Una vida destrozada por un kamikaze
V¨ªctor L¨®pez, de 20 a?os, se dirig¨ªa el domingo al supermercado en el que trabajaba como carnicero cuando choc¨® de frente con un coche que circulaba en direcci¨®n contraria a toda velocidad en la M-50
V¨ªctor sol¨ªa dormir con su madre. Ocupaba el lugar de la cama que dejaba vac¨ªo por las noches su padre, que se iba de madrugada a trabajar de guarda de seguridad en un centro comercial en sus horas de cierre, patrullando pasillos vac¨ªos. Solos, en la oscuridad de la habitaci¨®n, madre e hijo a menudo recordaban a Roberto, el hermano mayor muerto un a?o atr¨¢s. Aquella p¨¦rdida arras¨® con ellos, pero en ¨²ltima instancia se ten¨ªan el uno al otro a oscuras, en una escena que parec¨ªa sacada de la infancia. [Actualizaci¨®n: El juez imputar¨¢ al kamikaze de la M-50 por homicidio doloso y lo mandar¨¢ a prisi¨®n]
La madrugada del domingo, V¨ªctor se levant¨® a las seis de la ma?ana en Rivas Vaciamadrid. En una hora deb¨ªa estar en el Carrefour de San Fernando de Henares, el supermercado que lo hab¨ªa contratado dos d¨ªas antes como carnicero. Era un empleo que pod¨ªa compaginar con su grado superior en animaci¨®n sociodeportiva. Se duch¨®, desayun¨® y baj¨® a su coche. Antes de arrancar y enfilar el camino a la M-50, una carretera con poca circulaci¨®n a esas horas, no ley¨® el ¨²ltimo mensaje que le hab¨ªa enviado su madre por WhatsApp: "Que se te d¨¦ bien el d¨ªa".
No vio el amanecer. Al poco de rodar por la carretera, a la altura de Coslada,?le embisti¨® a toda velocidad en la puerta lateral, seg¨²n los primeros resultados de la investigaci¨®n, un Golf morado. Al volante iba Kevin Cui, un hombre de 35 a?os al que su familia hab¨ªa perdido de vista esa noche. V¨ªctor L¨®pez, de 20, muri¨® al instante, atrapado en la carrocer¨ªa. Cui, que dio positivo en la tasa de alcoholemia, sali¨® por una ventanilla del coche tuneado y estuvo caminando por el arc¨¦n, desorientado, hasta que lleg¨® la ambulancia.
Unos minutos antes del impacto, una mujer conduc¨ªa por la M-50 de camino a una competici¨®n de triatl¨®n que iba a disputar su hija. Sub¨ªa una cuesta por el carril derecho cuando el coche de Cui le adelant¨® "a toda leche". El tubo de escape sonaba como un proyectil. El coche aceler¨® todav¨ªa m¨¢s, recuerda por tel¨¦fono, y pas¨® a hacer eses de un lado a otro. Aminor¨®, asustada por lo que estaba viendo. Cuando el conductor se detuvo en el arc¨¦n, aprovech¨® para esquivarlo. Su hija mir¨® para atr¨¢s y no pod¨ªa creer lo que ve¨ªa:
¡ªAcaba de hacer una pirula y sube en direcci¨®n contraria a todo meter.
La mujer llam¨® de inmediato a las otras madres que se dirig¨ªan a la misma competici¨®n con sus hijos. Les alert¨® de que corr¨ªan el riesgo de toparse con un coche enloquecido. "Les dije que tuvieran mucho cuidado, estaban a punto de cruzarse con un loco". Pocos minutos despu¨¦s su hija recibi¨® un mensaje de una amiga cont¨¢ndole que el conductor err¨¢tico se hab¨ªa estrellado contra otro de frente.
A la mujer se le qued¨® mal cuerpo para el resto del d¨ªa. Por la tarde, al llegar a casa, llam¨® a la Guardia Civil: "Para m¨ª, es un asesino. No quiero que ahora ponga excusas como que se equivoc¨® de salida o lo hizo sin querer. Sab¨ªa perfectamente lo que hac¨ªa". Si fuera a ella a quien le hubieran embestido, dice, le gustar¨ªa que otra gente hiciera lo mismo y contara la verdad.
La escapada del coche tuneado se llev¨® por delante la vida de un joven que comenzaba a salir de la bruma en la que le hab¨ªa sumido la muerte de su hermano, cinco a?os mayor. El trabajo nuevo, retomar los estudios, la perspectiva de presentarse en el futuro a las oposiciones de bombero o polic¨ªa, le hab¨ªan levantado el esp¨ªritu. Tambi¨¦n hac¨ªa un esfuerzo para proteger a sus padres, explica una t¨ªa, con los que hac¨ªa de b¨¢lsamo en el dif¨ªcil trance que viv¨ªan tras perder a un hijo.
V¨ªctor llevaba cinco a?os con Laura, su novia. Con ella pas¨® la ¨²ltima noche. Cuando se enter¨® del accidente se meti¨® en Internet a buscar la noticia para desmentir lo que le contaban por tel¨¦fono (no pod¨ªa ser verdad). Y encontr¨® un resquicio. En las informaciones de agencias que circulaban esa ma?ana por los peri¨®dicos digitales se dec¨ªa que el fallecido en el choque ten¨ªa 35 a?os y el superviviente, 24. Su novio estaba m¨¢s cerca de la edad del segundo que del primero. ?No ser¨ªa que en realidad hab¨ªa muerto el otro? Llam¨® al hospital con la esperanza de que le dijeran que todo hab¨ªa sido un malentendido. No lo era. Las noticias hab¨ªan confundido las edades.
Por la tarde, los t¨ªos de V¨ªctor fueron al desguace en busca de sus pertenencias. Entre los restos de su coche destrozado, un Citro?n C4, rescataron la pulsera de un reloj Apple Watch, pero no su esfera, una cartera y una mochila. Un empleado del desguace les llev¨® tambi¨¦n una bolsa de pl¨¢stico con una toalla de playa dentro. La miraron extra?ados, hasta que cayeron en la cuenta de que por error les hab¨ªan entregado las cosas de Cui, el kamikaze. El descuido les incomod¨®.
En el hospital
La familia del superviviente de la colisi¨®n aguardaba noticias este lunes en la sala de espera de la unidad de recuperaci¨®n del hospital Gregorio Mara?¨®n, donde fue ingresado con un fuerte golpe en el brazo. La Guardia Civil le tomar¨¢ declaraci¨®n cuando est¨¦ recuperado y decidir¨¢ de qu¨¦ delitos le acusan. Su madre facilit¨® a este peri¨®dico el tel¨¦fono de un abogado que ha asumido su defensa. El letrado no descolg¨® el tel¨¦fono.
El tanatorio de Coslada se llen¨® de amigos de V¨ªctor a mediod¨ªa. La sala n¨²mero dos tard¨® en abrir. En la puerta hab¨ªa un cartel donde se le¨ªa V¨ªctor L¨®pez Casado. "Yo solo quiero darle dos besos a ese muchacho", dijo su madre, Gema Casado, rodeada de familiares. Llor¨® por su compa?ero de noches y desvelos, pero tambi¨¦n por aquel al que recordaban juntos: "Hace 11 meses ten¨ªa dos hijos. Por una cosa y otra, ahora ya no tengo ninguno".
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