Manuel Antonio Garret¨®n: ¡°Desgraciadamente, en Chile no existe consenso en condenar el golpe de Estado de Pinochet¡±
El soci¨®logo de izquierda, referente intelectual de una obra contundente, analiza la sociedad chilena a medio siglo del quiebre democr¨¢tico
El soci¨®logo Manuel Antonio Garret¨®n (Santiago, 80 a?os) recibe a EL PA?S en su casa del municipio de La Reina, en la zona oriente de la capital chilena. Es una ma?ana fr¨ªa de invierno y en su vivienda en forma de tren ¨Cen una comunidad del arquitecto Fernando Castillo Velasco¨C ha puesto varias estufas para recibir a la periodista y a la fot¨®grafa. Lleno de libros, de cuadros y de fotograf¨ªas, pero sobre todo de libros instalados en bibliotecas y encima de su escritorio, su despacho retrata la intensidad y prol¨ªfica vida de quien lo habita: un intelectual de izquierda de hablar intenso, muy cercano a Alain Touraine, Premio Nacional de Humanidades y Ciencias Sociales y autor de t¨ªtulos imprescindibles para comprender al Chile de las ¨²ltimas d¨¦cadas ¨Ccomo La Unidad Popular y el conflicto pol¨ªtico en Chile, con Tom¨¢s Mouli¨¢n ¨C y que ha sido calificado por algunos como ¡°nuestro mejor soci¨®logo¡±. Es la misma oficina desde donde graba el programa de entrevistas Tras la l¨ªnea ¨C difundido en Radio Universidad de Chile¨C donde semana a semana conversa con protagonistas del Chile actual.
Fue en el programa del 13 de junio, el n¨²mero 148, donde habl¨® con el escritor Patricio Fern¨¢ndez, asesor del presidente Gabriel Boric en el marco de la conmemoraci¨®n de los 50 a?os del golpe de Estado. En medio del di¨¢logo, conversaron sobre los m¨ªnimos comunes que se podr¨ªan establecer en la sociedad chilena, a medio siglo del quiebre democr¨¢tico. ¡°Los historiadores y polit¨®logos podr¨¢n discutir por qu¨¦ y c¨®mo se lleg¨® a eso, pero lo que podr¨ªamos intentar acordar es que sucesos posteriores a ese golpe son inaceptables en cualquier pacto civilizatorio¡±, dijo el escritor.
Parlamentarios de la izquierda oficialista, sobre todo del Partido Comunista (PC), junto a unas 160 organizaciones de derechos humanos, lo acusaron de disociar el golpe de Estado de las consecuencias criminales contra la poblaci¨®n ¨Cde no condenar el golpe como crimen fundacional¨C y pidieron su salida de sus funciones. El propio Garret¨®n, entre muchos otros, aclar¨® que no era lo que su invitado hab¨ªa dicho en Tras la l¨ªnea. Pero se arm¨® una pol¨¦mica de tales proporciones que Fern¨¢ndez renunci¨® a su cargo el mi¨¦rcoles, en medio de una especie de guerra intestina entre las izquierdas.
Pregunta. En definitiva, usted encendi¨® la pradera.
Respuesta. Era una conversaci¨®n y, por lo tanto, uno dice algo, luego lo cambia un poco, con discusiones... lo t¨ªpico. Pero no dir¨ªa que yo o el programa encendi¨® la pradera [sonr¨ªe]: se produjo un incendio en la pradera por la reacci¨®n que hubo a parte del di¨¢logo. La pol¨¦mica parti¨® una semana despu¨¦s, porque alguien subi¨® frases estrictamente descolgadas del contexto y que tergiversan el sentido general de la conversaci¨®n. Como yo, Patricio conden¨® absolutamente el golpe militar de 1973 y sus consecuencias ¨Clas violaciones a los derechos humanos¨C, porque el bombardeo a La Moneda es la primera violaci¨®n a los derechos humanos, un crimen de lesa humanidad.
P. M¨¢s all¨¢ de la pol¨¦mica con Fern¨¢ndez, ?cu¨¢l es el problema de fondo?
R. El problema es que hay un sector importante de la poblaci¨®n que sigue reinvindicando el golpe de Estado de 1973. Es el 44% que vot¨® por el S¨ª a Augusto Pinochet en el plebiscito de 1988 y ¨Cexactamente lo mismo¨C el 44% que vot¨® por Jos¨¦ Antonio Kast en la segunda vuelta presidencial de 2021, quien dice que el golpe era necesario o se justifica. Pero la condena al golpe es un principio ¨¦tico que hay que sostener.
P. ?No existe entonces en Chile un acuerdo transversal en la condena al golpe de Estado de 1973?
R. Desgraciadamente, en Chile no existe consenso en condenar el golpe de Estado de Pinochet contra Allende. Es una sociedad dividida en torno a lo ¨²nico que importa para tener un pa¨ªs: un consenso ¨¦tico sobre el derecho a la vida, los derechos humanos y el principio fundamental que rige la convivencia que es el principio democr¨¢tico expresado en una Constituci¨®n. Quien viola eso ¨Ccomo lo dec¨ªa la Constituci¨®n vigente en 1973¨C practica la sedici¨®n. Y los militares fueron sediciosos, adem¨¢s de asesinos.
