¡®Wokismo¡¯ y far¨¢ndula: entre la ¡®identity politics¡¯ y el universalismo de pantalla
Hay otra batalla en la que el presidente Boric se desenvuelve d¨ªa tras d¨ªa: ?cu¨¢nto de particularismo y cu¨¢nto de universalismo deben estar presentes en su Gobierno?
Los terribles incendios que el presidente Gabriel Boric ha tenido que enfrentar han sido, sin duda, de sus batallas m¨¢s duras y tr¨¢gicas, de esas en las que se juegan las capacidades estatales para encarar una crisis y las capacidades pol¨ªticas mucho m¨¢s vinculadas a las caracter¨ªsticas del jefe de Estado: hasta ahora, estas ¨²ltimas han sido descollantes. Pero hay otra batalla, mucho m¨¢s profunda, en la que el presidente se desenvuelve d¨ªa tras d¨ªa: ?cu¨¢nto de particularismo y cu¨¢nto de universalismo deben estar presentes en su Gobierno?
Hace un pu?ado de d¨ªas, el presidente Gabriel Boric convoc¨®, tras meses (y a?os, si se considera su periodo como diputado) de titubeos, al Consejo de Seguridad Nacional (Cosena) para abordar, en modo consultivo con las Fuerzas Armadas, posibles nuevas estrategias para enfrentar la crisis de seguridad p¨²blica que desde hace mucho rato corroe a la sociedad chilena. Dicho de otro modo, esta convocatoria es un giro universalista del presidente sobre un tema de inter¨¦s com¨²n, especialmente para el mundo popular. Nadie sabe muy bien en qu¨¦ se traducir¨¢ esta reuni¨®n de alt¨ªsimo nivel en la que se encuentra en juego un sentimiento tan at¨¢vico como el de la seguridad f¨ªsica.
Casi al mismo tiempo, el presidente Boric anunciaba la construcci¨®n (o remodelaci¨®n) de caletas de pescadores ¡°con perspectiva de g¨¦nero¡±. ?Qu¨¦ significa esto? Tras el lenguaje wokista, alambicado, el anuncio presidencial alude a algo tan simple (y relevante) como habilitar espacios para las mujeres pescadoras sin verse expuestas a la mirada de sus pares hombres. Como era de esperar, la iron¨ªa no tard¨® en manifestarse, por ejemplo, entre los periodistas: el presidente Boric reaccion¨® airadamente contra la prensa, sin entender las razones de por qu¨¦ un inter¨¦s leg¨ªtimo y vinculado a un grupo particular no era entendido como si se tratase de un inter¨¦s general. Pues bien, este es precisamente el problema tanto del presidente como de las facciones m¨¢s wokistas de su Gobierno (cuya estrella incomprendida es la ministra de la Mujer Antonia Orellana), ¨¢vidas por provocar un despertar entre las masas de chilenos. Dar por sentado que una pol¨ªtica p¨²blica orientada a satisfacer el inter¨¦s de un gran grupo (las mujeres, en este caso pescadoras) hace espont¨¢neamente sentido, es de una gran ingenuidad. ?C¨®mo no ver en el wokismo una feroz disociaci¨®n entre la hiper-intelectualizaci¨®n de la clase media educada de la nueva izquierda frenteamplista sobre problemas reales y su imposible recepci¨®n por p¨²blicos populares?
La contra-cara superficial de esta forma de particularismo identitario (duramente denunciado por Mark Lilla y Susan Neiman en Estados Unidos) es ese universalismo blando de pantalla que regularmente protagonizan diputados y diputadas del Frente Amplio. El ¨²ltimo retazo fue la exposici¨®n fotogr¨¢fica, en el propio Congreso Nacional (con un gato incluido en un rol secundario), de la diputada Maite Orsini. En un reportaje de la revista Velvet que se tradujo en una bullada portada digna de la revista espa?ola Hola, la parlamentaria habl¨® de asuntos del coraz¨®n y de su ¨²ltimo romance con un futbolista, desatando todo tipo de pasiones en las redes sociales. De pol¨ªtica poco, de personalismo mucho y de universalismo de portada demasiado. Es cierto que las mujeres pol¨ªticas de derecha hicieron algo muy parecido hace algunos a?os, posando en esta misma revista. Pero hay algo distinto en el wokismo de izquierdas, en evidente contraste con la seriedad de la ministra comunista Camila Vallejo quien, tambi¨¦n en Velvet, aprovech¨® la tribuna para hablar de pol¨ªtica desde la experiencia personal. ?C¨®mo explicar este contraste entre nuevas y viejas izquierdas?
No pierdo de vista que el paralelismo entre wokismo de las causas particulares y universalismo de portada es demasiado f¨¢cil. Lo relevante es la pregunta por las razones que explican las diferencias de estilo, hexis y estrategias de presentaci¨®n de s¨ª mismo entre pol¨ªticos de viejas y nuevas izquierdas. Hay muchas diferencias pol¨ªticas entre comunistas y socialistas chilenos, pero hay algo que tienen en com¨²n: esa conciencia de ser partidos con identidades fuertes e historias largas, las que deben ser cuidadas por quienes, a d¨¦cadas de distancia de la fundaci¨®n de ambas colectividades, son los guardianes del capital pol¨ªtico de todos, esto es del patrimonio com¨²n, que fue lenta y tr¨¢gicamente acumulado a lo largo de d¨¦cadas de luchas. Es cierto: socialistas y comunistas no son inmunes a las tentaciones de la far¨¢ndula. Pero lo que no se les puede reprochar es explotar la fama que proporciona la far¨¢ndula y, al mismo tiempo, reivindicar causas particulares asociadas a identidades humilladas¡ sacrificando las razones que los vieron nacer: los intereses del mundo popular, a pesar de todas las dificultades para permanecer conectados con ellos.
En el caso del Frente Amplio, hay algo excepcional: por razones que habr¨ªa que explorar, se trata de una fuerza pol¨ªtica que encontr¨® un nicho relevante de electores que ninguna izquierda previa estaba ocupando. No sabemos muy bien, con evidencia emp¨ªrica a la mano, de qu¨¦ nichos estamos hablando (m¨¢s all¨¢ de la invocaci¨®n de la vida abandonada por la pol¨ªtica en los territorios). El gran desaf¨ªo del Frente Amplio, adem¨¢s de ampliar su capacidad para gobernar (sin los comunistas y el socialismo democr¨¢tico, este gobierno estar¨ªa en ruinas), es superar su potencia farandulera, fundamentar en lenguaje humano los diversos particularismos que este conglomerado defiende y preguntarse si, acaso, el wokismo es realmente de izquierdas y si es posible articularlo con causas universales sin las cuales, simplemente, no habr¨ªa izquierda.
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