Colau, cuatro a?os despu¨¦s: menos activismo, m¨¢s polic¨ªa en la calle
El segundo mandato de la alcaldesa arranca marcado por la alianza con el PSC y una actitud mucho m¨¢s pragm¨¢tica en el ¨¢mbito pol¨ªtico y m¨¢s mano dura en la calle
La alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, se estren¨® hace cuatro a?os en el cargo con un primer mes de v¨¦rtigo. Casi a diario anunci¨® actuaciones simb¨®licas o iniciativas de calado: enterr¨® el proyecto de los Juegos de Invierno, revirti¨® la privatizaci¨®n de dos guarder¨ªas, retir¨® el busto del rey Juan Carlos del sal¨®n de plenos y congel¨® las licencias de nuevos hoteles. El segundo mandato de Colau arranca marcado por la alianza con el PSC y una actitud mucho m¨¢s pragm¨¢tica en lo pol¨ªtico y con m¨¢s mano dura en la calle. Los comunes han visto, adem¨¢s, c¨®mo la justicia ha tumbado uno de sus proyectos estrella: el plan de hoteles.
La investidura, el pasado 15 de junio, ya marc¨® la diferencia. Fue completamente distinta de la de 2015. De la alegr¨ªa de entonces en el sal¨®n de plenos y la plaza de Sant Jaume a las protestas por los votos de Manuel Valls que hicieron alcaldesa a Colau. Estas son las principales decisiones del ejecutivo de la alcaldesa en lo que va de su segundo mandato:
Alianza de gobierno que enfr¨ªa proyectos de los comunes. El acuerdo de gobierno entre los comunes y el PSC (10 y 8 concejales respectivamente) permitir¨¢ al ejecutivo municipal dejar atr¨¢s la sangrante minor¨ªa del pasado mandato (11 ediles de 41). Con todo, el acuerdo de Colau con los socialistas enfr¨ªa proyectos que eran clave para los comunes, como la municipalizaci¨®n del agua o la revisi¨®n de la ordenanza de civismo. El acuerdo, adem¨¢s, no aborda aspectos en los que los socios discrepan, como los cruceros o la prostituci¨®n.
La seguridad y el top manta, una prioridad absoluta. Quince d¨ªas despu¨¦s de que se formase el nuevo Gobierno lleg¨® su primera medida medi¨¢tica y visible: un dispositivo intensivo contra el top manta, con 100 polic¨ªas patrullando de nueve y media de la ma?ana a diez de la noche y que fue anunciado a bombo y platillo por su concejal de Seguridad, Albert Batlle (PSC). El objetivo, dijo, era ¡°erradicar¡± la venta ambulante en la ciudad, una de las prioridades del Gobierno. Los manteros acusan a Colau y sus socios de traicionarlos y de buscar una soluci¨®n policial cuando en otras ocasiones hab¨ªan optado por aplicar medidas sociales. De nuevo la polic¨ªa fue la soluci¨®n del Gobierno municipal para abordar otro problema que hace a?os arrastra la ciudad: la degradaci¨®n de la zona del Port Ol¨ªmpic. Tras una pelea en la que muri¨® un joven de 25 a?os, Batlle anunci¨® un nuevo dispositivo en la zona, con m¨¢s agentes de la Guardia Urbana y con los antidisturbios de los Mossos. Tambi¨¦n de Batlle fueron unas pol¨¦micas declaraciones en las que propuso el ¡°retorno asistido¡± de los menores migrantes. Un peque?o porcentaje de ellos se dedica a cometer hurtos y robos violentos en la ciudad. El concejal corrigi¨® sus palabras y se refiri¨® a ¡°velar por el derecho a la tutela¡± de los menores. La mano dura en temas de seguridad, que es la principal preocupaci¨®n de los ciudadanos de Barcelona, tambi¨¦n se aplicar¨¢ contra las patrullas ciudadanas. Batlle, el teniente de alcald¨ªa m¨¢s visible este verano, avis¨® de que combatir¨ªa este tipo de iniciativas. ¡°No puede haber autorganizaci¨®n en un tema tan sensible y responsabilidad de la administraci¨®n como es la seguridad¡±, advirti¨®.
Una emergencia clim¨¢tica diferida. Colau convoc¨® hace tres semanas una cumbre para preparar la declaraci¨®n de emergencia clim¨¢tica el pr¨®ximo 1 de enero de 2020. Un encuentro pomposo, con un centenar de participantes, pero sin medidas contundentes inmediatas. El gobierno municipal insiste en que su principal apuesta es la restricci¨®n de la circulaci¨®n de los veh¨ªculos m¨¢s contaminantes en el per¨ªmetro de las rondas a partir de enero. Si esto no resulta suficiente, implantar¨¢ un peaje urbano. Expertos y entidades critican la tibieza y tardanza de estas medidas.?
Mano tendida a Torra para aprobar las cuentas. La alcaldesa y el presidente de la Generalitat, Quim Torra, se reunieron en julio y se emplazaron a celebrar una comisi¨®n mixta en octubre para desencallar temas concretos. Pero hubo un desacuerdo de base: La Generalitat no reconoce la llamada ¡°deuda social¡± que reivindica Colau y que asciende a unos 280 millones de euros. La alcaldesa cree adem¨¢s que el Govern deber¨ªa incrementar en 30 millones sus transferencias anuales a la ciudad. Ambos l¨ªderes, sin embargo, se tendieron la mano para aprobar sus respectivos presupuestos.
Sueldos m¨¢s altos. El partido de Colau, Barcelona en Com¨², se dot¨® en 2015 de un c¨®digo ¨¦tico que limitaba los sueldos de electos y altos cargos a 2.200 euros. Una cifra que los comunes se han dado cuenta de que resulta insuficiente para un trabajo que exige jornadas muy largas y que adem¨¢s contradice el propio c¨®digo ¨¦tico, porque imposibilita la conciliaci¨®n de su trabajo con la vida personal. Por ello han decidido aumentar los sueldos de los cargos que est¨¢n en primera l¨ªnea de gobierno. Un 40% a la alcaldesa, un 27% a los concejales y un 13% a los comisionados.
La sentencia que tumba el plan de hoteles. El plan urban¨ªstico con el que el gobierno de Colau intent¨® poner coto a los hoteles se encontr¨® con el mismo destino que sus antecesores promovidos por socialistas y convergentes. Varias sentencias del Tribunal Superior de Justicia de Catalu?a (TSJC) anulan total o parcialmente el plan especial urban¨ªstico de alojamientos tur¨ªsticos (Peuat), entre otras cosas, por carecer de una memoria de impacto financiero. El gobierno ha anunciado que solicitar¨¢ una aclaraci¨®n al tribunal sobre las sentencias, que no son firmes.
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