El juez de la causa de robo de beb¨¦s en Chile: ¡°En los cinco a?os de investigaci¨®n no he logrado establecer que haya habido delito¡±
El responsable de las pesquisas sobre adopciones irregulares, Jaime Balmaceda, detalla por qu¨¦ no ha habido condenas y las conclusiones que ha llegado tras terminar 650 de las 1.100 causas
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En 2017, el entonces magistrado Mario Carroza inici¨® una investigaci¨®n judicial sobre las adopciones irregulares de beb¨¦s chilenos, la mayor¨ªa desde el extranjero, entre 1970 y 1999. Estim¨® que podr¨ªa tratarse de 20.000 ni?os. Desde hace cinco a?os que las pesquisas est¨¢n a cargo del ministro en visita extraordinario Jaime Balmaceda. Cuando asumi¨®, hab¨ªa 342 causas. Ahora acumula 1.114 y mensualmente recibe nuevas denuncias. Reacio a las entrevistas, Balmaceda recibe este mi¨¦rcoles a EL PA?S en la Corte Suprema para explicar por qu¨¦ no ha habido ninguna condena cuando se han conocido tantas historias escandalosas de madres de escasos recursos a las que les dijeron que sus hijos hab¨ªan nacido muertos, cuando en realidad no era as¨ª. En general, el destino de esos beb¨¦s fue la adopci¨®n desde pa¨ªses extranjeros como Suecia y Estados Unidos y ha habido numerosos casos de reencuentros familiares d¨¦cadas despu¨¦s.
Pregunta. ?Por qu¨¦ no ha habido condenas en esta causa?
Respuesta. Porque no se ha dado ninguno de los supuestos legales que permiten disponer una condena respecto de alguien. Y la verdad es que no se ha estado ni muy cerca porque nadie ha sido sometido a proceso. Sobre ninguno de los que aparecen como eventuales inculpados o querellados se han configurado los supuestos que la ley dispone para que se procesen. S¨ª se ha tomado declaraci¨®n indagatoria a todos los que aparecen vinculados y que est¨¢n vivos, pero no se ha estimado justificada la existencia de un hecho punible, ni se han estimado presunciones que permitan atribuirle participaciones en los hechos como autor, c¨®mplice o encubridor. Las personas que parec¨ªan m¨¢s involucradas en los hechos y que uno podr¨ªa haber llegado eventualmente al establecimiento de alguna responsabilidad, hoy est¨¢n fallecidas. Cada caso amerita una investigaci¨®n particular e individual por mucho que haya varias diligencias que sean las mismas, pero los resultados son evidentemente diversos y por eso no ha habido condenas.
P. ?A cu¨¢nta gente se le tom¨® declaraci¨®n por posible involucramiento?
R. Es muy dif¨ªcil decirlo porque son 1.100 causas. En algunas probablemente no se ha tomado declaraci¨®n a nadie, porque no hab¨ªa m¨¦rito o las personas que aparec¨ªan involucradas est¨¢n fallecidas.
P. ?Se puede hablar de cientos?
R. Cientos puede ser una exageraci¨®n, pero s¨ª decenas.
P. Las personas vivas que eventualmente podr¨ªan tener responsabilidad, ?cu¨¢l ha sido la raz¨®n para descartar su involucramiento?
R. Siendo sincero, la mayor parte de los casos es porque yo no he tenido la convicci¨®n de que efectivamente se haya estado frente a hechos delictivos, que es una declaraci¨®n que puede parecer m¨¢s fuerte y m¨¢s sustantiva, pero principalmente es por eso. En un par de casos dir¨ªa que fue m¨¢s por el fallecimiento de la persona que por otra cosa.
P. Si no son delitos los hechos narrados por las familias v¨ªctimas, ?qu¨¦ son?
R. Es dif¨ªcil juzgar los hechos ocurridos en ese momento con la mentalidad actual. La mayor parte de las 1.100 causas ocurrieron antes de 1989, que fue cuando se modific¨® la legislaci¨®n que era infinitamente distinta a la que existe hoy. Ten¨ªa muchos menos resguardos y permit¨ªa que ni?os fueran entregados a personas, pero en adopci¨®n. A esta causa se la denomina adopciones irregulares, pero en realidad no tengo ni una causa de adopci¨®n. En rigor, son todas causas de lo que ahora se llama cuidado personal, que antiguamente se llamaba tuici¨®n: se le entrega la tuici¨®n de ni?os a personas que se manifiestan interesadas en tenerla, ante la imposibilidad o la falta de padres y familiares cercanos que se hicieran cargo. Al menos as¨ª constaba en los expedientes y esos ni?os eran entregados regularmente por decisiones de los jueces de menores de esa ¨¦poca, sustentadas en los informes que hac¨ªan los asistentes sociales. Tambi¨¦n llegaban a los tribunales personas que manifestaban ese inter¨¦s. Lo hac¨ªan conducidas, guiadas o llevadas por estos centros de adopci¨®n, como el sueco, que es del que m¨¢s causas hay.
