Crecimiento para un desarrollo productivo sostenible
Tras dos d¨¦cadas de un atenuado dinamismo econ¨®mico, Chile tiene un doble reto: crecer m¨¢s y hacerlo m¨¢s verde y equitativo
?C¨®mo Chile vuelve a crecer? Una pregunta fundamental en dos sentidos. Por una parte, llevamos dos d¨¦cadas de un atenuado dinamismo econ¨®mico: bajas tasas de crecimiento, de ahorro e inversi¨®n, productividad estancada, y un congelamiento en la matriz de productos exportados. Por otra parte, los desaf¨ªos medioambientales y sociales, en particular la crisis clim¨¢tica y persistente desigualdad, obligan a Chile a transitar con justicia social y s¨®lo en un par de d¨¦cadas hacia la carbono neutralidad. Es decir, es un doble reto: crecer m¨¢s y hacerlo m¨¢s verde y equitativo.
A primera vista parece una tarea imposible. Si llevamos un par de d¨¦cadas con bajo crecimiento de la productividad e inversi¨®n, uno pensar¨ªa que agregar otra dificultad, la medioambiental, aleja a¨²n m¨¢s nuestra anhelada prosperidad material. Pero es todo lo contrario. Dado lo cr¨ªtico que son el cobre, el litio y el hidr¨®geno verde para la descarbonizaci¨®n mundial, la lucha clim¨¢tica lejos de ser un freno va a ser el motor del crecimiento de nuestra econom¨ªa. Por ello, nuestro desaf¨ªo principal no es evitar un futuro oscuro, sino c¨®mo lograr que nuestro futuro lleno de oportunidades (y amenazas manejables) se haga realidad lo antes posible.
Nuestra agenda de crecimiento para un desarrollo productivo sostenible trata exactamente de aquello: acercar el futuro al presente. Apurar el crecimiento econ¨®mico que puede gatillar la transformaci¨®n productiva hacia una econom¨ªa verde e inclusiva. Esta agenda tiene los siguientes elementos:
En primer lugar, para el a?o 2023 -el primer presupuesto definido por nuestro Gobierno- el gasto e inversi¨®n en ciencia, tecnolog¨ªa, conocimiento e innovaci¨®n (CTCI) creci¨® en un 13,3% real. Todo este esfuerzo incremental en CTCI ha sido orientado hacia tres objetivos estrat¨¦gicos: descarbonizaci¨®n justa, resiliencia al cambio clim¨¢tico y diversificaci¨®n productiva. Es decir, m¨¢s conocimiento, pero con foco en los desaf¨ªos socioambientales y productivos del pa¨ªs. En adici¨®n a lo anterior, el nuevo royalty a la gran miner¨ªa va a permitir la generaci¨®n de un fondo de 225 millones de d¨®lares para la productividad y el desarrollo, administrado por los gobiernos regionales, fortaleciendo la descentralizaci¨®n econ¨®mica del pa¨ªs.
En segundo lugar, vamos a fortalecer el sistema de financiamiento para el desarrollo. Durante el segundo semestre de este a?o ingresaremos un proyecto de ley con dos componentes. Por una parte, se crea una nueva instituci¨®n financiera que, en un trabajo coordinado con Corfo y BancoEstado, tendr¨¢ como labor principal dar garant¨ªas y otros instrumentos financieros para que la banca aumente sustantivamente sus pr¨¦stamos hacia proyectos de inversi¨®n con m¨¢s contenido tecnol¨®gico y mayor valor agregado, que aceleren la transici¨®n verde, incluyendo a peque?as y medianas empresas para que puedan incorporar nuevas tecnolog¨ªas a sus tareas productivas. Por otra parte, continuando un proyecto del Gobierno anterior, crearemos un fondo de fondos, para dar una mayor profundidad al mercado de capital de riesgo en Chile, de modo que las startups puedan encontrar instrumentos para financiar su escalamiento.
