Pol¨ªtica exterior feminista: una pol¨ªtica inteligente
En un mundo en que las estructuras patriarcales siguen privilegiando la experiencia y las ideas de los hombres, el an¨¢lisis feminista de las relaciones internacionales no s¨®lo tiene un alto contenido simb¨®lico, sino tambi¨¦n un potencial transformador
El a?o 2014, la Ministra de Relaciones Exteriores de Suecia, Margot Wallstro?m, anuncio? la primera pol¨ªtica exterior feminista del mundo, y como ella misma ha expresado, fue recibida entre risas. Las reacciones ante una declaraci¨®n que incluye un t¨¦rmino no reconocido, convenientemente ignorado y estigmatizado, cubren un espectro que va desde la iron¨ªa y la socarroner¨ªa hasta el escepticismo, el desconcierto y la sospecha.
La declaraci¨®n de Suecia de una Pol¨ªtica Exterior Feminista (PEF) cambi¨® las reglas del juego, ya que inici¨® la institucionalizaci¨®n de un nuevo concepto y abri¨® el espacio a nivel estatal para cuestionar el statu quo de la pol¨ªtica exterior. Esto no quiere decir que un an¨¢lisis feminista de la pol¨ªtica exterior sea algo nuevo. En el mundo acad¨¦mico ha ido ganando terreno desde los a?os ochenta, pero hay antecedentes previos. Durante la Primera Guerra Mundial, las activistas por los derechos de las mujeres y por la paz se reunieron en La Haya, Holanda, para exigir el fin de la Gran Guerra, mientras a¨²n a las mujeres se les segu¨ªa negando el derecho al voto.
Pasar¨ªan tres a?os para que otro pa¨ªs fuera lo suficientemente valiente, con la presentaci¨®n de La Poli?tica Feminista de Asistencia Internacional presentada por Canada? el 2017. A partir de all¨ª, se han ido sumando a este esfuerzo de modernizaci¨®n pol¨ªtica pa¨ªses como Francia, M¨¦xico, Dinamarca, Australia, Noruega, Chile y, recientemente, Colombia.
Toda PEF vincula la equidad de g¨¦nero con el desarrollo, ampl¨ªa el concepto de seguridad m¨¢s all¨¢ de la militarizaci¨®n y enfatiza la participaci¨®n de la mujer en los procesos pol¨ªticos de paz y reconstrucci¨®n. Asimismo, la PEF busca garantizar los derechos de las mujeres dentro y fuera del territorio de los Estados que la aplican, as¨ª como desarrollar una acci¨®n multilateral coordinada para lograr este objetivo. Se trata, en s¨ªntesis, de instalar la igualdad de g¨¦nero en el centro de los debates y decisiones de pol¨ªtica exterior, incluyendo la erradicaci¨®n de los obst¨¢culos institucionales que han limitado la presencia de las mujeres en el servicio exterior y la promoci¨®n de acciones afirmativas que fomenten la participaci¨®n femenina en los procesos de toma de decisiones.
En un mundo en que las estructuras patriarcales siguen privilegiando la experiencia y las ideas de los hombres, el an¨¢lisis feminista de las relaciones internacionales no s¨®lo tiene un alto contenido simb¨®lico, sino tambi¨¦n un potencial transformador. En sinton¨ªa con aquello, la nueva canciller de M¨¦xico, Alicia B¨¢rcena, expres¨® en junio de 2021 que ¡°se requer¨ªa una PEF para lograr una recuperaci¨®n transformadora con igualdad en la regi¨®n¡±.
Una PEF significa, en primer lugar, reconocer que las injusticias, incluida la desigualdad entre los g¨¦neros, existen a nivel mundial. En segundo lugar, contribuye proactivamente a erradicar esas injusticias y a superar las pautas de opresi¨®n y exclusi¨®n. No s¨®lo los derechos humanos son derechos universales, sino que la paz sostenible y la prevenci¨®n de conflictos seguir¨¢n siendo una utop¨ªa sin una pol¨ªtica exterior feminista. Distintas investigaciones indican que el factor m¨¢s importante para determinar el nivel de paz de un pa¨ªs es su nivel de igualdad de g¨¦nero. Invertir en las mujeres es fundamental para el progreso econ¨®mico, social y pol¨ªtico. Una pol¨ªtica exterior que coloca a las mujeres en el centro, ya sea llamada expl¨ªcitamente feminista o no, ayuda a abordar los desaf¨ªos globales m¨¢s urgentes. Precisamente por eso, Wallstr?m ha dicho: ¡°La pol¨ªtica exterior feminista es una pol¨ªtica inteligente. No es s¨®lo lo correcto¡±.
Una pol¨ªtica exterior feminista aplica de manera efectiva y sin reservas los tratados y resoluciones internacionales que refuerzan los derechos y la participaci¨®n de las mujeres y otros grupos menos favorecidos, como la Convenci¨®n sobre la eliminaci¨®n de todas las formas de discriminaci¨®n contra la mujer (CEDAW) y la Resoluci¨®n 1325 del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas sobre la mujer, la paz y la seguridad. Se trata de un enfoque que tiene en cuenta la discriminaci¨®n por motivos de raza, clase, edad, sexo, religi¨®n y discapacidad, y c¨®mo ¨¦stas categor¨ªas se intersectan generando un entramado de discriminaciones superpuestas.
La inclusi¨®n de las mujeres en la diplomacia y la construcci¨®n de la paz se basa en dos tipos de argumentos: un enfoque basado en los derechos, que afirma que las mujeres merecen ser incluidas, y un enfoque instrumental, que argumenta que las mujeres aportan algo valioso a la construcci¨®n de la paz, y que los objetivos de desarrollo en general tienen m¨¢s probabilidades de cumplirse si se prioriza el desarrollo de las mujeres.
Estamos viviendo tiempos de crisis. En muchos lugares se cuestiona la democracia, se amenazan los derechos de las mujeres y ni?as en toda su diversidad y se socava el sistema multilateral que ha llevado d¨¦cadas construir. Lo com¨²n a todos estos conflictos y crisis es que las mujeres, las ni?as y las personas marginadas, debido a las desigualdades hist¨®ricas y estructurales, son las m¨¢s afectadas. Cuando todav¨ªa la mitad de la poblaci¨®n no disfruta de los mismos derechos, representaci¨®n y recursos que la otra mitad, es necesario adoptar una perspectiva de g¨¦nero en la pol¨ªtica exterior.
La PEF es responsabilidad de todos y todas, no es una pol¨ªtica ¡°hecha por mujeres para mujeres¡±, sino al rev¨¦s, tal como ha se?alado la ministra de Relaciones Exteriores de Alemania, Annalena Baerbock: ¡°Esto no se trata de escuchar menos voces, sino m¨¢s voces, todas las voces de la sociedad¡±. Si la mitad de la poblaci¨®n no puede expresarse en igualdad de condiciones, ninguna sociedad puede alcanzar su pleno potencial. Y si la mitad de la poblaci¨®n mundial queda excluida, no podemos garantizar la paz y la seguridad a largo plazo. Por eso, la pol¨ªtica exterior feminista representa un avance civilizatorio que nuestro pa¨ªs no pod¨ªa seguir ignorando.
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