.
?En qu¨¦ consiste el negocio?
No vendemos ning¨²n material de origen animal, como puede ser la lana, el cuero y la seda. Es un tema ¨¦tico, estamos contra la explotaci¨®n animal.
?Los hilos y lanas veganas pueden salvar al mundo?
Es una acci¨®n demasiado peque?a para salvarlo. Supone una apuesta por hacer las cosas de otra manera. Contra los gigantes de la producci¨®n no se puede luchar. Es una alternativa ecol¨®gica y si se multiplica, puede haber un cambio.
?Las labores siguen siendo cosa de mujeres?
Vienen pocos hombres, pero vienen. Siempre tenemos uno o dos en nuestros talleres de fin de semana. Digamos que son el 5% del total.
?Por qu¨¦ no acuden m¨¢s hombres?
Muchos sienten verg¨¹enza, o no les atrae lo que hacemos. Al final es un tema social. La gente viene a nuestros cursos a aprender, pero tambi¨¦n para socializarse. Por eso tenemos muchas madres j¨®venes, embarazadas y muchas treinta?eras.
?Qu¨¦ buscan?
Es como ir al gimnasio. Llegan del trabajo estresadas y aqu¨ª se relajan, hablan y quedan para salir a tomar algo.
O sea, una terapia basada en el ganchillo¡
Aqu¨ª tienen la posibilidad de trabajar con las manos, de construir su propia ropa. Trabajar frente a la pantalla de un ordenador nos ha hecho perder contacto con la realidad. Soy amante de la tecnolog¨ªa, pero el ser humano tambi¨¦n necesita hacer cosas con sus propias manos. Da mucha satisfacci¨®n personal y te ayuda a desarrollar la paciencia. La artesan¨ªa es una necesidad espiritual.
?Hay mucha gente que se haga su propia ropa?
Hay mucha gente que est¨¢ concienciada contra el fast fashion, que quiere evitar acudir al mercado. En vez de comprar muchos pantalones, se compra uno y el resto se los hace.
?Nuestro modelo de vida est¨¢ acabando con la costura?
Es normal. Ahora no dependemos de saber coser para vestirnos. Siempre nos gusta hacer cosas para nosotros mismos, por eso la gente sigue cocinando y no compra alimentos precocinados cada d¨ªa.
?Coser es un lujo?
S¨ª, porque tienes que hacer un gasto en materiales y en tiempo que no compensa. Pero tambi¨¦n es un lujo ir a comer a un restaurante.
?Tiene futuro el ganchillo?
Tiene futuro porque se reinventa. Hay muchas dise?adoras j¨®venes que le han dado un vuelco. Hacen cosas distintas, no el t¨ªpico tapete de la abuela. Usan la misma t¨¦cnica, pero el producto es diferente.
?Una evoluci¨®n?
Del pa?o de sof¨¢ hemos pasado a mochilas, cestos, alfombras o mu?ecos que cambian el cl¨¢sico algod¨®n blanco por fosforito y otros materiales como cuerdas. Adem¨¢s, se ha incorporado el dise?o gr¨¢fico. La costura es muy creativa porque implica tomar muchas decisiones sobre dise?o.
?A qu¨¦ edad hay que iniciarse?
No hay una edad. Se puede empezar siempre que se llegue a los pedales de la m¨¢quina de coser. Tengo a dos alumnas con 12 a?os. Sus madres no cosen, pero ellas se empe?aron en hacerlo. Para comenzar con el ganchillo, al menos hay que tener seis o siete a?os.
?Deber¨ªa estudiarse en los colegios?
Los pa¨ªses escandinavos lo hacen. Hay m¨¦todos creativos, como el m¨¦todo Waldorf, que ponen a los ni?os a usar un telar antes de ense?arles a leer. As¨ª consiguen los instrumentos necesarios para aprender. En otros sitios cambi¨® todo porque cambiaron los modelos de producci¨®n. Ahora hay un movimiento que lo ha retomado por placer, y lo reinterpreta.
?Se puede innovar?
Siempre. Las t¨¦cnicas est¨¢n ah¨ª, se pueden usar para lo que se quiera. La japonesa Toshiko Horiuchi hizo un parque infantil de ganchillo con bolas enormes de las que se cuelgan los ni?os. Y la portuguesa Joana Vasconcelos ha forrado con crochet objetos como un piano.
?Est¨¢ Madrid preparada para eso?
Claro que s¨ª. Es algo que se ha usado mucho. Los ¨¢rboles de la plaza del Dos de mayo ya se cubrieron con ganchillo
Un Madrid vegano
En el peque?o y acogedor negocio que regenta Grosso hay dos cosas que llaman poderosamente la atenci¨®n. Una, el colorido de sus estanter¨ªas. Hilos de todas las tonalidades llegados desde Turqu¨ªa y telas con estampados japoneses. La otra, unas octavillas perfectamente dispuestas a la entrada de la tienda. En ellas se explica qu¨¦ significa ser vegano. Seg¨²n el texto, se trata de un principio ¨¦tico que busca "la liberaci¨®n de los dem¨¢s animales de la dominaci¨®n humana". El veganismo se ha convertido en una forma de relacionarse con los dem¨¢s. La web Madrid vegano recopila restaurantes, tiendas de moda y de est¨¦tica dedicadas a aquellos que eligen esta opci¨®n. Las alternativas no dejan de crecer.
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