La rebeli¨®n de las togas: los jueces no quieren trasladarse de sede

Los expedientes rebosan los archivos. Los funcionarios revisan sentencias api?ados. Los abogados, los jueces, los letrados, los procuradores, se mezclan entre los pasillos en un ambiente que tiene un punto de promiscuidad. Sin embargo, no quieren irse de este viejo edificio de la plaza de los Cubos, en la calle Princesa. Casi una veintena de magistrados han firmado una carta dirigida al consejero de Justicia de la Comunidad de Madrid en contra del traslado de este ¨®rgano judicial a una nueva sede. "Se ha decidido manu militari", se quejan en un escrito largo y combativo repleto de referencias a su especialidad, las leyes.

Los jueces consideran que el cambio de sede, a la calle Rosario Pino, en las inmediaciones de la plaza de Castilla, es arbitraria y "manifiestamente err¨®nea". Al recibir los planos se dieron cuenta de que el nuevo edificio, donde se reunir¨¢n los 36 juzgados de primera instancia de Madrid para facilitar la asistencia al ciudadano, no cuenta con el espacio suficiente. Su interpretaci¨®n es que no hay suficientes armarios para guardar los dossiers judiciales, lo que puede ser un grave problema para cumplir la Ley de Protecci¨®n de Datos.?

Los despachos, adem¨¢s, tienen apenas 12 metros cuadrados. "No pocas veces es necesario mantener entrevistas con las partes y sus abogados. Ahora va a ser f¨ªsicamente imposible", lamentan los magistrados. Otro inconveniente para ellos: no hay suficientes plazas de garaje para todos, lo que va a obligarles a cargar con los expedientes de papel en transporte p¨²blico.

El cambio, que todav¨ªa no tiene fecha concreta, ha soliviantado el d¨ªa a d¨ªa de los trabajadores del juzgado. "Yo ya he pedido el cambio a otro juzgado que s¨ª se queda en estas instalaciones. Y como yo, muchos otros", explica una funcionaria sentada en su mesa, frente a una monta?a de papeles. "Yo tampoco me quiero ir", a?ade su compa?era de mesa. En el despacho de uno de los magistrados firmantes, presidido por una foto del Rey y una imagen de la Virgen, el juez camina de un lado a otro para ejemplificar los pocos metros que tendr¨¢n a partir de ahora. Sus c¨¢lculos le dan que dispondr¨¢ de un espacio la mitad que el actual, que en ocasiones, como le ocurre ahora, debe compartir con una jueza en pr¨¢cticas.??

Las quejas por la situaci¨®n de las dependencias judiciales han sido una constante desde la anterior legislatura, explica un portavoz de la Consejer¨ªa de Justicia, Interior y V¨ªctimas de la Comunidad de Madrid. En 2017 se puso en marcha un plan de modernizaci¨®n y concentraci¨®n para los 21 partidos judiciales que hay en la regi¨®n. La idea es que los ciudadanos no tengan que desplazarse de una punta de la ciudad a la otra. Ese plan debe durar los cuatro siguientes a?os y conlleva una inversi¨®n m¨ªnima de 100 millones de euros. "El edificio de Rosario Pino es nuevo, moderno y est¨¢ mejor equipado para la labor que tiene que hacer el personal. La concentraci¨®n beneficia a los trabajadores, jueces, funcionarios, a todos. Adem¨¢s, la Comunidad tiene que pensar en los ciudadanos. Es mejor que todos est¨¦n unidos y no desperdigados", razona el portavoz.?

La concentraci¨®n, a?ade, supone un ahorro econ¨®mico a la administraci¨®n y al propio ciudadano. A su modo de ver, el cambio no debe ser una sorpresa para los jueces porque del plan se inform¨® a la sede del gobierno del Tribunal Superior de Justicia, a su presidente y a la decana de los juzgados de Madrid, Mar¨ªa Jes¨²s del Barco.?

La propia del Barco, por tel¨¦fono, deja claro que no est¨¢ contenta con el cambio. "Es un edificio peque?o para tantos juzgados que van a ir all¨ª, 36. El d¨ªa que esto se vot¨® en sala de gobierno no pude estar presente, no me pude oponer", cuenta. La decana hizo una propuesta alternativa que consist¨ªa en no trasladar todos los juzgados, sino unos escogidos. M¨¢s tarde, con una futura Ciudad de la Justicia en Valdebebas, un viejo sue?o del Gobierno del PP que ha encallado entre la falta de financiaci¨®n y las corruptelas, aglutinar todas las sedes. ?Hay algo que hacer? "Nada. La Comunidad ha tomado su decisi¨®n definitiva y es quien tiene las competencias", sentencia del Barco.?

Los magistrados, pese a su escrito beligerante, ?tomar¨¢n m¨¢s medidas? ?Habr¨¢ insubordinaci¨®n? ?Lo llaman democracia y no lo es? ?Obedecer¨¢n los que est¨¢n acostumbrados a mandar aunque sea con el librillo de la ley? Uno de los firmantes lo tiene claro: "No, al final cumpliremos con lo que nos manden. ?Nadie se quiere jugar su carrera judicial!".?