Las mujeres que no dirigen ni producen musicales
Los nombres femeninos escasean en puestos de responsabilidad en el sector del teatro, que crece sin parar
Los musicales son un g¨¦nero masculino si se atiende al n¨²mero de hombres en puestos de direcci¨®n y producci¨®n de Billy Elliot, West Side Story o El jovencito Frankenstein. ¡°Las mujeres nos hemos incorporado m¨¢s tarde a los puestos de responsabilidad; eso nos lastra¡±, argumenta Silvia Montesinos. Tiene 43 a?os y ha ejercido de directora residente tanto en La familia Addams como en el musical sobre el nieto de Frankenstein, basado en la pel¨ªcula de Mel Brooks. Montesinos ha sido una de las dos mujeres que ha ejercido esta temporada la direcci¨®n ¡ªen ambos casos como ayudantes¡ª en Madrid. La otra ha sido la holandesa Caroline Bauer, en Anastasia. El resto, todo hombres. Tambi¨¦n en la producci¨®n de esos espect¨¢culos as¨ª como en la direcci¨®n musical.
A pesar de esa realidad, Montesinos ¡ªque acaba de adaptar el libreto musical de Ghost, film de 1990¡ª considera que la profesi¨®n est¨¢ ¡°mucho m¨¢s concienciada en la lucha por la igualdad que otros sectores¡±. En la productora Stage Entertainment ocurre: ¡°El reparto de puestos entre hombres y mujeres est¨¢ equilibrado¡±, afirma Yolanda P¨¦rez Abej¨®n, su directora general desde hace dos a?os. En la compa?¨ªa hay 190 hombres y 174 mujeres, aunque la cifra var¨ªa ligeramente seg¨²n las producciones en cartel. En cuanto al salario medio, P¨¦rez Abej¨®n asegura que el de ellas est¨¢ por encima del de ellos: ¡°La raz¨®n es que hay m¨¢s mujeres en puestos de responsabilidad¡±, explica la directora de esta multinacional holandesa, responsable de los ocho a?os de ¨¦xito de El Rey Le¨®n en Madrid, funci¨®n que acumula m¨¢s de cuatro millones de espectadores. Un r¨¦cord en la capital.
¡°Nuestro medio es m¨¢s liberal en muchos sentidos y la mujer ha podido progresar m¨¢s que en otros¡±, incide Natalia Mill¨¢n, protagonista de Billy Elliot el musical, en el teatro Nuevo Alcal¨¢ de Madrid, un espect¨¢culo producido por SOM, compa?¨ªa en la que trabajan 181 hombres y 152 mujeres. En Let's Go, detr¨¢s de La familia Addams o El jovencito Frankenstein, trabajan 500 personas, el 60% son mujeres.
La temporada que acaba ha supuesto un hito para los musicales. En el ¨²ltimo a?o, se han estrenado m¨¢s t¨ªtulos que nunca, tanto importados desde Broadway y el West End como de nueva creaci¨®n. ¡°Es un momento brillante¡±, remarca P¨¦rez Abej¨®n, ¡°con grandes t¨ªtulos y propuestas m¨¢s independientes¡±. El 21% de los turistas espa?oles que visita Madrid lo hace para ver un musical, seg¨²n datos de Stage. La capital se ha convertido en la cuarta ciudad del mundo en el g¨¦nero y la primera en castellano.
Ese crecimiento ha ido de la mano de la penetraci¨®n de las mujeres m¨¢s all¨¢ de la actuaci¨®n. ¡°En sectores como maquinaria, luz o sonido a¨²n cuesta, la verdad, pero cada vez hay m¨¢s jefas de departamento. Especialmente en regidur¨ªa, donde, al menos en nuestros espect¨¢culos, hay m¨¢s mujeres que hombres¡±, explica P¨¦rez Abej¨®n en relaci¨®n a los equipos que trabajan en El Rey Le¨®n y Anastasia.
Las bambalinas han sido el hogar de Maite Prieto, de 58 a?os, desde que cambi¨® la danza por la regidur¨ªa, hace veinte a?os. ¡°No era nada f¨¢cil¡±, recuerda, ¡°cuando me tocaba coordinar me dec¨ªan: ¡®S¨ª, bonita, s¨ª¡±. ¡°Era el 2000 y solo hab¨ªa una mujer entre los 16 maquinistas de aquella producci¨®n de La bella y la bestia en el Lope de Vega¡±, agrega.
¡°A m¨ª me quisieron echar de una compa?¨ªa porque estaba embarazada¡±, suelta Mill¨¢n. ¡°Era una producci¨®n de teatro cl¨¢sico y me pusieron la carta de despido delante porque dec¨ªan que no pod¨ªa hacer los movimientos que me exig¨ªan. Me negu¨¦ y la Uni¨®n de Actores me ayud¨® mucho¡±, explica. La realidad es que antes, ni la lacerante desigualdad salarial entre g¨¦neros, ni los ataques a la autoridad femenina, ni el acoso sexual se denunciaban como actualmente.
