Madrid rescata a sus emigrantes pobres
Un antiguo vecino de Arg¨¹elles sin recursos y enfermo en Colombia es el primer repatriado de la regi¨®n gracias a un convenio de la Comunidad con una fundaci¨®n


A mediados de septiembre, cuando pis¨® el aeropuerto de Barajas, Jos¨¦ Luis Laguna no pens¨® en que era el primer madrile?o rescatado de la pobreza de su vida en el extranjero (Colombia) con fondos de la Comunidad de Madrid; ni en el convenio de colaboraci¨®n p¨²blico-privada de 100.000 euros (repartidos a partes iguales) que lo hab¨ªa permitido gracias a la Fundaci¨®n +34; ni en que su ingreso en una residencia p¨²blica pondr¨ªa punto final a m¨¢s de un a?o viviendo sin casi moverse en su oficina, rodeado de suciedad y ratas. No. Laguna, de casi 70 a?os, pens¨® en el cielo y en el olor del aeropuerto.
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?"El cielo es igual que el de Colombia. Esto no cambia. Pero s¨ª el olor. Sobre todo el olor. Ol¨ªa a Madrid", cuenta este madrile?o del barrio de Arg¨¹elles. "Se movieron muchas cosas [por dentro]. Estoy d¨¦bil, sensiblero".
Laguna lleg¨® con menos de 300 d¨®lares en la cartera, con un osciloscopio Fluke, unos destornilladores y otras herramientas en la maleta como testigo de su trabajo como ingeniero el¨¦ctrico, y con un pu?ado de camisetas.
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Todo, cuenta, empez¨® con una gripe. Luego lleg¨® la enfermedad pulmonar obstructiva cr¨®nica (EPOC). Las estancias en hospitales y los medicamentos pagados de su bolsillo. Los problemas econ¨®micos. La crisis de p¨¢nico. La amenaza de desahucio. La inmovilidad contada de resoplido en resoplido por culpa de los pulmones ¡ª "Estaba doblado", dice mientras imita un jadeo¡ª. Los meses sin casi salir de casa mientras se acumulaba la suciedad y llegaban las ratas.
Los men¨²s que le llevaron a adelgazar 25 kilos eran "la nada", cuenta mientras se se?ala la piel que le sobra porque ya no cubre el m¨²sculo de antes. Leche y ponqu¨¦, un bollo, para desayunar. Zumo y caldo para comer. La iniciativa de buscarle ayuda la tomaron cuatro amigos acerc¨¢ndose al consulado.
"El proceso para que Jos¨¦ Luis haya sido el pionero en este convenio con Madrid empez¨® hace ya cuatro a?os en una reuni¨®n en la Asamblea empujada por [el diputado socialista] Diego Cruz y una joven diputada reci¨¦n llegada llamada Isabel D¨ªaz Ayuso y apoyada por todos los grupos", cuenta Javier Casado, director de la Fundaci¨®n +34, que se desplaz¨® a Colombia. "A diferencia de los acuerdos que ya ten¨ªamos firmados con ocho comunidades aut¨®nomas para la asistencia a los privados de libertad, el proyecto de Madrid se quiso desde un principio que fuera m¨¢s ambicioso, dando cobertura y ayuda asistencial a todo aquel madrile?o que estuviera en situaci¨®n de vulneraci¨®n o abandono", contin¨²a sobre los 800 madrile?os que calcula que est¨¢n en esas circunstancias en el extranjero. "Este primer convenio, aunque no sea una cantidad muy significativa, vale para empezar a andar y poder ayudar a esos otros vecinos que por muy lejos que se encuentren y muy mal que lo est¨¦n pasando, nunca dejar¨¢n de ser madrile?os".
Seg¨²n se establece en el acuerdo, que suma 100.000 euros, la Comunidad aporta 50.000 euros y sus servicios sociales para atender al reci¨¦n llegado, mientras que la asociaci¨®n a?ade otros 50.000 euros y su apoyo en el exterior al afectado. Aunque en 2017 ya se repatri¨® desde Holanda a un madrile?o, fue gracias al esfuerzo conjunto de distintas Administraciones y organizaciones, y sin un programa marco ni un acuerdo que sentara las bases para sistematizar un programa de acogida.
Laguna es el pionero. Durante casi 20 a?os, vivi¨® en M¨¦xico, Venezuela y Colombia. Gan¨® mucho dinero. Tambi¨¦n lo perdi¨®. Volvi¨® a Espa?a y se march¨® de nuevo para seguir trabajando como ingeniero el¨¦ctrico, montando empresas aqu¨ª y all¨¢, sobreviviendo, triunfando y volviendo a sobrevivir. Hasta que las cosas de la salud empezaron a ir realmente mal. Le cost¨®, admite, pedir ayuda, aunque a su alrededor se acumularan los problemas y la suciedad.
"Jos¨¦ Luis, no vivir¨ªa as¨ª ni aunque fuese perro", le dijo con acento caribe?o una de las personas que le ayud¨®.
"No digas eso nunca jam¨¢s. Eso pensaba yo. Y mira", contest¨®, se?alando los muebles destartalados, la suciedad acumulada, las paredes desconchadas y esa caja que se mov¨ªa, llena de ratas.
"Soy el baby de la residencia", se r¨ªe ahora Laguna mientras estudia c¨®mo hacerse con un m¨®vil, c¨®mo vender los muebles que dej¨® en Colombia para lograr algo de dinero y c¨®mo puede reinventarse en su Madrid. No ha logrado contactar a¨²n con sus dos hijas. Cree que sus circunstancias podr¨ªan ser mejores. "Espero que esto sirva para que le vaya mejor a los otros, a los que vengan por detr¨¢s", dice el primer repatriado madrile?o sobre los que podr¨ªan seguirle.
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