En busca del sonido de Madrid

Llegan a la cita por goteo. No le pidan puntualidad a un m¨²sico. No va en su ADN, y algunos, adem¨¢s, est¨¢n en plena campa?a de promoci¨®n. Pero llegan, que no es poco, a la sala Moby Dick Club, templo capitalino de la m¨²sica en directo, por cuyo escenario han pasado algunos de los invitados. Representan una radiograf¨ªa cercanamente fiel a la m¨²sica que se hace hoy en Madrid: rock, pop, punk, soul, electr¨®nica... Algunas de las bandas est¨¢n con grandes multinacionales; otras, en plena emergencia. Tambi¨¦n las hay que han conocido el ¨¦xito sin necesidad de firmar grandes contratos. Y todas unisonan, en esta entrevista coral, cuando se les pide un adjetivo para la profesi¨®n de m¨²sico en el panorama capitalino: ¡°Es jodido¡±.

Para las bandas ser o vivir en Madrid no facilita las cosas, por mucho que aqu¨ª tengan su sede discogr¨¢ficas todopoderosas como Sony Music, Warner, o Subterfuge. ¡°Est¨¢s cerca de la industria, por eso migran aqu¨ª tantos grupos para labrarse una carrera¡±, opina Luis Brea, cuyas letras, acompa?adas de una banda de pop virtuoso, lo han convertido en el relator indiscutible de la noche madrile?a. Presentar¨¢ su ¨²ltimo disco, Usted se encuentra aqu¨ª, el pr¨®ximo 17 de noviembre en la sala Joy Eslava. A?ade, Brea: ¡°Ser de Madrid tiene sus contras: los locales de ensayo son caros y tienes que compartirlos. Y las salas de conciertos tiene que afrontar demasiadas licencias y gastos¡±.

En este punto de la conversaci¨®n, se arma un intenso debate. ¡°Algunas condiciones para tocar en salas son leoninas¡±, denuncia Ricky Lavado, bater¨ªa de Nudozurdo, banda arraigada en el panorama nacional desde hace a?os, con una m¨²sica nada f¨¢cil: su pop tira de desarrollos instrumentales tan bellos como enrevesados, lo mismo que sus letras. ¡°Muchas bandas tienen que pagar la sala, y dejar su rentabilidad al albur de lo que reciba por entradas o consumiciones¡±, sigue Lavado, y concluye: ¡°No solo no cobran por actuar, sino que pagan por ello¡±.

Uni¨®n sindical m¨²sical

Este veterano baterista, que tambi¨¦n toca en Mi Capit¨¢n y Egon Soda, es uno de los impulsores de la Uni¨®n Sindical de M¨²sicos. ¡°Estamos reuni¨¦ndonos con administraciones, y ya hemos elaborado un manual de buenas pr¨¢cticas de contrataci¨®n¡±, explica Lavado. ?lvaro Naive, teclista de Trajano! ¡ªuna banda deudora del post punk brit¨¢nico y en plena efervescencia¡ª, opina: ¡°Hay que quitarle rigidez al circuito de conciertos en Madrid, y tantos impedimentos. Muchos grupos incre¨ªbles no se conocen por esto¡±.

Sergio Ceballos es guitarrista de Melange, que presenta su segundo disco en oto?o. La banda lleva apenas un a?o activa y, de puro virtuosa en el manejo de la psicodelia y unos directos apabullantes, ya ha girado por toda Espa?a. ¡°En los a?os ochenta, los due?os de salas arriesgaban, tra¨ªan a bandas de fuera, y de aqu¨ª. Ejerc¨ªan un mecenazgo musical, sin importarles la rentabilidad inmediata. Hoy han perdido ese papel¡±, opina Ceballso.

Mar¨ªa Eguiz¨¢bal, riojana, lleva ¡°toda una vida¡± viviendo en Madrid, y es la mitad de Elyella, d¨²o de DJs de pop electr¨®nico que suele figurar en la parte m¨¢s cr¨¢pula y bailonga del cartel de casi cualquier festival de nuestra geograf¨ªa. Acaba de fundar Vanana Records en la capital junto a otros dos artistas de su cuerda. ¡°Por m¨²sicos y para m¨²sicos¡±, recalca. De aqu¨ª ha surgido su primer tema propio, Magic: ¡°Las experiencias que nos rodean, con discogr¨¢ficas, no suelen ser buenas. Preferimos la autogesti¨®n, te da m¨¢s libertad creativa¡±. Por su parte, el cantante de Miss Caffeina, Alberto Jim¨¦nez, disiente: ¡°El ¨²ltimo disco lo grabamos con Warner y nos dieron tanta libertad que sus ejecutivos ni sab¨ªan c¨®mo sonaba hasta que lo tuvimos acabado¡±. Su pop, en el filo de lo comercial y lo arriesgado, la ha convertido en una de las bandas con m¨¢s repercusi¨®n en nuestro pa¨ªs.

La guitarrista Amparo Llanos ha estado en las dos trincheras: conoci¨® el ¨¦xito masivo con Dover y ahora emprende un proyecto m¨¢s personal, New Day, una banda de tintes folk. ¡°Prefiero la autoedici¨®n. En una multinacional cedes ante demasiadas cosas¡±, cuenta. El baterista Javier Skunk, de Anaut ¡ªgrupo madrile?o que llena salas y festivales con un m¨²sica tan a priori poco masiva en estas latitudes como el soul¡ª, secunda: ¡°Nos autoproducimos y nos va muy bien. Las multinacionales deber¨ªan replantearse su papel¡±.

Las Odio son una banda madrile?a de punk que en menos de un a?o y un disco han conseguido auparse a festivales de gran formato, como el FIB o el Low. Su vocalista, Paula Jim¨¦nez, cree que hace falta ¡°m¨¢s asociacionismo y menos quejarse¡±. Sus cuatro componentes son feministas declaradas y lo promulgan en su m¨²sica: ¡°En el rock hay machismo, el p¨²blico tiende m¨¢s a piropear a las componentes de una banda que a su m¨²sica¡±. Eguiz¨¢bal apoya esta afirmaci¨®n: ¡°Aunque somos dos, los t¨¦cnicos tras el escenario suelen tratarme como ¡®la novia del DJ¡±. Llanos a?ade: ¡°Con Dover, muchos nos dec¨ªan, sorprendidos: ¡®Toc¨¢is como una banda de rock de verdad¡±. El resto de los m¨²sicos congregados, varones, coincide: ¡°El talento musical no depende del sexo. Pero el machismo es un hecho. En esta industria, hoy, hay muchos m¨¢s t¨ªos que t¨ªas¡±.

Al final de la conversaci¨®n, se les plantea darle un sonido actual a la escena madrile?a, igual que hubo un Donosti sound (con el pop de La Buena Vida o Le Mans) o un Xix¨®n sound, que etiquet¨® el inicio del movimiento indie en los noventa. ¡°Es imposible¡±, opina Lavado. ¡°Madrid es un caleidoscopio enorme, sobre todo en el subsuelo. Hay propuestas incre¨ªbles de rap, punk, hip hop, electr¨®nica... Aunque las cosas no est¨¦n f¨¢ciles aqu¨ª, esta ciudad sigue siendo un ecl¨¦ctico hervidero indefinible¡±.