Los municipios activan planes espec¨ªficos para evitar altercados durante sus ferias
13 j¨®venes est¨¢n acusados de des¨®rdenes p¨²blicos y lesiones contra la autoridad en las fiestas patronales de Majadahonda en 2013
La m¨²sica y las risas acabaron en una batalla campal. Sucedi¨® en septiembre de 2013, durante las fiestas patronales de Majadahonda, cuando los guardas de seguridad impidieron que unos j¨®venes accedieran a una carpa a ¨²ltima hora de la noche. Los j¨®venes agredieron a quienes les hab¨ªan impedido el paso. Cuando acudieron los agentes, comenzaron a lanzar botellas de cristal y piedras. Aquella experiencia llev¨® al Ayuntamiento a prohibir el vidrio en el recinto y a activar un nuevo protocolo. Los altercados violentos son cada vez m¨¢s frecuentes, por lo que muchos municipios de la regi¨®n implementan medidas para garantizar la seguridad.
Los 13 j¨®venes que participaron aquella noche en los disturbios se sientan desde este lunes en el banquillo acusados de un delito de des¨®rdenes p¨²blicos y otro de lesiones contra la autoridad. Nueve de ellos han admitido haber participado en los altercados, pero han negado las agresiones a los agentes. La fiscal¨ªa pide penas de uno a dos a?os de prisi¨®n para ellos. El jefe de la polic¨ªa local de Majadahonda, Jos¨¦ Calvo, guarda un infausto recuerdo de aquella madrugada. ¡°La chispa prendi¨® en un instante. Ten¨ªamos agentes de paisano y un fuerte operativo, lo que nos llev¨® a retomar la situaci¨®n en una hora¡±, rememora. Sin embargo, cree que contar con un amplio despliegue no garantiza controlar lo que sucede en el recinto, al que cada d¨ªa de feria acceden entre 15.000 y 20.000 personas.
¡°Cuando son las cinco de la ma?ana y la gente lleva siete horas bebiendo puede pasar cualquier cosa. Los altercados surgen por la combinaci¨®n del alcohol, los horarios y las aglomeraciones. En estas fiestas el ¨²nico prop¨®sito es emborracharse y en grupo existe m¨¢s impunidad porque les ampara el anonimato¡±, destaca Calvo. Majadahonda redujo el a?o pasado el n¨²mero de horas en el recinto, lo que seg¨²n su jefe de polic¨ªa se ha notado de forma positiva. La medida se tom¨® despu¨¦s de que en 2017 una nueva batalla campal en las fiestas patronales acabara con la detenci¨®n de 27 j¨®venes, siete menores. La controversia se gener¨® de nuevo cuando intentaron acceder a la carpa, cerrada tras completar el aforo.
Sistema de anillos
Unos a?os antes, en 2014, Majadahonda dise?¨® un sistema de anillos para controlar los accesos al recinto. Consta de tres fases. La primera, de la que se encargan los agentes de los municipios cercanos, se produce en las carreteras que dan acceso a la localidad. El segundo control, ya en Majadahonda, se realiza en las calles que llevan al recinto ferial. Como no se puede estacionar en ellas, las personas van a pie. Entonces tiene lugar el tercer control: una especie de pasillo en el que los agentes cachean a las personas y unos operarios municipales canjean las botellas de cristal por otras de pl¨¢stico. ¡°Hace a?os que no permitimos la entrada de coches porque son m¨¢s dif¨ªciles de manejar. Pueden llevar elementos que comprometan la seguridad¡±, reconoce Calvo.
En el pasado Halloween, dos agentes de la Guardia Civil resultaron heridos al intervenir en una pelea multitudinaria en Tres Cantos. En la siguiente fiesta, la de Carnaval, el Ayuntamiento limit¨® el aforo y dise?¨® un plan para tener un control exhaustivo de las personas que acced¨ªan a la carpa. ¡°Creamos un dispositivo ad hoc tras ver lo que hac¨ªan otras ciudades¡±, destaca Elisa Miguel, concejal de festejos en la localidad. El sistema est¨¢ basado en tres pulseras de colores diferentes, seg¨²n la franja de edad. Una, para menores de 16 a?os, indicaba que no pod¨ªan comprar bebidas alcoh¨®licas y que deb¨ªan estar acompa?ados por mayores de edad. Otro distintivo estaba dirigido a menores de entre 16 a 18 a?os, que tampoco pod¨ªan tener acceso a alcohol. Por ¨²ltimo, los adultos portaban una pulsera diferente. Hab¨ªa que solicitarlas previamente, aunque las pon¨ªa un empleado municipal al entrar en el recinto. Como la medida funcion¨®, la Junta de Seguridad Local, que se re¨²ne en los pr¨®ximos d¨ªas, estudiar¨¢ aplicarla durante sus Fiestas Mayores, que se celebran la ¨²ltima semana de junio.
En Alcal¨¢ de Henares optan desde 2016 por un novedoso sistema. Las casetas de la feria instalan un dispositivo y, en caso de alarma, les basta con pulsar un bot¨®n para informar a la polic¨ªa. Gracias a ello, los agentes conocen inmediatamente el lugar del que proviene la alerta y se pueden personar en ¨¦l. En septiembre de 2017 se registr¨® en las fiestas de Aranjuez una pelea multitudinaria. Cientos de j¨®venes lanzaron objetos contra los agentes y varios resultaron heridos. Para evitar altercados similares en las pasadas fiestas de San Fernando, que acabaron el domingo, la localidad activ¨® un ambicioso plan de seguridad, pero limit¨® la fiesta a las 4.30.
Para las pasadas fiestas del 2 de mayo, M¨®stoles aprob¨® un contingente de 874 polic¨ªas. Sin embargo, los altercados desti?eron las celebraciones. El primer d¨ªa del mes los agentes detuvieron a siete personas en dos peleas. D¨ªas m¨¢s tarde, un joven de 21 a?os recibi¨® dos cuchilladas en la espalda. ¡°Las trifulcas y las agresiones a la autoridad no est¨¢n recogidas en las ordenanzas municipales. Estas tan solo se encargan de los horarios¡±, explica Jaime Johnson, secretario de la Uni¨®n de Polic¨ªas Municipales (UPM). En su opini¨®n, los problemas de seguridad son, en parte, el resultado de la falta de personal. Por otra parte, Jonhson culpa a ¡°una sociedad cada m¨¢s inc¨ªvica. Se mezcla alcohol, horarios y la concentraci¨®n de personas y eso da como resultado un c¨®ctel fatal¡±. Y concluye: ¡°Los j¨®venes han perdido el miedo a la autoridad¡±.
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