El primer y ¨²ltimo libro de versos de Lucrecia, la poeta madrile?a de 81 a?os
Estudi¨® Magisterio en los a?os cincuenta: ¡°Lo ¨²nico que estudi¨¢bamos las mujeres. Habr¨ªa preferido Ciencias porque me encantan las matem¨¢ticas¡±
¡°Buenos d¨ªas¡±. Lucrecia Hern¨¢ndez abre la puerta de su bajo de Moratalaz a sus 81 a?os con sus pupilas negras, con sus labios color carm¨ªn, con sus p¨®mulos cargados de lunares esparcidos como pizcas de sal, con su pelo corto blanco radiante, con su camisa de flores. De camino al sof¨¢, cojea. Dice que es muy ¡°intimista¡±, que esto de publicar un libro de poemas le viene un poco grande, que la culpa la tiene su hijo y la editorial Vitruvio. ¡°La inspiraci¨®n me viene a las 10.00 y a las 00.00, pero no todos los d¨ªas¡±. Lucrecia bebe un pel¨ªn de agua. Se sienta dej¨¢ndose caer sobre el coj¨ªn. Suspira:
¡ª Soy rara.
Naci¨® el 30 de septiembre de 1938, pero en su DNI pone el 3 de octubre. ¡°Me hace gracia cuando se habla de la Guerra Civil y del Franquismo sin haberlo vivido. No se puede escribir sobre el hambre sin haber pasado hambre. Yo he pasado hambre. De decirle a mi madre en ?guilas (Murcia): ¡®Mam¨¢, me estoy muriendo de hambre¡¯. Ni un trozo de pan en 24 horas¡±.
Ha amanecido el d¨ªa / extendiendo sus brazos hacia la primavera
Hoy los cristales blancos / son la flor del almendro y son los sonrosados / capullos de cerezo.
Hace unos meses, en el cumplea?os de uno de sus cuatro hijos, ley¨® unos versos. La sorpresa fue may¨²scula. ¡°Lucri, esto hay que publicarlo¡±, dijo uno. As¨ª ser¨¢. ¡°El primero y el ¨²nico. No habr¨¢ m¨¢s libros¡±. Dice que tiene cientos de poemas guardados en un caj¨®n que no leer¨¢ nadie. ¡°Yo escribo para m¨ª. Esto me viene un poco grande¡±. Su libro se llamar¨¢ El perfil de las dunas y saldr¨¢ en dos semanas.
Lucrecia estudi¨® Magisterio en los a?os cincuenta. ¡°Lo ¨²nico que estudi¨¢bamos las mujeres. Habr¨ªa preferido Ciencias porque me encantan las matem¨¢ticas¡±. Cuenta que en clase hac¨ªa an¨¢lisis gramaticales del Quijote. ¡°?Una p¨¢gina entera!¡±. Recuerda la historia de su padre: un murciano que huy¨® de la guerra a los seis meses de mirarla por primera vez a los ojos. ¡°Estuvo en un campo de concentraci¨®n de Marruecos tres a?os. All¨ª busc¨® compa?¨ªa¡±. Conoci¨® a otra mujer y tuvo otro hijo; su hermano Juan, que vive en Francia. Luego volvi¨® a Espa?a con una maleta de cart¨®n desollada y dos s¨¢banas viejas. Regres¨® a Barcelona. Su madre fue a por ¨¦l. Lo entendi¨® todo. ¡°Estaba enamorada¡±.
?A los 9 a?os Lucrecia conoci¨® al hombre de su vida, de 15. ¡°Se llamaba Luis¡±. Toma aire. Mira al techo. ¡°Jug¨¢bamos juntos de ni?os. Era un hombre ¨²nico¡±. Dice que a ¨¦l s¨ª que le escribe mucho. ¡°Nos dimos el primer beso el 18 de marzo de 1956, frente al mar y al atardecer. No he vuelto a ver otra puesta de sol igual¡±. Se cas¨® a los 22 a?os. ¡°Me enviud¨¦ a los 50¡±. Tuvo una depresi¨®n fort¨ªsima. ¡°Luis muri¨® de c¨¢ncer. Me desahogu¨¦ con la escritura. Que se amen dos personas es lo m¨¢s bonito del mundo¡±.
¡ª??Se puede amar a m¨¢s de una?
¡ª?(Silencio). S¨ª, pero Luis era exquisito.
Su marido conservaba un soneto suyo en la cartera. ¡°Cuando nos acost¨¢bamos Luis se dorm¨ªa y yo me quedaba en la cama escribiendo. Al terminar un poema le dec¨ªa¡ªhace el gesto de un codazo¡ª: ¡°Luis, Luis, despierta. Mira lo que he escrito. Lo le¨ªa de reojo y me dec¨ªa: ¡®Ay, Lucri, qu¨¦ bonito. Buenas noches¡¯". Y se volv¨ªa a dormir.
Esta ma?ana ha venido uno de sus seis nietos a verla. Dice que su abuela hace unos macarrones con chorizo para chuparse los dedos. ¡°No cuezo la pasta como la gente normal. La cuezo con el agua justa. Si tengo buen caldo: caldo. Si tengo Avecrem: Avecrem. Luego le echo un poco de mantequilla y unos quesitos¡±.
¡ª??Hoy hay macarrones?
¡ª?Siempre que se quiera.
Ha frecuentado el Ateneo, el C¨ªrculo de Bellas Artes, la Biblioteca Nacional. ¡°Solo trabaj¨¦ dos a?os de maestra. Luis no quer¨ªa que trabajara. Les daba clase a mis hijos en casa¡±. ¡°Mi bisabuelo era m¨¦dico¡± [...] ¡°Si de chico tienes un libro, tendr¨¢s m¨¢s de grande¡± [...] ¡°La sociedad de hoy est¨¢ deshumanizada¡±. A ella le encanta leer. Sobre la estanter¨ªa del sal¨®n sobresalen libros de Patricia Highsmith, de Monet, del mundo submarino y de la Espa?a musulmana. Ella saca su cuaderno de la mesita del tel¨¦fono y lee un verso suyo. Y otro. Y otro m¨¢s. ¡°El libro saldr¨¢ en dos semanas¡±, recuerda.
Lucrecia cuenta que ya tiene el billete sacado para la ¨²ltima estaci¨®n. ¡°No temo a la muerte. No quiero que me entierren con Luis. He dicho que me incineren y me tiren al mar, pero mi hijo Toni me dijo que no se volver¨ªa a ba?ar. Entonces les he dicho: ¡®Haced lo que quer¨¢is¡±.
Su nieto, ojipl¨¢tico, recibe una orden: ¡°?Saca el joyero del armario!¡±. Ella lo abre y muestra una pulsera de oro con un grabado de la fecha de su primer beso. Luis se lo entreg¨® despu¨¦s de un viaje. ¡°Sigo enamorada de mi marido. No me hace falta nadie¡±. Y lee un ¨²ltimo verso:?
Hoy no puedes o¨ªrme / y yo sigo clamando / pregunto al universo en donde te has escondido / para ir peregrina a tu encuentro, y donarte otra vez en un beso / la primera y eterna promesa de amor. ?guilas, 18 de marzo de 1956.?
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.