El presunto kamikaze de la M-50 seguir¨¢ en prisi¨®n provisional

Kevin Cui Bai, el conductor que se estrell¨® a 200 kil¨®metros y en direcci¨®n contraria contra el coche de un joven que se dirig¨ªa de madrugada a su puesto de trabajo en una carretera de Madrid, continuar¨¢ en prisi¨®n a la espera de juicio. La Audiencia Provincial desestim¨® este jueves el recurso presentado por el abogado del kamikaze, Alberto L¨®pez Orive, porque entiende que los hechos que se le imputan son graves y existe riesgo de fuga. El joven que se cruz¨® con Cui Bai muri¨® en el acto.?

El juzgado considera necesario que Cui Bai, espa?ol de origen chino de 24 a?os, siga en prisi¨®n para evitar la ocultaci¨®n o la destrucci¨®n de pruebas. La instrucci¨®n del caso, ocurrido el 15 de septiembre cuando estaba a punto de amanecer, contin¨²a abierta. Dos d¨ªas despu¨¦s del accidente, Cui Bai qued¨® en libertad acusado por la Guardia Civil de un delito de homicidio imprudente, pero un juez de Madrid, al leer las pruebas y los testimonios recogidos en prensa, ampli¨® la investigaci¨®n y orden¨® su detenci¨®n inmediata. Le acus¨® de un homicidio doloso, conducci¨®n temeraria y contra la seguridad vial. Lo envi¨® a la c¨¢rcel.

El abogado de Cui Bai, en el escrito con el que intentaba liberar a su cliente, subray¨® que en el momento de lo que ¨¦l considera un accidente, el conductor iba borracho. Tras el golpe, el kamikaze?dio positivo por 0,92 y 0,84 mg de alcohol por litro de aire aspirado en primera y segunda prueba. Adem¨¢s, el abogado pidi¨® una prueba a la Guardia Civil para determinar si Cui Bai utilizaba el m¨®vil en ese momento. Tras la vista en la que cada una de las partes deb¨ªa presentar su postura, Alberto L¨®pez insisti¨® en que el arraigo del detenido est¨¢ acreditado: "Familia, empresa, trabajo. Es una persona nacida aqu¨ª, un ciudadano espa?ol". Sobre si consideraba que la presi¨®n medi¨¢tica es lo que manten¨ªa a su cliente en prisi¨®n, dijo: "S¨ª que la ha habido pero en ning¨²n momento he aludido a eso en mi escrito".?

Sin embargo, han acabado imponi¨¦ndose las tesis de la abogada de la v¨ªctima, B¨¢rbara Royo. Hasta cinco testigos sostienen que Cui Bai conduc¨ªa a toda velocidad por la autopista. Aseguran haber visto claramente como esa ma?ana conduc¨ªa de forma temeraria cuando, de repente, fren¨® en seco, dio marcha atr¨¢s para coger ¨¢ngulo que le permitiera cambiar de direcci¨®n y arranc¨® a toda prisa en direcci¨®n contraria. No tienen dudas de que fue un acto meditado. Varios conductores consiguieron esquivarlo pero V¨ªctor L¨®pez, como se llamaba el chico con el que se estrell¨®, no lo consigui¨®. Uno de los testigos dijo ver "un haz de luz" cruzando la autopista. Era el coche de Kevin Cui Bai.?

Una vida destrozada por un kamikaze

V¨ªctor sol¨ªa dormir con su madre. Ocupaba el lugar de la cama que dejaba vac¨ªo por las noches su padre, que se iba de madrugada a trabajar de guarda de seguridad en un centro comercial en sus horas de cierre, patrullando pasillos vac¨ªos. Solos, en la oscuridad de la habitaci¨®n, madre e hijo a menudo recordaban a Roberto, el hermano mayor muerto un a?o atr¨¢s. Aquella p¨¦rdida arras¨® con ellos, pero en ¨²ltima instancia se ten¨ªan el uno al otro a oscuras, en una escena que parec¨ªa sacada de la infancia. (Lee aqu¨ª el reportaje completo).