P. ?C¨®mo se conversa sobre este principio ¨¦tico con un pa¨ªs que, como usted dice, sigue dividido medio siglo despu¨¦s?
R. Es una pregunta clave: c¨®mo se sociabiliza este asunto de modo que haya un consenso general del pa¨ªs respecto a que cosas como esas nunca m¨¢s debieran repetirse. No el Nunca m¨¢s referido exclusivamente a las violaciones a los derechos humanos ¨Cen eso se ha avanzado bastante, al menos en el plano declarativo¨C, pero no se ha avanzado en aquello que permiti¨® la violaci¨®n de los derechos humanos: el golpe. En Chile debe entenderse que el pa¨ªs entero fue v¨ªctima y, por lo tanto, tiene que tener una solidaridad intr¨ªnseca con el sector que fue v¨ªctima efectiva.
P. ?Entiende el disgusto de las asociaciones de v¨ªctimas?
R. Hay, sobre todo de parte del mundo de las v¨ªctimas, una visi¨®n que es absolutamente comprensible: en Chile no se ha hecho toda la justicia que corresponde, una condena oficial del pa¨ªs a lo que fue el crimen fundacional del bombardeo a La Moneda y hay retardo y vac¨ªos en verdad, reparaci¨®n y no repetici¨®n. Lo que no justifico, a partir de este ¨²ltimo episodio, es la manera en c¨®mo se ha atacado o se habla de Patricio. No es justo el ensa?amiento que hubo contra ¨¦l, porque no est¨¢ en una posici¨®n distinta.
P. ?En qu¨¦ medida el golpe de Estado sigue presente en la sociedad chilena?
R. Desde hace 50 a?os, el clivaje central de la sociedad chilena es el bombardeo a La Moneda. Ah¨ª se funda la sociedad en que vivimos.
P. ?No ser¨¢ que han cambiado las generaciones y, quiz¨¢, observan con lejan¨ªa lo sucedido en 1973?
R. Yo digo que eso est¨¢ presente en el ADN: atraviesa las familias, el sistema educacional, la salud y hasta la organizaci¨®n regional. Todos los aspectos de la sociedad chilena ¨Ca diferencia de lo que pas¨® con dictaduras latinoamericanas del mismo tipo¨C est¨¢n marcados por lo que ocurri¨® con el bombardeo a La Moneda y sus consecuencias. Y hay un sector en Chile que nunca va a condenar el golpe porque define su ADN. Ellos o sus padres o abuelos hicieron el golpe, lo apoyaron, lo promovieron.
P. ?Puede debatirse en Chile sobre el Gobierno de la Unidad Popular?
R. Puede haber un debate sobre el car¨¢cter del proyecto de la Unidad Popular de Allende y el esfuerzo que hizo una izquierda por implementar el socialismo con democracia y respeto a los derechos humanos. El problema es que todas las cr¨ªticas que se hagan y lo que se diga al respecto, deben tomar en cuenta el escenario que enfrent¨® desde el primer momento ese Gobierno: el intento de derrocamiento desde Estados Unidos y desde ciertos sectores de derecha, incluso antes que asumiera. No hay nada que pase en ese per¨ªodo que no est¨¦ marcado por este escenario. Es la insuficiencia del libro Salvador Allende, la izquierda chilena y la Unidad Popular, de Daniel Mansuy.
P. ?Por qu¨¦ lo dice? Es un libro que recomend¨® incluso el presidente Boric, que invit¨® a la izquierda chilena a analizar con ¡°m¨¢s detalle y no s¨®lo desde lo m¨ªtico¡± el per¨ªodo de 1970-1973.
R. Lo que el presidente Boric est¨¢ diciendo es que el an¨¢lisis desde la izquierda respecto de la UP se consideren los distintos aspectos. Yo creo que ese an¨¢lisis s¨ª se ha hecho, llevamos 50 a?os haciendo ese an¨¢lisis. Pero, repito: si se quiere analizar el Gobierno de Allende, o a Allende mismo, no se puede sin considerar el conflicto, es decir, que desde el primer momento se le trata de derrocar. El libro de Mansuy, una investigaci¨®n seria ¨C¨¦l se ley¨® todo- y muy original en la manera en que est¨¢ escrita, est¨¢ atravesado por este sesgo: deja fuera y en una nota el intento de derrocamiento que desde el comienzo acosa al presidente y, por lo tanto, su proyecto de transformaci¨®n.
P. A ra¨ªz de los 50 a?os se ha comenzado, nuevamente, a hablar de responsabilidades del golpe.
R. He escuchado en estos d¨ªas que la responsabilidad principal del golpe de Estado es del presidente Allende. Y eso no solo es un error monstruoso, sino que una estupidez. Es como decir que si usted me mata, yo soy el responsable porque le dije cosas que no le gustaron. Es una brutalidad. Los responsables son los militares, los que lo hicieron. ?Hablemos de los responsables de la crisis pol¨ªtica? Eso es otra cosa. Hay responsabilidad de la Unidad Popular, por supuesto. No la principal, aunque importante. Pero, si hablamos de la salida de esa crisis, ?por qu¨¦ los militares ten¨ªan derecho a dar un golpe?
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