The Richard Channin Foundation, la fiesta fin de siglo del arte contempor¨¢neo
Una exposici¨®n en Sevilla revisa los or¨ªgenes del colectivo y su papel determinante para el desarrollo del arte en el siglo XXI
Ten¨ªan poco m¨¢s de 22 a?os, reci¨¦n dejaban atr¨¢s sus estudios en una "decimon¨®nica" Facultad de Bellas Artes de Sevilla, y a su imperiosa necesidad de transgredir unieron sus ganas de hacer del arte una fiesta. Juan del Junco (Jerez de la Frontera, 1972), Miki Leal (Sevilla, 1974) y Fer Clemente (Jerez de la Frontera, 1975) se convirtieron de repente, de pura admiraci¨®n y sentido l¨²dico del arte, en aquellos chavales que cerraban, cada noche, las inauguraciones de sus artistas m¨¢s venerados en las galer¨ªas m¨¢s importantes de la ciudad. Eran gente divertida, desacomplejada e inquieta. Confund¨ªan, pretendidamente, su ambici¨®n art¨ªstica con las ganas de pasarlo bien. Pose¨ªan una ilusi¨®n desbordante, inocencia, desparpajo y una inusitada capacidad de seducci¨®n que lleg¨® a atrapar a sus m¨¢ximos referentes. Cuando el pintor Luis Gordillo (Sevilla, 1934), padre incuestionable de las vanguardias art¨ªsticas nacionales, puso sus ojos en ellos -para ejercer un padrinazgo que a¨²n hoy contin¨²a-, el fen¨®meno ya se hab¨ªa producido: nac¨ªa la Richard Channin Foundation.
Abanderaban una est¨¦tica cutre, a la que ellos denominaban chana, mezclaban g¨¦neros sin pudor -performances, fotograf¨ªa, pintura, v¨ªdeos e instalaciones- y fueron transgresores desde su propio enunciado, donde se encuentra encerrada toda la carga gen¨¦tica del colectivo: "El nombre del grupo es casi un juego de palabras. Nosotros cultivamos una est¨¦tica que denominamos chana y, adem¨¢s, hemos crecido amamantados por la televisi¨®n, con series como Falcon Crest, as¨ª que decidimos aprovechar la coincidencia del nombre de uno de los personajes m¨¢s malvados de la serie", explicaba Miki Leal en 1999 en una entrevista concedida a El Pa¨ªs.
Veinte a?os despu¨¦s de aquel fen¨®meno que vendr¨ªa a cambiar para siempre tanto la est¨¦tica como las relaciones humanas y conexiones art¨ªsticas en el panorama pl¨¢stico nacional, el Centro Andaluz de Arte Contempor¨¢neo de Sevilla (CAAC) les dedica una exposici¨®n, "de eminente car¨¢cter historiogr¨¢fico", para explicar que The Richard Channin Foundation "no fue un fen¨®meno aislado, y tampoco es solo un colectivo, sino toda una generaci¨®n que madur¨® en plural. Su ilusi¨®n signific¨® un cambio con todo lo anterior", explica el comisario de la muestra, el historiador y periodista Sema D'Acosta, para quien la fortaleza de estos artistas resid¨ªa en que "cre¨ªan en la complementariedad antes que en la competencia, por lo que trabajaban de manera solidaria sin pensar en estrategias ni en rivalidades".
Pero tambi¨¦n es clave ese punto de descreimiento y desverg¨¹enza que planea a lo largo de toda la exposici¨®n. "Durante esos a?os, se corre la voz y hay galeristas de Madrid y Barcelona que vienen a Sevilla a verlos", recuerda D'Acosta. La primera fue Magda Bellotti, que acababa de cerrar su galer¨ªa del Campo de Gibraltar para establecerse en Madrid. "Nos preparamos unos dosieres muy concienzudos, con im¨¢genes de todos nuestros trabajos, para que los viera. Pero cuando se los entregamos, nos dijo: ?No, pero si lo que yo quiero es que me mont¨¦is una fiesta en la galer¨ªa!", recuerda entre risas Fer Clemente. Y es que "el fen¨®meno Channin siempre ha estado por encima de sus obras, es un hecho sociol¨®gico que superaba en muchos casos la faceta art¨ªstica del grupo", analiza el comisario de la exposici¨®n: Un triunvirato que se convirti¨® en motor de arranque, n¨²cleo dinamizador y principio aglutinante de las motivaciones de muchos de los artistas de su generaci¨®n.
The Richard Channin Foundation dur¨® apenas un lustro, el tiempo necesario para que cada uno de sus integrantes fuera capaz de volar en solitario, pero durante todos aquellos a?os su estudio en la capital hispalense fue un eje catalizador de todo el talento art¨ªstico que, desde Sevilla, marcaba las pautas de la nueva escena pl¨¢stica nacional y que, en la edici¨®n de la Feria ARCO del a?o 2004, ya fue bautizada como la "Generaci¨®n del 2000".
Por ese estudio abierto al p¨²blico desfilaron "otros creadores bien considerados que igualmente emergieron en ese momento alrededor del fen¨®meno de la Channin, caso de Jos¨¦ Miguel Pere?¨ªguez, Rub¨¦n Guerrero, Mariajos¨¦ Gallardo, Crist¨®bal Quintero, Javier Parrilla, Norberto Gil, Ram¨®n David Morales o Manolo Bautista, entre otros", recuerda el comisario. Es as¨ª como este colectivo, sin saberlo y sin pretenderlo, se podr¨ªa inscribir "en una de las corrientes art¨ªsticas internacionales m¨¢s conspicuas de finales del siglo XX, la denominada est¨¦tica relacional establecida por Nicolas Bourriaud", apostilla Sema D'Acosta. Ante la falta de perspectivas, referencias y apoyo institucional, The Richard Channin Foundation construy¨® sus propios puentes y cre¨® sus propias din¨¢micas, siempre de acogida y descubrimiento de nuevos artistas.
La exposici¨®n, de eminente car¨¢cter narrativo y documental, est¨¢ planteada a la inversa, desde el punto final de la experiencia, que tiene como detonante la salida de Miki Leal del estudio en el centro de la ciudad para establecerse en solitario en el barrio de Triana, hasta sus or¨ªgenes. En la primera parte se muestran sus obras emblem¨¢ticas, entre las que destacan la instalaci¨®n La custodia del cubata, "quiz¨¢s el cubata sea el elemento m¨¢s relacional que exista", reflexiona Fer Clemente, y las piezas que compusieron su ¨²nica exposici¨®n conjunta en la galer¨ªa Cavecanem de Sevilla en el a?o 2001. "All¨ª lo importante no era lo que colgaba de las paredes sino el movimiento que se estaba generando", recuerda Clemente.
"Los artistas somos unos guerreros solitarios, y ahora mismo estamos en esa etapa, pero es importante saber y recordar que hubo un momento en el que lo importante era pertenecer a un clan, el del arte contempor¨¢neo, y poder cambiarlo. Ven¨ªamos de estudiar en una facultad decimon¨®nica, anacr¨®nica", protesta Juan del Junco, "y nos vimos en la necesidad de reaccionar". 20 a?os despu¨¦s, ya son historia.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.