La pol¨ªtica chilena contra toda l¨®gica
Kast, l¨ªder de Republicanos, hoy el candidato mejor posicionado para convertirse en el pr¨®ximo presidente de Chile, est¨¢ lejos de tener una llegada segura al Palacio de La Moneda
En la pr¨¢ctica, lo que acaba de ocurrir en Chile el pasado 7 de junio, con la instalaci¨®n del Consejo Constitucional, es para la derecha el inicio de una carrera pol¨ªtica de obst¨¢culos que culminar¨¢ en las elecciones presidenciales de 2025.
Con 22 consejeros instalados, el naciente Partido Republicano, a la derecha de la derecha, es desde el 7 de mayo la mayor fuerza pol¨ªtica de Chile. Corre con vientos internacionales a favor. En Espa?a la ultraderecha de Vox duplic¨® su fuerza electoral en s¨®lo un per¨ªodo; en Italia, con Giorgia Melloni, a la cabeza, gobiernan desde octubre pasado; en Suecia, de un partido calificado como paria entre sus pares, se han convertido en la segunda fuerza pol¨ªtica del pa¨ªs y desde septiembre pasado integran el Gobierno; y en Francia, sin Macron como pr¨®ximo candidato, Marie Le Pen volver¨¢ a disputar el Eliseo, confiando en la premisa que la tercera es la vencida.
Si opera la l¨®gica, Jos¨¦ Antonio Kast es el candidato mejor posicionado para convertirse en el pr¨®ximo presidente de Chile. El punto es que, parad¨®jicamente, tener la mayor¨ªa en pol¨ªtica no garantiza el triunfo, porque la l¨®gica no siempre impera.
Revisemos.
La expresidenta Michelle Bachelet, con mayor¨ªa en ambas c¨¢maras en su segundo per¨ªodo presidencial (2014-2018), no logr¨® ni la reforma tributaria que quer¨ªa, ni mejores pensiones, ni nueva Constituci¨®n y debi¨® entregar la banda presidencial por segunda vez a Sebasti¨¢n Pi?era.
La Convenci¨®n Constitucional, el primer intento de construir una nueva Constituci¨®n nacida en democracia, sufri¨® una derrota estrepitosa: un 62% de los chilenos rechaz¨® el texto en septiembre pasado, obligando a las fuerzas pol¨ªticas a iniciar un nuevo proceso, en el que las urnas le dieron a Republicanos esta abrumadora mayor¨ªa en mayo reci¨¦n pasado.
Y veamos lo que pas¨® con Gabriel Boric, que en diciembre de 2021 gan¨® la presidencia en segunda vuelta, dando un salto del 26% de los votos en primera vuelta, al 56% en el balotaje. La l¨®gica no s¨®lo dec¨ªa, sino que gritaba, que su Gobierno deb¨ªa comenzar integrando de inmediato a las fuerzas pol¨ªticas de centroizquierda que le dieron el triunfo. Pero como la l¨®gica no es la que siempre impera, su mandato comenz¨® con tropiezos inexcusables del Frente Amplio y el Partido Comunista, desde el tercer d¨ªa, con una debutante ministra del Interior, la doctora Izkia Siches, que se rode¨® de dirigentes gremiales de la salud en el ministerio m¨¢s importante del Gobierno, encargado de la seguridad y la coordinaci¨®n pol¨ªtica.
Algo parecido ocurri¨® en el Ministerio Secretar¨ªa General de la Presidencia, encargado de tramitar las leyes en un Congreso en el que no ten¨ªan mayor¨ªa y en el que se deb¨ªa desplegar no s¨®lo talento, sino que encanto. ?Qu¨¦ fue lo que ocurri¨®? Su ministro, Giorgio Jackson, ven¨ªa precisamente de la C¨¢mara de Diputados despu¨¦s de dos per¨ªodos, con el m¨¦rito de haberse granjeado enemigos en cada una de las bancadas, ajenas y propias. No es necesario profundizar en detalles para saber lo que ocurri¨®.
Lo mismo en el Ministerio de Justicia, donde por primera vez en la historia asum¨ªa un ministro que no era abogado, Marcela R¨ªos, una destacada soci¨®loga que podr¨ªa haber brillado en cualquier ministerio menos en ¨¦se, y cuyo rol en la decisi¨®n m¨¢s pol¨¦mica del presidente Boric ¨Cindultar a 12 condenados por distintos hechos de violencia durante el estallido social y un condenado por delito terrorista¨C, es a¨²n confuso. Varios de los beneficiados eran delincuentes comunes, cuyos m¨¦ritos nunca fueron los que pidi¨® el propio Presidente para indultar.
Las cr¨ªticas abundan, pero Gabriel Boric reacciona r¨¢pido y enmienda, con m¨¢s destreza y empat¨ªa que los dem¨¢s dirigentes de sus filas. Prueba de ello es que, a los seis meses, la centroizquierda tradicional ya estaba en el coraz¨®n del Gobierno con figuras de peso como Carolina Toh¨¢ en el ministerio del Interior y, meses m¨¢s tarde, con el exsenador socialista ?lvaro Elizalde en el Ministerio Secretar¨ªa General de la Presidencia y con Luis Cordero, un abogado de m¨¦rito indiscutido, en el Ministerio de Justicia. Pero ni siquiera con esos cambios claves y dos derrotas contundentes (septiembre de 2022 y mayo 2023) sabemos si el Presidente Boric lograr¨¢ dar respuesta a las demandas que hoy son urgentes para los chilenos: la seguridad p¨²blica, el control de la migraci¨®n, obtener m¨¢s recursos para planes sociales o mejores pensiones, pese al talento y paciencia desplegados por el ministro de Hacienda, Mario Marcel, que a diferencia de los anteriores, lleg¨® al Gobierno desde el primer d¨ªa.
Teniendo a la vista todos estos ejemplos, Jos¨¦ Antonio Kast, l¨ªder de Republicanos, hoy el candidato mejor posicionado para convertirse en el pr¨®ximo presidente de Chile, est¨¢ lejos de tener una llegada segura al Palacio de La Moneda. El desempe?o de los 22 consejeros que obtuvo entre 50 para redactar una nueva Constituci¨®n es todo un misterio. Como partido en formaci¨®n, los 22 electos pr¨¢cticamente no se conoc¨ªan entre ellos hasta hace un par de semanas, y la ciudadan¨ªa ha escuchado poco los principios que los inspiran. S¨®lo conocieron airadas promesas de campa?a para terminar con la delincuencia, el crimen organizado y la migraci¨®n, que poco ten¨ªan que ver con la tarea para la que ser¨ªan electos. Por eso cuando han comenzado a expresar sus ideas, han debido salir r¨¢pidamente a corregirse y hoy la orden impl¨ªcita es evitar entrevistas y frases de las que puedan arrepentirse.
Si de aqu¨ª al 7 de noviembre logran armonizar principios y pasiones, que est¨¢n a la derecha de la derecha, podr¨¢n entregar un texto constitucional escrito con las minor¨ªas y que apruebe la mayor¨ªa de los chilenos en un plebiscito de voto obligatorio el pr¨®ximo 17 de diciembre. Saben que ser¨¢ la primera de varias pruebas de gobernabilidad que tendr¨¢n que atravesar junto a su l¨ªder. La l¨®gica dice que deber¨ªan conseguirlo, pero como hemos visto hasta ahora, la l¨®gica en pol¨ªtica no es la que siempre impera.
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