En tercer lugar, haremos una transformaci¨®n profunda al sistema de permisos sectoriales (no ambientales) para proyectos de inversi¨®n, con el fin de disminuir el exceso de burocracia, la demora y la incertidumbre asociada a la entrega de estos permisos. Para eso seguiremos la experiencia de otros pa¨ªses OCDE que han logrado modernizar sus procesos de evaluaci¨®n de proyectos de inversi¨®n, sin por ello incurrir en riesgos relevantes respecto a la calidad de los proyectos. Esto se suma al trabajo de las Mesas Ejecutivas para la Productividad implementadas desde el inicio del Gobierno. Una asociaci¨®n p¨²blico-privada para identificar cuellos de botella en diversos sectores productivos, los que se han ido resolviendo a partir del trabajo de un equipo con dedicaci¨®n exclusiva.
En cuarto lugar, estamos dise?ando e implementado un conjunto de mecanismos que permitan tener una estrategia de desarrollo productivo que resista de mejor modo al ciclo pol¨ªtico. Para ello, fortaleceremos el actual Consejo de Ciencia, Tecnolog¨ªa, Conocimiento e Innovaci¨®n, de modo que su elaboraci¨®n estrat¨¦gica tenga un impacto mayor en las pol¨ªticas de cada Gobierno; lo que se sumar¨¢ a la reciente creaci¨®n del Comit¨¦ Interministerial de Desarrollo Productivo Sostenible.
En quinto lugar, estamos desarrollando sectores estrat¨¦gicos que conjugan inversi¨®n, lucha contra la crisis clim¨¢tica y desarrollo industrial. En su reciente cuenta p¨²blica, el presidente Gabriel Boric anunci¨® el pronto impulso de una pol¨ªtica de inversi¨®n de tecnolog¨ªas de almacenamiento de gran escala, por un monto de 2.000 millones de d¨®lares. A su vez, est¨¢n desplegadas ambiciosas agendas para el desarrollo de la industria del litio e hidr¨®geno verde. Cabe resaltar la flexibilidad y pragmatismo con que se piensa el rol del Estado en estas estrategias. Mientras en el caso del litio se justifica que el Estado tenga un rol protag¨®nico a trav¨¦s de la alianza con privados en la explotaci¨®n de los salares, y en toda la cadena de valor; en el caso del hidr¨®geno el rol de Estado aparece como el de un articulador y coordinador de la acci¨®n de los privados, promoviendo una pol¨ªtica industrial ambiciosa y moderna que maximice el bienestar de la poblaci¨®n.
En sexto lugar, estamos fortaleciendo la competencia en los mercados. Un ejemplo claro de aquello es el reimpulso que le hemos dado a la tramitaci¨®n de la ley de cabotaje mar¨ªtimo, la que permitir¨¢ aumentar la competencia en este mercado y el empleo nacional, y fortalecer un mecanismo de transporte de menor impacto ambiental. Otro ejemplo es el fortalecimiento que le daremos, en el marco de la nueva ley de pesca, a los mecanismos de asignaci¨®n competitiva en el caso de las cuotas para la pesca industrial.
Por ¨²ltimo, y no menos importante, estamos llevando a cabo un conjunto amplio y diverso de medidas para que esta transici¨®n productiva disminuya la desigualdad. Vamos a subir un 23% real el salario m¨ªnimo en un poco m¨¢s de dos a?os, con un apoyo in¨¦dito a las micro, peque?a y mediana empresa (Mipymes) y cooperativas para esa transici¨®n; las estrategias de litio e hidr¨®geno verde tienen un componente protag¨®nico de encadenamiento productivo; estamos abordando las demandas estructurales de las Mipymes de mayor liquidez y acceso a mercados a trav¨¦s de los proyectos de ley de Pago a 30 d¨ªas y Modernizaci¨®n de Compras P¨²blicas, respectivamente; tramitamos un proyecto de ley para asegurar que al menos un 40% de los directores de las grandes empresas sean mujeres; y vamos a crear un nuevo instituto para promover el cooperativismo en Chile.
Nuestro desaf¨ªo estructural y de mediano y largo plazo es inmenso, pero tambi¨¦n lo son nuestras oportunidades. Chile puede tener un liderazgo mundial en la transici¨®n hacia una econom¨ªa verde y justa. A esa tarea estamos abocados como Gobierno.
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