P. ?C¨®mo operaban?
R. Un matrimonio sueco, por ejemplo, dec¨ªa que quer¨ªa adoptar un ni?o chileno y el centro de adopci¨®n sueco iba al tribunal, manifestaba que exist¨ªa este matrimonio, y el tribunal dec¨ªa que hab¨ªa un ni?ito o ni?ita que hab¨ªa sido abandonado y que su madre hab¨ªa dicho que quer¨ªa entregarlo en adopci¨®n, porque no estaba en condiciones de hacerse cargo. El tribunal dispon¨ªa su entrega para que tuvieran la tuici¨®n, autorizaba la salida del pa¨ªs y utilizaba una declaraci¨®n que permit¨ªa su adopci¨®n de acuerdo a las leyes del pa¨ªs al que fuera conducido. En ese pa¨ªs se adoptaba a este ni?o de acuerdo a sus leyes y era regularmente adoptado. En la mayor¨ªa de los casos el problema est¨¢ en c¨®mo ese ni?o qued¨® a disposici¨®n, por as¨ª decirlo, del tribunal para que fuera entregado. Algunas veces las denuncias dicen que las madres eran enga?adas, que se les dec¨ªa que el hijo hab¨ªa fallecido y resulta que no hab¨ªa fallecido, que hab¨ªa sido presionada, etc¨¦tera. Otras veces, que es lo que yo he constatado en la investigaci¨®n, las madres los entregaban voluntariamente.

P. ?C¨®mo se puede determinar si fue una entrega voluntaria o bajo enga?o?
R. Sobre la base de la prueba que logre reunirse hoy, despu¨¦s de 50 o 40 o 30 a?os de estos hechos, lo que evidentemente lo dificulta mucho. Con las diligencias que se han decretado y que se han cumplido, se ha logrado desarchivar una gran cantidad de procesos tramitados ante la justicia de menores. Ah¨ª constan ciertas actuaciones que, en principio, tienen que estimarse v¨¢lidas y eficaces en tanto no haya una prueba contundente que me diga esta persona que est¨¢ declarando no es esa persona, esta firma est¨¢ falsificada o la estaban presionando por detr¨¢s. Pero si yo como juez leo una declaraci¨®n firmada ante un tribunal que tiene la firma del juez, del secretario, que la persona que declara reconoce su firma como propia¡ A veces me ha tocado que la han negado y se le ha tomado prueba caligr¨¢fica y esta concluye que la firma es aut¨¦ntica. Yo llamo despu¨¦s a esa persona para pedirle que me explique el porqu¨¦ de eso y dicen que han perdido inter¨¦s en la denuncia y no comparecen m¨¢s. Esas son las cosas que a m¨ª me van diciendo que en realidad aqu¨ª no es como se ha dicho. Eso ha pasado en las cerca de 650 causas que he terminado, pero me quedan 450.
P. Las casos p¨²blicos se?alan que era recurrente que a una mujer pobre le dijeran que el beb¨¦ falleci¨®, que firmara el acta de defunci¨®n y en realidad era el acta de tuici¨®n.
R. La madre del fallecido no firma el acta de defunci¨®n, lo hace el m¨¦dico. Pero eso no quiere decir que no haya casos en que se le haya dicho a los padres que el hijo falleci¨® y resulta que no. Con los antecedentes que hay, uno podr¨ªa concluir que efectivamente se le inform¨® que el hijo falleci¨® y resulta que el hijo apareci¨®.
P. ?No es delito decirle a alguien que su hijo falleci¨® y en realidad no era as¨ª?
R. No es delito.
P. ?Qu¨¦ es?
R. Puede ser un hecho que es moralmente reprochable, pero yo soy el juez del crimen, tengo que castigar las conductas que son constitutivas de delito. Perfectamente puede ser que despu¨¦s de eso, o conjuntamente con esa expresi¨®n mentirosa, se realicen otros actos que, unidos, conformen un delito. Por ejemplo, si mintiera una persona cualquiera y esa persona no es quien despu¨¦s se queda con el ni?o y hace las cosas con el ni?o, no comete delito. El que lo comete es el que lo sustrae y lo vende o hace lo que haga despu¨¦s.
P. El doctor que dice que naci¨® muerto no comete un delito, pero si despu¨¦s le entrega el ni?o a un asistente social o a un hogar a sabiendas de que hab¨ªa dado una informaci¨®n que no era¡
R. Eso ya puede hacer cambiar la simple afirmaci¨®n.
P. ?Y eso no ha ocurrido?
R. Por el momento no tengo causa en que haya pasado eso. O que la causa haya quedado en estado de yo tener que tomar una decisi¨®n definitiva porque la investigaci¨®n ya est¨¢ agotada. En las causas en que no se han tomado determinaciones, no ha sido porque no hay nada, por el contrario, hay diligencias pendientes porque las decisiones en las causas criminales se toman cuando las investigaciones est¨¢n agotadas.
P. Se deduce por lo que plantea que no se ha confirmado ninguno de los testimonios de las madres v¨ªctimas que, hoy vivas, se han reencontrado con los hijos que les robaron.
