Voto ideol¨®gico o voto antisistema en Chile: la evidencia del plebiscito
Al igual que en el refer¨¦ndum para votar la primera propuesta constitucional, se puede afirmar que fueron los votantes que no se expresaron en la votaci¨®n anterior los que decidieron el resultado
Con 16 votaciones en poco m¨¢s de tres a?os, Chile ha vivido un ciclo electoral sin precedentes. Los vaivenes en los resultados electorales tambi¨¦n han sido notables. Luego de que el 7 de mayo pasado los partidos de derecha eligieran dos tercios de los consejeros que redactaron una segunda propuesta constitucional, ¨¦sta fue rechazada por la ciudadan¨ªa en el plebiscito del 17 de diciembre reci¨¦n pasado por un margen de casi 12 puntos porcentuales.
Los analistas coinciden en que, desde hace tiempo, las dirigencias pol¨ªticas tienen dificultades para sintonizar con la ciudadan¨ªa. Estas dificultades crecen luego de que la participaci¨®n electoral aumentara en m¨¢s de un 50% entre la segunda vuelta presidencial de diciembre de 2021 y el plebiscito sobre la primera propuesta constitucional, en septiembre de 2022. Esto, producto de haber pasado del voto voluntario al voto obligatorio, el cual aplicaba por primera vez en la historia de Chile a todos los ciudadanos con derecho a voto (no era necesario inscribirse previamente para votar). En su debut, estos nuevos votantes o votantes obligados sufragaron de manera muy distinta a los votantes habituales, donde definimos los primeros como aquellos que no votaron en la segunda vuelta presidencial de 2021 y los segundos como quienes s¨ª votaron. En el primer grupo, el Rechazo obtuvo un contundente 90% de los votos, en contraste con el segundo grupo, donde el Apruebo gan¨® con un 54% de las preferencias (estos porcentajes se infieren de la Gr¨¢fica 1).
Los partidos pol¨ªticos no esperaban el contraste anterior. En las negociaciones de noviembre de 2019, que llevaron al acuerdo que gatill¨® este proceso constitucional, la izquierda abog¨® por el voto obligatorio, mientras que la derecha quer¨ªa mantener el voto voluntario. Ambas supon¨ªan que quienes no votaban se alinear¨ªan mayoritariamente con las opciones de izquierda. Al final acordaron que las primeras dos votaciones ¨Cpara validar el proceso y para elegir a los convencionales que redactar¨ªan lo que termin¨® siendo la primera propuesta constitucional¨C ser¨ªan con voto voluntario. En cambio, en el plebiscito de salida, donde la ciudadan¨ªa aprobar¨ªa lo que se esperaba ser¨ªa una propuesta de consenso, el voto ser¨ªa obligatorio. A diferencia de lo que anticipaban las dirigencias pol¨ªticas, la gran favorecida con el voto obligatorio fue la derecha ¨Campliamente entendida y que incorpora a la centroderecha y parte del centro pol¨ªtico¨C que apoy¨® el Rechazo en el primer plebiscito constitucional.
Que los nuevos votantes eran mayoritariamente de derecha pareci¨® confirmarse en la elecci¨®n que sigui¨® al plebiscito de 2022, en mayo de este a?o, cuando los chilenos eligieron el consejo que redactar¨ªa una segunda propuesta constitucional. En su mejor resultado electoral desde el retorno a la democracia, los partidos de derecha y centroderecha eligieron dos de cada tres consejeros. Entre los nuevos votantes, este sector obtuvo el 89% de los votos (este porcentaje se infiere de la Gr¨¢fica 2).
Que una o dos golondrinas no hacen verano qued¨® demostrado en el plebiscito que tuvo lugar 10 d¨ªas atr¨¢s. Porque esta vez los nuevos votantes y los votantes habituales, definidos siempre como aquellos que votaron y no votaron en la segunda vuelta presidencial de 2021, respectivamente, sufragaron muy parecido. Un 54% de los nuevos votantes opt¨® por el en contra comparado con un 57% de los votantes habituales.
