¡°No duermo: soy padre, m¨²sico y abogado¡±

A los siete a?os, Sebasti¨¢n Chames (Buenos Aires, 47 a?os) empez¨® a tocar instrumentos musicales. ¡°Nac¨ª en un hogar donde se respetaba la m¨²sica; mis padres me incentivaron la m¨²sica y me animaron a estudiarla desde peque?o. Por ello, me considero m¨²sico de toda la vida¡±, cuenta. A mediados de los a?os setenta del siglo pasado, ¡°cuando era a¨²n un ni?o¡±, su familia se traslad¨® a Madrid. Con 15 a?os ya daba conciertos en la capital con su banda ¡ª¡°Me lleg¨® a llamar el cantante de Asfalto para probar con ellos¡±¡ª. Despu¨¦s, y sin dejar la m¨²sica, estudi¨® Derecho. Desde el pasado enero, Chames,? la abogac¨ªa con las jam session de jazz del local madrile?o Bogui, dirigidas por ¨¦l. Adem¨¢s, viaja a dar conciertos en Nueva York, graba discos ¡ªacaba de publicar Reminiscing the Unknown Masters, su cuarto ¨¢lbum publicado¡ª y es padre.

?C¨®mo concilia todo esto?

Durmiendo poco, organizando la agenda y con ayuda de mi mujer. Tenemos dos hijos: Sim¨®n, de siete a?os y que toca el piano, y Adri¨¢n, de seis, bater¨ªa. Intento buscar un equilibrio, pero no es f¨¢cil.

?Toca con ellos?

Est¨¢n empezando. Pero en casa, s¨ª que tocamos juntos. Pinchamos Michael Jackson y ensayamos a sacar la l¨ªnea de bajo o tocamos por encima. Con ellos estoy revisitando mucha m¨²sica que escuch¨¦ de joven.

?En Espa?a se imparte suficiente educaci¨®n m¨²sical?

La escena musical y la educaci¨®n son mucho mejor que antes. Pero quiz¨¢s, la m¨²sica socioculturalmente no est¨¢ tan presente en nuestra vida: no estamos tan acostumbrados a tenerla en vivo en los bares; tampoco a escucharla en la iglesia.

?D¨®nde dio su primer concierto?

Fue en un colegio de monjas, en el barrio de Fuencarral, con una banda de rock. En esa ¨¦poca, estuve incluso tocando con Asfalto [m¨ªtico grupo rockero del Madrid de finales de los setenta y principio de los ochenta]: me escapaba de clase durante el recreo para ensayar. Dur¨¦ solo una semana.

?Cu¨¢ndo decidi¨® pasarse al jazz?

He estado en el jazz desde muy joven. Ah¨ª es donde me he formado y donde he profundizado. He asistido a seminarios de Barry Harris y desde 2001 acudo peri¨®dicamente a Nueva York; cada seis meses m¨¢s o menos. Hace poco estuve actuando en Washington en un peque?o local, pero muy interesante.

?Qu¨¦ pasa cada domingo en el Bogui Jazz de Madrid?

Estuve siete a?os con otra jam, algo muy festivo y musicalmente muy espectacular, pero el Bogui cada domingo se convierte en un punto de encuentro de la comunidad musical jazz¨ªstica de Madrid. Todo el que viene a Bogui a tocar tiene una excelente formaci¨®n y grandes capacidades para la composici¨®n. Mis hijos y mi mujer tambi¨¦n acuden a alguna sesi¨®n.

?Hay muchas mujeres?

Pues cada vez m¨¢s. Tanto consolidadas ¡ªcomo Rene Marie, Marta S¨¢nchez (la pianista no la cantante) o Ellen Rowe¡ª como las que acuden a las jam session.

?Qu¨¦ relaci¨®n existe entre las jam y la cultura musical de una ciudad?

Son algo fundamental en los m¨²sicos. Pero no solo por las composiciones sino tambi¨¦n por la forma en la que te relaciones y conoces gente. Es muy gratificante.

Hay un auge de la m¨²sica en directo, ?lo relaciona con los cambios en la industria musical?

Los m¨²sicos hacemos m¨²sica independientemente de c¨®mo vaya la industria musical. Pero s¨ª, la comercializaci¨®n de la m¨²sica ha cambiado: hay m¨¢s m¨²sica en vivo que m¨²sica grabada. Si lo piensas, es lo que ha pasado a lo largo de la historia excepto una ¨¦poca concreta de tiempo.

?Cu¨¢ntas noches madrile?as ha conocido?

La noche madrile?a ha cambiado mucho. Ahora hay un mont¨®n de m¨²sicos buenos, bien formados y con estilos propio. Hay nivel. Adem¨¢s, Madrid es una ciudad tradicionalmente amigable y festiva. Creo que la ciudad est¨¢ fant¨¢stica.

Domingos de jazz en el Bogui

Desde el pasado enero, Chames dirige la jam session que se celebra cada domingo en el Bogui Jazz (Barquillo, 29). ¡°El objetivo era dirigirla sin que perdiera frescura¡±, explica el m¨²sico. Nunca ha pensado elegir entre la abogac¨ªa y la m¨²sica: ¡°Me gusta moverme entre dos mundos: ambos me entusiasman¡±.