La derecha ya gan車
Siempre se supo que la derecha en el pr車ximo plebiscito ten赤a muy poco que perder. De ganar el A favor dispondr芍 de una Constituci車n redactada a su medida y si se rechaza se queda con la actual
El pr車ximo domingo 17 de diciembre tendr芍 lugar un nuevo plebiscito para aprobar o rechazar la propuesta de nueva Constituci車n definida por el Consejo Constitucional. Es muy probable que en el plebiscito del pr車ximo 17 de diciembre el texto sea rechazado, de acuerdo a lo que han venido indicando las encuestas, pese al optimismo surgido entre los...
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El pr車ximo domingo 17 de diciembre tendr芍 lugar un nuevo plebiscito para aprobar o rechazar la propuesta de nueva Constituci車n definida por el Consejo Constitucional. Es muy probable que en el plebiscito del pr車ximo 17 de diciembre el texto sea rechazado, de acuerdo a lo que han venido indicando las encuestas, pese al optimismo surgido entre los partidarios de la opci車n A favor por haberse estrechado la distancia entre ambas opciones una vez iniciado el per赤odo legal de campa?a. De imponerse la opci車n En contra ser赤a la segunda vez en el lapso de dos a?os que se estar赤a rechazando una propuesta de cambio a la Constituci車n.
Es ya an車malo, o bien muy excepcional, que se rechacen propuestas de cambio constitucional promovidas en democracia. Islandia, a inicios de la d谷cada anterior, experiment車 una situaci車n similar cuando qued車 inconcluso un proceso constitucional impulsado para dar respuesta a las movilizaciones que sucedieron a la crisis econ車mica de 2008. En Chile se estar赤a rechazando por segunda vez un anhelo de cambio constitucional que en sectores de centro-izquierda e izquierda ha estado presente desde antes que entrara en vigencia la Constituci車n de 1980 y, a ra赤z del estallido social, para responder a las demandas sociales y lograr revertir la crisis que lo antecedi車. A diferencia del caso island谷s, en Chile se estar赤a rechazando por segunda vez el intento de reemplazar una Constituci車n cuyos aspectos m芍s sustantivos se proyectan desde la etapa dictatorial hasta nuestros d赤as.
Despu谷s que el oficialismo condicionara la puesta en pr芍ctica de su programa de gobierno a la aprobaci車n del proyecto constitucional anterior, elaborado por la Convenci車n Constitucional, y rechazado en el plebiscito del 4 de septiembre de 2022, sus representantes y el propio presidente de la rep迆blica desestimaron el nuevo proceso. Dieron por perdida la nueva etapa tras la elecci車n de los consejeros constitucionales, en mayo de este a?o, en la que la derecha y en especial el Partido Republicano obtuvieron una holgada victoria. Por el hecho de haber tenido la derecha el control del nuevo proceso, nadie -ni menos el Presidente de la Rep迆blica- volvi車 a mencionar que una constituci車n elaborada en democracia era mejor que una ※redactada por cuatro generales§.
Siempre se supo que la derecha en el pr車ximo plebiscito ten赤a muy poco que perder, pues de ser aprobada dispondr芍 de una Constituci車n redactada a su medida, e incluso otorg芍ndole rango constitucional a temas que no lo tienen en la actualmente vigente. En un sentido inverso, de ser rechazada se queda con la actual Constituci車n, la que seg迆n lo declarado por personeros de izquierda y centroizquierda cuenta hoy con mayor respaldo. Ahora bien, de aprobarse el actual proyecto, tampoco ser赤a f芍cil lograr su implementaci車n. De acuerdo a las normas transitorias que presenta el proyecto a ser plebiscitado, existen 35 leyes que deber芍n ser aprobadas por el Congreso para poder implementar la nueva Constituci車n. De esas, varias requieren qu車rum calificados, mientras que otras requieren de mayor赤a simple.
Por otra parte, y tomando en cuenta los problemas de la conducci車n del actual gobierno, la agudizaci車n de la crisis econ車mica, los problemas asociados a la migraci車n, a la seguridad ciudadana y la corrupci車n en el Estado, en paralelo a la discusi車n constitucional, la derecha ha sabido posicionar e instalar su propia agenda. Una agenda compuesta por cuatro ejes prioritarios, que por lo dem芍s han sido los temas con los cuales ha logrado avanzar la derecha m芍s extrema a nivel internacional: el 谷nfasis en el crecimiento econ車mico (por sobre cualquier agenda de corte social), seguridad ciudadana, antimigraci車n y anticorrupci車n. Hasta la campa?a televisiva entre las opciones En contra y A favor ha incorporado estos temas. Con frecuencia, cuesta distinguir qui谷n es qui谷n dado que en ambas se ofrece m芍s seguridad, menos corrupci車n y expulsi車n de quienes ingresen de manera ilegal.
El oficialismo, y en especial quienes tuvieron un rol m芍s protag車nico en el anterior proceso, han ido soltando y liber芍ndose del tema constitucional con una sorprendente rapidez. Han terminado por reconocer que el problema constitucional era una suerte de condici車n necesaria pero no suficiente para contribuir a revertir la crisis desencadenada desde octubre de 2019. No por causalidad una figura clave del proceso anterior, como lo fue Marcos Barraza, en una columna escrita y difundida por 谷l mismo en La Segunda, el viernes 24 de noviembre, sostuvo que de rechazarse la actual propuesta las prioridades para la izquierda deber芍n ser otras: ※En primer lugar, la reactivaci車n econ車mica es fundamental (#) Prioridades reforzadas deben ser las pol赤ticas de seguridad ciudadana y la lucha contra la corrupci車n (#) Tambi谷n se deben establecer planes sociales para enfrentar la crisis de la salud e ingresos§.
Transcurridos cuatro a?os de discusi車n centrada en el cambio de la Constituci車n, y dos a?os del actual gobierno supeditando su agenda al mismo prop車sito, pareciera que la actitud de la izquierda y la centroizquierda le terminan dando la raz車n al ex presidente Patricio Aylwin cuando en plena dictadura, en 1984, dec赤a que para avanzar con el proceso de transici車n hab赤a que dejar de lado el problema de la legitimidad de origen de la Constituci車n de 1980. Y junto a ello se?alaba que se deb赤an aceptar las reglas del juego definidas por la Constituci車n. Tras el plebiscito de 1988, la Carta Fundamental pudo ser reformada mediante acuerdos con la derecha, para as赤 facilitar la instalaci車n del primer gobierno electo a fines de 1989. Si se pudo avanzar con la transici車n y el funcionamiento de los gobiernos que se sucedieron desde 1990 en adelante, no se justifican dos a?os de total estancamiento y falta de orientaci車n del actual Gobierno, m芍s a迆n cuando sus propios partidarios y representantes reconocen que se puede llevar adelante una agenda prescindiendo del tema constitucional. Definir y conducir la agenda, implica para el oficialismo un enorme desaf赤o que pasa por reparar una credibilidad quebrantada debido a lo variable y contradictorias que han sido las declaraciones y decisiones adoptadas por el actual Gobierno.