Para comprender la evoluci¨®n de los nuevos votantes, vale la pena destacar un dato que recibi¨® poca atenci¨®n en la elecci¨®n de consejeros de mayo de 2023. El porcentaje de personas que emitieron votos nulos o en blanco fue inusualmente alto, representando un 22% de quienes concurrieron a las urnas ese d¨ªa. Como su voto no incidi¨® en quienes fueron electos, estos votantes pasaron desapercibidos por los analistas. Sin embargo, ellos jugaron un rol importante en el plebiscito reciente que llev¨® a rechazar la segunda propuesta constitucional. A diferencia de la votaci¨®n de mayo, esta vez la mayor¨ªa de ellos¡ª2,4 de 2,7 millones¡ªopt¨® por una de las opciones disponibles, pronunci¨¢ndose abrumadoramente en contra de la propuesta constitucional (las cifras anteriores y las que siguen se infieren de la Gr¨¢fica 3). M¨¢s de dos millones de electores votaron blanco o nulo el 7 de mayo para luego votar en contra el 17 de diciembre. En contraste, menos de 200 mil electores votaron blanco o nulo el 7 de mayo y a favor el 17 de diciembre. Al igual que en el plebiscito para votar la primera propuesta constitucional, se puede afirmar que fueron los votantes que no se expresaron en la votaci¨®n anterior los que decidieron el resultado. Si los votantes que optaron por votos en blanco y nulos en mayo hubiesen mantenido su prescindencia, el resultado del 17 de diciembre habr¨ªa favorecido la opci¨®n a favor.
Una pregunta importante para entender los procesos electorales recientes en Chile es en qu¨¦ medida los resultados se explican por preferencias ideol¨®gicas del electorado en comparaci¨®n con la existencia de un voto importante antisistema, el cual se manifiesta de manera diversa y a veces impredecible de una elecci¨®n a otra. En una columna publicada en EL PAIS en mayo, analizamos la evoluci¨®n entre las dos elecciones de las instancias redactoras de las propuestas constitucionales, encontrando evidencia favorable a las dos hip¨®tesis anteriores que, por cierto, no son excluyentes.
Los hallazgos descritos arriba nos permiten seguir avanzando en dilucidar la importancia relativa de las dos hip¨®tesis anteriores. Que los nuevos votantes hayan sufragado de manera similar a los votantes habituales en la elecci¨®n del 17 de diciembre, por ejemplo, podr¨ªa constituir evidencia en contra de la hip¨®tesis ideol¨®gica. Esto, ya que este grupo vot¨® alineado con los partidos de derecha (y centroderecha) en el primer plebiscito y con los partidos de izquierda (y centroizquierda) en el segundo. Sin embargo, la evidencia anterior tambi¨¦n se puede interpretar como una ciudadan¨ªa que est¨¢ mucho menos polarizada que las ¨¦lites y que rechaz¨® dos textos constitucionales que consider¨® extremos.
La evoluci¨®n de los nulos y blancos de la elecci¨®n del 7 de mayo tambi¨¦n tiene varias lecturas. Estos electores no votaron por ninguna de las opciones disponibles en mayo, las cuales inclu¨ªan los candidatos de extrema derecha del Partido Republicano, que constitu¨ªan la opci¨®n antisistema porque eran una novedad no contaminada por ejercer el poder. Estos mismos electores votaron abrumadoramente en contra hace 10 d¨ªas, aline¨¢ndose con los partidos de izquierda. ?Era un grupo que se hab¨ªa vuelto (o siempre fue) esc¨¦ptico del proceso constitucional y que iba a rechazar pr¨¢cticamente cualquier propuesta? ?O era un grupo con preferencias ideol¨®gicas que no sent¨ªa representadas en los candidatos disponibles y que decidieron esperar la propuesta constitucional para decidir? El tiempo y los resultados de elecciones futuras permitir¨¢n responder preguntas como estas.
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