Sandy Joseph, activista: ¡°En Chile y en el mundo nunca se asocia a la mujer haitiana con belleza, con cosas buenas¡±
Una de las principales voces entre los migrantes del pa¨ªs sudamericano, de 23 a?os, defiende los derechos de los afrodescendientes
En una oficina en el centro de Santiago de Chile, Sandy Joseph revisa causas, lee c¨®digos de Derecho y asesora migrantes que buscan regularizar su situaci¨®n en Chile. La joven haitiana, de 23 a?os, conocida por denunciar los abusos que sufre la comunidad afrodescendiente en el pa¨ªs sudamericano, est¨¢ explorando una nueva faceta desde que comenz¨® a trabajar en febrero como procuradora en un estudio jur¨ªdico dedicado principalmente a asuntos migratorios. La activista por los derechos de las mujeres haitianas, popularmente conocida en redes sociales como Diosa haitiana (@diosa.haitiana), donde sus v¨ªdeos tienen m¨¢s de un mill¨®n de visualizaciones, acaba de pasar a cuarto a?o de Derecho en la Universidad Aut¨®noma de Chile.
Desde Instagram dio a conocer las acusaciones de violaci¨®n en contra de un exembajador de Hait¨ª en Santiago de Chile. Tambi¨¦n ayud¨®, a trav¨¦s de la recaudaci¨®n de fondos, a una familia haitiana que perdi¨® a sus dos hijas peque?as producto de un incendio en 2021 en el popular municipio de Puente Alto, en la zona sur de Santiago. Para el terremoto que afect¨® el sur de Hait¨ª en agosto de 2021, realiz¨® talleres y organiz¨® un concierto para apoyar econ¨®micamente a una fundaci¨®n que prestaba ayuda al pa¨ªs caribe?o. Sobre la situaci¨®n pol¨ªtica actual del pa¨ªs de sus padres ¨Ctiene la nacionalidad haitiana, pero naci¨® en Rep¨²blica Dominicana¨C, prefiere no referirse.
¡°Cree? la cuenta el d¨ªa antes de la marcha del 8M de 2021 porque sab¨ªa que el feminismo no nos inclu¨ªa a las mujeres racializadas¡±, se?ala a EL PA?S en una calurosa tarde de verano. Su primer post en Instagram cita a la fil¨®sofa estadounidense Angela Davis: El feminismo ser¨¢ antirracista o no ser¨¢. Sobre por qu¨¦ bautiz¨® su perfil como Diosa haitiana, responde que la gente ¡°nunca asocia a la mujer haitiana con belleza, con cosas buenas, con deidades. Lamentablemente, en Chile y en el mundo, se muestra a la mujer haitiana como una mala madre, que no ama a sus hijos¡±, sostiene.
Desde aquella plataforma empez¨® a dar visibilidad a los abusos e injusticias que viv¨ªa la poblaci¨®n haitiana en Chile y alcanz¨® una amplia difusi¨®n. ¡°Las personas son ajenas a lo que pasa dentro porque ocurren en otro idioma. Adem¨¢s, a la gente no le interesa investigar a fondo. Quise aprovechar el hecho de saber espa?ol para poder mostrarlo al mundo¡±, afirma. Como parte de su bandera por dar mayor visibilidad, tambi¨¦n tiene una faceta art¨ªstica. Acaba de exponer en la muestra Arte haitiano en Chile, montada en el Palacio Pereira, una mansi¨®n de 1874 que funciona como centro cultural. Su obra consiste en rostros de mujeres haitianas elaborados en cer¨¢mica, que representan a v¨ªctimas de negligencia m¨¦dica.
Sandy, de madre y padre haitianos, naci¨® en Rep¨²blica Dominicana, un pa¨ªs en el que, a pesar de haber vivido 17 a?os, nunca obtuvo la nacionalidad. Rememora, a¨²n con pesar, el racismo que viven los haitianos: ¡°Miles de personas est¨¢n ap¨¢tridas en su propio pa¨ªs, sin derechos, porque no tienen el linaje dominicano por detr¨¢s¡±. Experiment¨® la soledad y el racismo de primera mano. ¡°La discriminaci¨®n era a trav¨¦s de palabras, gestos y expresiones. Todo era expl¨ªcito, no era una discriminaci¨®n oculta¡±, dice recordando su etapa escolar.
