¡°Si Vel¨¢zquez me viera, me echaba a patadas¡±
Leo Ortega es profesor de Lat¨ªn y Griego y copista en el Museo del Prado. Ahora est¨¢ pintando 'Las hilanderas'
Leo Ortega es un hombre menudo al que saludan al entrar al Museo del Prado. No es un visitante m¨¢s: los vigilantes le conocen por su nombre y le permiten meter un malet¨ªn de madera en la pinacoteca. Cuando llega a la sala donde cuelga Las hilanderas, se acerca a un caballete que hay en un rinc¨®n pegado a la pared, en el suelo coloca un hule de color similar al del piso y, sobre ¨¦l, sit¨²a el caballete con el lienzo en el que est¨¢ copiando la obra de Vel¨¢zquez. Al abrir la caja-malet¨ªn con su paleta y pinceles, un leve olor a trementina (disolvente) impregna la zona. Este burgal¨¦s, nacido en la peque?a localidad de Amaya hace 58 a?os, es profesor de Lat¨ªn y Griego en el turno nocturno del instituto Matem¨¢tico Puig Adam de Getafe y, adem¨¢s, es copista en la pinacoteca madrile?a desde hace unos 15 a?os.
?C¨®mo llega un fil¨®logo a pintar en el Prado?
Siempre me gust¨® pintar. Es puro amor al arte. Un d¨ªa vienes, ves a alguien pintando, te atrae la idea, te interesas, pides los permisos¡ Ese fue mi caso. Entre pintar aqu¨ª y hacerlo en un estudio, hay diferencias: la sacralidad¡ El enfrentarte con un monstruo de estos es un desaf¨ªo.
?Se ha preguntado qu¨¦ le dir¨ªa Vel¨¢zquez?
Si me viera, me echaba a patadas.
?Por qu¨¦?
Cualquiera de estos maestros [Vel¨¢zquez, El Greco, Tintoretto¡] era muy celoso de su trabajo. Y uno no deja de ser un hijo de su tiempo, as¨ª que no creo que admitiera c¨®mo est¨¢ hecho, se intenta pintar algo antiguo de forma moderna.
?Qu¨¦ queda hoy de estos artistas o de su mundo?
Son la base. Somos enanos a hombros de gigantes. La mitolog¨ªa cl¨¢sica es la base de nuestro imaginario, de nuestra cultura, de las ideas, de los valores que han conformado Occidente.
Ilustres copistas
Manet, Courbet, John Singer Sargent, Gisbert, Sorolla, Picasso... son algunos de los maestros que han sido copistas durante los casi 200 a?os del Prado. Actualmente la pinacoteca otorga permisos anuales permitiendo asistir de lunes a jueves no festivos durante un periodo continuado m¨¢ximo de entre seis a ocho semanas. Puede acoger como mucho a 19, ya que son los caballetes que tiene. Y hay obras como El jard¨ªn de las delicias o Las meninas que no se pueden copiar para no molestar al p¨²blico.
Lat¨ªn, griego, artes pl¨¢sticas¡ son materias en peligro de extinci¨®n. Ahora que estamos en campa?a electoral, ?cree que los pol¨ªticos las cuidan?
?Esa pregunta es en serio? (Sonr¨ªe)
S¨ª e insisto¡
En la respuesta que te he dado est¨¢ mi contestaci¨®n. Vel¨¢zquez era un pintor de corte, trabajaba para el rey [Felipe IV]. Ahora los se?ores han cambiado a peor, sin ninguna duda, aunque suene pol¨ªticamente incorrecto. Es decir, el se?or Trump, Obama, Xi Jinping, o quien sea¡ Los iconos de poder tienen un aprecio por lo art¨ªstico y human¨ªstico que no se puede comparar con el que ten¨ªan en la antig¨¹edad.
El s¨¢bado, 18 de mayo, es el D¨ªa Internacional de los Museos, ?qu¨¦ le parecen estas celebraciones?
No estoy muy de acuerdo con estos d¨ªas espec¨ªficos. Me parece un poco falso. Los cauces culturales son muy amplios y mucho m¨¢s importantes que celebrar un D¨ªa de los Museos. Hay que trabajar en muchos campos: educaci¨®n, medios de comunicaci¨®n, sensibilidad social¡
Usted es una buena manera de medir esa sensibilidad, ya que lleva m¨¢s de una d¨¦cada asistiendo con frecuencia al Prado. ?C¨®mo ha variado en este tiempo? ?Piensa que los madrile?os sienten el museo como algo suyo?
El n¨²mero de visitantes ha aumentado mucho y el de copistas ha disminuido, antes hab¨ªa lista de espera. Ahora, no. Cuando comenc¨¦, una exposici¨®n como la de Giacometti [se puede ver hasta el 7 de julio] era improbable.
El Prado transciende de los l¨ªmites de la ciudad, es universal, y est¨¢ bien que as¨ª sea. Si los madrile?os lo sienten como suyo o no, no sabr¨ªa qu¨¦ decir. Madrid es una ciudad grande, nueva, cosmopolita, abierta; no es lo mismo que una ciudad peque?a como Burgos, donde seguramente sus vecinos sientan m¨¢s la catedral como algo suyo, que los madrile?os el Prado.
?C¨®mo reaccionan los visitantes cuando le ven trabajar?
Hay de todo: te animan, comentan¡ Curiosamente los argentinos son los que m¨¢s aportaciones hacen, muchas con fundamento. Son los m¨¢s osados. Esta semana he tenido una cr¨ªtica curiosa, sorprendente: una ni?a de unos nueve a?os de un colegio de Legan¨¦s se acerc¨® y me se?al¨® la cinta blanca de la mujer que est¨¢ de espaldas a la derecha. ¡°Le falta luz¡±, dijo. Llevaba raz¨®n, todav¨ªa no est¨¢ pintada, lo que se ve es la imprimaci¨®n, el fondo.
?Cu¨¢nto le queda?
Terminar¨¦ en junio.
?Tiene due?o?
Yo, de momento. No me obsesiona la idea de venderlo. Muchos cuadros me los he quedado yo. Tengo unos 10, se me est¨¢n acumulando, pero en el pajar, en el pueblo, caben muchos.
?Cu¨¢nto vale?
Es un secreto.
Fantasee, ?qu¨¦ original se llevar¨ªa?
Parafraseando al histri¨®nico Dal¨ª: ¡°Me llevar¨ªa el aire de Las hilanderas¡±. [El pintor surrealista hizo referencia al de Las meninas] Bueno, cualquier vel¨¢zquez de los posteriores a La fragua de Vulcano (1630).
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