Poco sexo, muchos prejuicios

No lo hay. Hay literatura, pol¨ªtica, maternidad, feminismo, machismo, fascismo, diversidad, lenguaje, migraci¨®n, racismo, amor, familia, econom¨ªa, verdad, pero no hay sexo. Bueno, apenas. Aqu¨ª hay una exclamaci¨®n irresoluble hace m¨¢s de veinti¨²n siglos: ¡°Qu¨¦ locura enamorarme yo de ti¡±. Y sin embargo, ocurre todos los d¨ªas. A Gabriela, Roc¨ªo y Jaime les pas¨® en 2014 y desde entonces tratan de ¡°sobrevivir al poliamor¡±. Bueno, al amor. No es que los seres humanos se lo merezcan especialmente -siempre asfixi¨¢ndolo con todas esas expectativas-, pero no saben ser sin ¨¦l. No nos hace m¨¢s productivos, no desarrolla las industrias, ni la econom¨ªa, no es una habilidad t¨¦cnica, ni un avance tecnol¨®gico.

El amor tampoco nos hace m¨¢s honestos, pero si no lo somos fracasamos en el amor. Y esa es la cuesti¨®n que se hurga en el escenario: la verdad. Gabriela busca la f¨®rmula. Da vueltas y m¨¢s vueltas sobre su vida y sus aventuras, sobre sus canciones y su cama de tres metros, sobre su padre y sus dobles vidas ocultadas, sobre todos los fluidos que manchan una relaci¨®n y la hacen m¨¢s sabrosa. Como ya habr¨¢n imaginado, no hay f¨®rmula. Pero s¨ª hay una frase que descubre la paradoja apta solo para las muy valientes: ¡°?Para qu¨¦ quieres la verdad, si no la soportas!¡±, le grita Rosi a Gabriela, enfadada, muy enfadada, porque su pareja femenina ha encontrado el deseo en otra mujer. Gabriela acude a Jaime, su pareja masculina, para que le ayude a calmar sus dudas y celos. El amor es pura honestidad antisistema si quieres que te salga bueno.

A su teatro le pasa lo mismo: la ficci¨®n es in¨²til aqu¨ª, en la obra que arranca con los gritos de dolor de Rosi, mientras da a luz de manera natural en su casa. El veh¨ªculo de la funci¨®n -que se representar¨¢ todos los jueves de febrero y marzo, en el Teatro del Barrio, dirigida por Mariana de Althaus- es la autobiograf¨ªa, el d¨ªa a d¨ªa del matrimonio de tres con dos hijes. Coco, el hije mayor de 13 a?os, prefiere usar el g¨¦nero inclusivo de segunda generaci¨®n, ajeno a la morfolog¨ªa del espa?ol de la RAE que lo define como ¡°innecesario¡±. Hemos dado tantas cosas por innecesarias que solo vivimos de convencionalismos para no preguntarnos si estamos preparados para lo que deseamos.

No hay imposturas en el costumbrismo poliamoroso, g¨¦nero inaugurado por Gabriela Wiener que no es actriz, sino una excelente escritora. Tampoco es cantante, ni bailarina. No sabe interpretar, pero cuenta historias y construye a partir de su peque?ez cotidiana, porque la mitad de las grandes verdades son peque?as mentiras. Esa es la grandeza de esta obra, que al cerrar el foco sobre sus vidas abre la enorme dimensi¨®n de lo que toca: la verdadera democracia ocurre en una habitaci¨®n ocupada. No importa si son dos, tres o veinte. Una vez le¨ª que la ¨²nica antigualla que ha llegado intacta al est¨²pido siglo XXI es el amor y esta obra es la prueba de ello.

Qu¨¦ locura enamorarme yo de ti, de Gabriela Wiener. Del 30 enero al 26 marzo en Teatro del Barrio. Desde 15 euros (13 para grupos)