TikTok o cuando el algoritmo te ama
Cientos, miles de adolescentes bailan y sacan la lengua frente a sus m¨®viles. Entran en la aplicaci¨®n con su tel¨¦fono o su iPad y pasan 43 minutos al d¨ªa viendo v¨ªdeos de pocos segundos
No s¨¦ qui¨¦n es Charlie D¡¯Amelio. Ni Mark Anastasio. Tampoco s¨¦ lo que es la Hype House. Rosal¨ªa se ha incorporado a TikTok y desconozco si eso es bueno o malo. Mientras desempolvo mis cromos de picar, guardados desde hace a?os en una caja azul de metal estampada con la cara de Diana de Gales y Carlos de Inglaterra reci¨¦n casados, cientos, miles, millones de adolescentes bailan y sacan la lengua frente a sus m¨®viles. Entran con su tel¨¦fono o su iPad en TikTok una media de siete veces al d¨ªa y pasan 43 minutos viendo v¨ªdeos de pocos segundos. La aplicaci¨®n, de origen chino, es realmente adictiva. Entras y cuesta salir. ¡°Haces v¨ªdeos, bailas, haces lip singing?[lo que se conoce como cantar sin voz moviendo los labios]¡ pero yo nunca los cuelgo¡±, explica Cristina, una usuaria de 13 a?os.
Pregunto en mi entorno. En un chat de madres. Silencio absoluto. Solo una me escribe por privado: ¡°Creo que era el antiguo Musical.ly. Con Laia, mi hija mayor, ?fue horrible! Todo el d¨ªa haciendo muecas. En el ascensor, en el coche... ?qu¨¦ etapa!¡±, explica. La obsesi¨®n por hacerse fotos en el ascensor, sin duda, merece otra cr¨®nica.
Vuelvo a preguntar, ahora en mi entorno adolescente. Charlie D¡¯Amelio tiene 15 a?os y es una estrella de TikTok. Miras sus v¨ªdeos y confirmas que baila muy bien. Eso le vale tener m¨¢s de 18 millones de fans. 18 millones. El algoritmo le quiere. Y eso hace, entre otras cosas, que sea telonera de los Jonas Brothers. Mark Anastasio, m¨¢s de lo mismo. Muchos, millones de seguidores. La Hype House est¨¢ en Los ?ngeles, en Estados Unidos, una enorme mansi¨®n con piscina en la que desde el pasado diciembre viven algunas de las estrellas m¨¢s comentadas de TikTok. Se presentaron con una sesi¨®n de fotos al estilo Backstreet Boys, y en cuesti¨®n de minutos, #hypehouse comenz¨® a ser tendencia. Los chicos b¨¢sicamente crean contenido y la casa es un espacio de trabajo, aunque parezca de fiesta. ¡°Pueden invitar a amigos, pero sin interrumpir el trabajo de los otros; si se rompe algo, quien lo hace debe reponerlo en 15 d¨ªas, y los miembros del grupo tienen que producir contenido a diario. Adem¨¢s, si alg¨²n miembro tiene pareja, evitar¨¢ ser filmado con otra persona a solas para evitar rumores¡±, explicaban recientemente en Smoda.
En mi buz¨®n de correo, una nota de prensa informa: ¡°La cantante Rosal¨ªa ha abierto este fin de semana su cuenta oficial @rosaliavt, la cual ha acumulado miles de seguidores con tan solo tres v¨ªdeos. Horas despu¨¦s de haber publicado su llegada a TikTok, la cantante ha conseguido m¨¢s de 52.000 likes en su perfil¡±. Solo el pasado a?o, TikTok se descarg¨® m¨¢s de 750 millones de veces. ¡°Es una plataforma en la que los chavales pueden expresarse con libertad y ser creativos, adem¨¢s de divertirse. Es la generaci¨®n Z, que adem¨¢s es muy dif¨ªcil de impactar con la publicidad convencional porque ya no consume la televisi¨®n de la manera tradicional y la mayor¨ªa usan adblockers para evitar la publicidad en sus dispositivos¡±, cuenta Mar¨ªa Bret¨®n, directora de Medios Sociales de GroupM. ¡°Una de las diferencias es la posibilidad de lanzar retos, que hacen que la comunidad se involucre y participe incrementando el sentimiento de pertenencia. Adem¨¢s, lo primero que ve el usuario cuando entra no es lo que publican sus amigos, sino contenido que TikTok le va mostrando en funci¨®n de los ¨²ltimos v¨ªdeos consumidos, por lo que es un gran consumidor de tiempo¡±.
Pese a la adicci¨®n que crea y otros nubarrones, la aplicaci¨®n es defendida incluso por madres. ¡°Contra todo pron¨®stico, despu¨¦s de la desconfianza e incomprensi¨®n inicial, me he descubierto una fan de TikTok. La red social lleg¨® a mi m¨®vil a trav¨¦s de mis ni?as, de 8 y 10 a?os. Que s¨ª, que son muy peque?as, pero al final he ca¨ªdo en la maternidad pragm¨¢tica y he optado por, despu¨¦s de un estudio inicial, dejar que lo usen y creen una cuenta privada¡±, explica la periodista Cecilia Jan.
Ya nada es igual. Y mucho menos el juego de los ni?os. ¡°Por lo menos esta aplicaci¨®n tiene un componente m¨¢s o menos creativo, porque al usarla cantan y bailan [y cantar y bailar son dos elementos del juego tradicional]. Pero en el fondo no deja de ser una red social en la que miran lo que hacen otros, se comparan, se enganchan a los likes y los views y regalan datos a sus propietarios [tal y como hacemos los adultos en nuestras redes]. Realmente, el tema nos supera¡±, reflexiona Eva Millet, autora del libro Hiperni?os, que defiende el juego libre ¡°como la mejor extraescolar que pueden desarrollar nuestros hijos: es su forma de vida, su manera de aprender c¨®mo funciona el mundo. Un derecho de la infancia¡±.
Bailo un rato en TikTok, pero prefiero volver a mi caja de aires reales. Lo comento con mi compa?era de patio. Otros tiempos. Sandra L¨¢zaro los recuerda: ¡°Nos sent¨¢bamos en c¨ªrculo en el suelo. Cada una con su caja met¨¢lica (la mayor¨ªa ten¨ªa la azul de Nivea) y su fajo de cromos en ella. Los hab¨ªa de todo tipo. Los m¨¢s preciados, los de purpurina. Utiliz¨¢bamos los m¨¢s viejos y repes para jugar. Los pon¨ªamos en un mont¨®n y boca abajo. Pic¨¢bamos por turnos y con la mano un poco hueca para voltear el m¨¢ximo n¨²mero. Ten¨ªamos nuestros trucos para ganar. A veces era un borde doblado o la mano humedecida. No nos cans¨¢bamos. Nunca. Y esper¨¢bamos el rato del patio con impaciencia. Volv¨ªamos a clase con las palmas de las manos rojas de tanto picar¡±.
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