¡°He sufrido desigualdad de sueldo en varias ocasiones en mi carrera¡±, sentencia Mariola Pe?a, actriz y cantante sevillana de 37 a?os, ahora en Polvorones, una obra de texto en el teatro Lara de Madrid. Ella fue una de las protagonistas de la primera producci¨®n de Hoy no me puedo levantar, musical basado en las canciones de Mecano y uno de los hitos del g¨¦nero en espa?ol. ¡°Siempre lo achaqu¨¦ a que no lo supe gestionar bien en su d¨ªa¡±, a?ade Pe?a. Una suerte de S¨ªndrome de la Impostora, que genera inseguridad en personas con ¨¦xito. Domina en las mujeres, debido al machismo estructural de la sociedad.
¡°No es nuestra culpa, hay muchos m¨¢s factores¡±, apunta P¨¦rez Abej¨®n. La periodista musical Laura Pel¨¢ez, de 36 a?os, lo secunda: ¡°A¨²n nos culpabilizamos¡±, explica Pel¨¢ez, responsable de La quinta pared, espacio dedicado al teatro musical en el programa La Sala de Radio Nacional de Espa?a y que tambi¨¦n ha ejercido de jefa de prensa de m¨²ltiples espect¨¢culos.
La edad es otro factor que constri?e la carrera de las mujeres en el ¨¢mbito. ¡°Nadie se acuerda de nosotras cuando llegamos a cierta edad. Hoy pasamos de j¨®venes como las concursantes de Operaci¨®n Triunfo a Jane Fonda. Un hombre no sufre esa discriminaci¨®n. Para ellos siempre hay un personaje¡±, se queja Pe?a. ¡°?ltimamente, cada vez que me sale un trabajo pienso que quiz¨¢ sea el ¨²ltimo¡±, agrega Natalia Mill¨¢n. ¡°Ahora encarno a la se?ora Wilkinson [en Billy Elliot], un personaje poderoso, que no depende de los hombres y gracias al que cambia la historia. Es una aut¨¦ntica rareza", contin¨²a Mill¨¢n.
¡°El teatro no es una profesi¨®n de putas¡±. La Liga de Mujeres Profesionales del Teatro utiliz¨® esta expresi¨®n en un comunicado que lanz¨® en 2017 para denunciar el acoso en el teatro. ¡°Se trata de un sector lleno de depredadores sexuales que abusan de su posici¨®n dentro de la industria, amparados por las din¨¢micas sociales¡±, explicaban desde esta instituci¨®n internacional, que pelea por los derechos de la mujer en las artes esc¨¦nicas. Concretamente, denuncia las violaciones o el acoso en los castings del sector.
Pasar por el aro
¡°Somos carne de ca?¨®n para los depredadores porque ponemos mucha ilusi¨®n en nuestro trabajo, es muy vocacional y trabajamos con las emociones. Estamos en una posici¨®n muy vulnerable¡±, opina Mill¨¢n. Como Pe?a, la otra actriz de este grupo de mujeres, asegura haberse sentido intimidada en alguna ocasi¨®n. ¡°Los castings en los que quieren que pases por el aro [tener relaciones sexuales] no son un mito¡±, dice Mill¨¢n. ¡°Una vez hubo quien me prometi¨® que impulsar¨ªa mi carrera si pasaba por el aro¡±, complementa Pe?a, usando el mismo eufemismo que Mill¨¢n. ¡°Como no piqu¨¦, me amenaz¨® con hundir mi carrera¡±, contin¨²a.
El mes pasado se anunciaron los nombres de los nuevos gestores de la Compa?¨ªa Nacional de Teatro Cl¨¢sico (CNTC); de la Orquesta y Coro Nacionales de Espa?a (OCNE); de la Compa?¨ªa Nacional de Danza (CND); del Ballet Nacional de Espa?a (BNE); y del Centro Dram¨¢tico Nacional (CDN). Entre los elegidos, no hab¨ªa ninguna mujer. ¡°?No hubo candidaturas femeninas en una profesi¨®n donde hay m¨¢s mujeres que hombres?¡±, se pregunta Mill¨¢n: ¡°No se entiende¡±.
Como no lo comprenden, todas coinciden en que hay que ¡°seguir peleando¡±: ¡°Si no, nadie nos va a dar nada¡±, reivindica Maite Prieto. Mill¨¢n habla de cuotas: ¡°Las mujeres nos incorporamos m¨¢s tarde a muchas ¨¢reas, por eso creo en las cuotas. Alg¨²n d¨ªa no ser¨¢n necesarias. Como alg¨²n d¨ªa puede que alcancemos la igualdad y no haga falta ser feminista. A¨²n no ha pasado¡±.
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