R. Respecto de las causas terminadas, la respuesta es no. Pero todav¨ªa hay causas en tramitaci¨®n en las que pudiera darse esta situaci¨®n y que el d¨ªa ma?ana la decisi¨®n sea distinta. Lo que he advertido a lo largo de los cinco a?os es que la fuerza o el poder de convicci¨®n de los antecedentes no es tal.
P. ?No es tal como los testimonios de las madres v¨ªctimas?
R. Exactamente. Yo no puedo fundar ninguna decisi¨®n en el testimonio de una sola persona: tiene que ser refrendado con alguna otra prueba antecedente que le d¨¦ verosimilitud o credibilidad o m¨¢s fuerza. Eso no significa desconfiar o creer que mienten, ni mucho menos, sino que un juez del crimen no puede meter a proceso, acusar o condenar a una persona con el m¨¦rito de un ¨²nico testimonio. Tendr¨ªa que ser un testimonio dado en unas circunstancias muy particulares, que lo hagan muy veros¨ªmil, pero de repente pasa que esos testimonios est¨¢n contradichos por otros antecedentes. La madre dice: me lo robaron. Y hay una declaraci¨®n judicial en que ella aparece entreg¨¢ndolo y firmando una declaraci¨®n. Despu¨¦s dicen me presionaron, no es mi firma.
P. ?Se puede hablar de redes que operaban para vender ni?os y sacarlos del pa¨ªs?
R. De las cosas que est¨¢n m¨¢s o menos claras en el proceso es que nunca he visto que haya nadie declarado mucho de platas. Obviamente en 1.100 casos alguien ha dicho algo sobre el pago de los padres adoptivos, pero muy poco. Respecto de redes, claro, los nombres coinciden, se ve que son m¨¢s o menos siempre los mismos, pero resulta que la jueza de menores del juzgado de Coronel o del lugar que sea de esa ¨¦poca, era la misma, y los asistentes sociales que trabajaban en ese tribunal, eran los mismos. El hecho de que se repitan los nombres no significa que ellos formaban parte de una red. A lo mejor s¨ª, pero por el momento, los antecedentes no me dan cuenta de ello ni menos que haya sido una pol¨ªtica del Estado de Chile.
P. Si no era una red, ?qu¨¦ era todo lo que pasaba?
R. Hab¨ªa una situaci¨®n de desamparo en general de la gente en condici¨®n de vulnerabilidad muy grande, una legislaci¨®n infinitamente distinta a como es ahora que resulta pr¨¢cticamente inconcebible, y eso permiti¨® que, en un Chile muy pobre, de gente muy abandonada tambi¨¦n por el Estado, la salida que tuvieran muchas mujeres que no estaban en condiciones de criar a sus hijos fueran a entregarlos. Es muy triste, evidentemente lo menos deseable de todo, pero era una realidad. Y que tambi¨¦n gente a lo mejor se aprovech¨® de esa situaci¨®n para lucrar.
P. El ministro Carroza estim¨® en 2019 que 20.000 ni?os podr¨ªan haber sido adoptados de manera irregular. ?En cu¨¢nto est¨¢ esa cifra hoy?
R. Esas cifras son las han dado las autoridades pol¨ªticas, administrativas o la gente interesada. Pero mientras no se materialice la denuncia, la querella o haya antecedentes para que el tribunal act¨²e de oficio, yo tengo las causas que tengo no m¨¢s. Esos 20.000 casos son de personas que habr¨ªan salido del pa¨ªs no s¨¦ en qu¨¦ circunstancias. Pero para m¨ª, por el momento, son 1.100. He tratado de que cada ni?o, cada situaci¨®n tenga su propia causa.

P. Usted ha descartado que se pueda vincular estos casos a la dictadura de Pinochet
R. Lo descart¨® en su momento el ministro Carroza. ?l fue el que advirti¨® que estas causas no ten¨ªan vinculaci¨®n con lo que ¨¦l investigaba, que eran violaciones de derechos humanos cometidas por militares durante la dictadura y eso se le hizo presente a la Corte Suprema y esta, ateniendo que eran una cantidad m¨¢s o menos considerables, dijo que otro ministro investigue estas causas vinculadas a adopciones irregulares o ilegales. Fue una determinaci¨®n que se tom¨® antes que yo asumiera la causa.
P. ?Qu¨¦ responde la justicia a la gente que fue v¨ªctima y sigue esperando una respuesta?
R. No s¨¦ si estoy habilitado para decir qu¨¦ responde la justicia, porque en tanto juez del crimen, la forma que tengo de expresar los resultados es a trav¨¦s de las resoluciones judiciales que dicto. Y las que he dictado hasta el momento han decidido sobreseer los casos. ?Qu¨¦ respuesta se le puede dar a la gente que estima que ha habido una irregularidad o ilegalidad o delito en su adopci¨®n? Que al menos, judicialmente, poni¨¦ndole todo el empe?o y toda la capacidad que tengo, no he logrado establecer que eso haya sido as¨ª. Que haya habido delito, independiente que eso no quiere decir que yo estime que lo que se hizo estaba bien. Otra cosa es que no sea delito y lo que se hizo en la mayor parte de las cosas son cuestiones que actualmente ser¨ªan inconcebibles que se hicieran.
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