En 2015, su madre emigro? a Chile y dos a?os m¨¢s tarde, Sandy junto a su hermano mayor, aterrizo? en el pa¨ªs sudamericano. Hoy tiene la residencia, pero no la nacionalidad chilena. Cursa cuarto a?o en la universidad, donde estudia gratis gracias a un beneficio estatal. ¡°Uno como migrante tiene que saber las leyes del pa¨ªs en el que vives para saber d¨®nde est¨¢s parado, para utilizarlas en la defensa de tu comunidad y defender tus propios derechos¡±, explica.
Su faceta universitaria le hizo dar un giro a su activismo y mostrar su d¨ªa a d¨ªa. Sus redes sociales se nutren de v¨ªdeos de ella misma estudiando en la biblioteca de la universidad, prepar¨¢ndose para un examen o en actividades del centro de alumnos de su carrera, del que forma parte. ¡°La mujer haitiana tiene que crear otro concepto del que se tiene de nosotras. Para mi?, una manera de crear ese concepto es a trav¨¦s de dar el ejemplo de la educaci¨®n, de lo que podemos lograr¡±, asegura.
Llegar a ser procuradora en un estudio jur¨ªdico es una demostraci¨®n tambi¨¦n para la ni?a que fue. Desde que lleg¨® a Chile ha trabajado cuidando a hijos de vecinas, vendiendo frutos secos en su colegio, en el aseo de un hospital y en tiendas. En el verano de 2020 se dedic¨® junto a su madre a recoger porotos como temporeras en San Bernardo, en la zona sur de Santiago. Les pagaban un d¨®lar por saco. Con los rostros quemados por el sol y en un lugar sin ba?os, Sandy le tomaba fotos a su mam¨¢ y le dec¨ªa: ¡°Alg¨²n d¨ªa esto va a quedar como un recuerdo de todo nuestro esfuerzo para superarnos en Chile¡±.
Ser una inspiraci¨®n para otras como ella es lo que la mueve. Se le llena la cara de alegr¨ªa cuando cuenta c¨®mo se le acercan otras mujeres para darle las gracias. ¡°Hay otra chica haitiana que ahora tambi¨¦n es parte de un centro de alumnos universitario y me dice: ¡®Soy tu estudiante, estoy siguiendo tus pasos¡±.
En julio de 2023, en el marco del D¨ªa de la Mujer Afrodescendiente, ONU Mujeres destac¨® su historia. Su activismo la ha llevado a participar de diferentes di¨¢logos y congresos en torno a la interracialidad. El pasado noviembre, una profesora de un colegio en Quilicura, en Santiago, se le acerco? en una actividad para hablarle de unas alumnas haitianas. ¡°Me comento? que al preguntarle a las ni?as que? quieren ser cuando sean grandes, ellas contestaban que trabajadoras del aseo. Ten¨ªan miedo de so?ar por temor a que sus sue?os nunca se fueran a concretar¡±.
Sandy fue a conocerlas y darles un taller de autorreconocimiento: ten¨ªan que dibujar c¨®mo quer¨ªan verse en un futuro y escribir una frase motivadora. Era un grupo de 15 ni?as, de entre 13 y 17 a?os, algunas de ellas llevaban menos de un a?o viviendo en Chile y no hablaban bien espa?ol. Una de ellas se acerc¨® a Sandy y le dijo: ¡°Para que? voy a hacer esto, no siento que sirva porque mi mama? trabaja limpiando ba?os, todas mis t¨ªas tambi¨¦n, y mi papa? nunca me ha preguntado que? quiero ser cuando sea grande¡±. Sandy reflexiona: ¡°Escuchar a una ni?a decir eso fue demasiado doloroso para mi?¡±, comenta en su oficina. ¡°Y a las otras ni?as tambi¨¦n... ni?as que tienen tanto talento. Los dibujos que hicieron eran hermosos. En un momento les dije que pod¨ªamos poner m¨²sica y empezaron a cantar, se o¨ªa como un coro celestial¡±, dice.
Y mira hacia atr¨¢s: ¡°Me identifico con ellas porque veo mi pasado. Cuando llegue? a Chile hubo unos meses en los que viv¨ª sola. Ten¨ªa 16 a?os y mi mama? trabajaba como asesora del hogar puertas adentro¡±, recuerda. ¡°Me pregunto c¨®mo poder darle esperanza a esas ni?as sin que sea falsa. De verdad necesitamos exigirle al Estado que vaya a las periferias. Si nadie interviene, muchas de esas ni?as no van a lograr cumplir sus sue?os¡±. El de ella, por su parte, es ayudarlas a que lo logren.
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