La ¨²ltima provocaci¨®n culinaria en Madrid: los gofres de Chueca
En La Poller¨ªa solo se venden ¡®pollofres¡¯, dulces con forma de pene y tama?o XXL
¡°Buenas tardes, vengo a por una polla¡±. Suena mal, pero eso es lo ¨²nico que venden en La Poller¨ªa (Barbieri, 23; de 16.00 a 23.00): gofres con forma de pene y de tama?o extragrande. ¡°Los llamamos pollofres¡±, cuenta Pedro Bauerbaum, tinerfe?o de 24 a?os que inaugur¨® su negocio en un peque?o local de Chueca hace solo una semana. ¡°La acogida ha sido incre¨ªble¡±, relata, ¡°se ha hecho viral muy r¨¢pido, sobre todo en redes sociales: en Instagram, en menos de 24 horas conseguimos 1.000 seguidores¡±. Ahora ya rozan los 4.000.
¡°Ha sido muy locura¡±, agrega Bauerbaum, que explica que el local no est¨¢ terminado: ¡°Los r¨®tulos est¨¢n en camino¡±. Las paredes lucen desnudas ¡ªa excepci¨®n de un ne¨®n con forma de pl¨¢tano¡ª y ning¨²n cartel anuncia el negocio, pero la gente se arremolina en la puerta. Un peque?o expositor muestra seis pollofres con diferentes recubrimientos: chocolate negro, blanco¡ ¡°?Qu¨¦ topping te pongo?", pregunta Bauerbaum a una cliente (cada gofre cuesta 3,8 euros m¨¢s 0,50 c¨¦ntimos por la cobertura). ¡°El que m¨¢s se vende es el blanco: a la gente le gusta el hiperrealismo¡±, agrega sin poder reprimir una carcajada. ¡°Entonces p¨®nmelo blanco", responde Cintia P¨¦rez, de 39 a?os. ¡°Lo vi en redes y no pude resistir la curiosidad¡±, contin¨²a. Va acompa?ada de una amiga y tras ella, esperan otros tres clientes.
Seg¨²n cuenta, la provocaci¨®n no motiv¨® a Bauerbaum a inaugurar su particular poller¨ªa. ¡°Regento una helader¨ªa y con la llegada del invierno estaba pensando en diversificar el negocio¡±, explica, ¡°decid¨ª servir tambi¨¦n gofres¡±. ¡°Ped¨ª a la f¨¢brica china a la que encargo las wafflereas [los moldes para hacer los gofres] el cat¨¢logo y me pasaron uno en el que hab¨ªa de todo: ositos, peces, flores¡ Todo tipo de formas¡±, rememora. Cuando lleg¨® a la p¨¢gina 19, no pudo evitar sorprenderse: ¡°?Joder con los chinos!¡±, pens¨® el canario al descubrir dulces y sexuales propuestas.
¡°Se me qued¨® en la cabeza y pens¨¦ que si produc¨ªan esos moldes ser¨ªa porque los vender¨ªan en alg¨²n sitio. Para m¨ª, solo hab¨ªa dos lugares en los que encajasen: en el Barrio Rojo de ?msterdam o en Chueca¡±, contin¨²a.
Bauerbaum no tiene constancia de que haya habido m¨¢s peticiones de sus moldes. ?l encarg¨® las herramientas, busc¨® un local en el barrio madrile?o, lo reform¨® ¡ª¡°una obra peque?a que hemos hecho en dos semanas¡±¡ª e inaugur¨® el pasado 3 de diciembre. ¡°?Por qu¨¦ eleg¨ª pollas? Pues¡ no s¨¦, la verdad¡±, contesta. ¡°Porque te encantan¡±, le interrumpe entre risas el ¨²nico trabajador que tiene contratado en la tienda. A los clientes parece que tambi¨¦n les gustan: en poco m¨¢s de 15 minutos, los dos polleros han servido una decena de gofres.
¡°El tama?o importa, pero esto es muy grande para com¨¦rselo en la calle¡±, comenta un chico a sus amigos. Todos r¨ªen. Todos se quedan dentro del local para acabar su dulce. ¡°?Y no vais a hacer co?os?", pregunta una pareja de chicas j¨®venes. ¡°Si nos va bien, nos ponemos con los co?os¡±, asegura Bauerbaum, ¡°siempre que los chinos puedan hacer los moldes¡±.
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