Pensiones: la deuda de Chile con las y los trabajadores
Sin seguro social las jubilaciones no subir¨¢n hasta en 30 a?os m¨¢s. La oposici¨®n no se puede dar el lujo de seguir alimentando ese descontento, rechazando una y otra vez una reforma de pensiones
Este 1¡ã de mayo, las y los trabajadores vuelven a salir a las calles, con m¨¢s unidad, y la misma fuerza de siempre para que el trabajo decente sea una realidad.
Es indudable que este Gobierno ha avanzado en materia laboral: se logr¨® un aumento hist¨®rico del sueldo m¨ªnimo, que en dos meses llegar¨¢ a $500 mil pesos (unos 520 d¨®lares); la reducci¨®n progresiva de la jornada laboral a 40 horas; la promulgaci¨®n de la Ley Karin, que aborda el acoso laboral, sexual y la violencia en el trabajo; adem¨¢s de la ratificaci¨®n del Convenio 190 de la Organizaci¨®n Internacional del Trabajo (OIT), que reconoce el derecho a un ambiente de trabajo libre de violencia y acoso.
Vale recordar lo logrado cuando, a ratos, todo se ti?e por el obstruccionismo de algunos, guiados por mezquinos, pero poderosos intereses. Cuando escuchamos al diputado de la UDI, Guillermo Ram¨ªrez, decir que el mecanismo de reparto es ¡°incorporar c¨¢ncer¡± al sistema de pensiones, evidenciamos que su objetivo es frenar los cambios, imponer el miedo y mentirle a la ciudadan¨ªa sobre el verdadero esp¨ªritu de la Reforma de Pensiones. De propuesta, poco. Su rechazo no considera alternativas, mientras la principal queja de la ciudadan¨ªa a los pol¨ªticos es que no somos capaces de ponernos de acuerdo para aportar a la vida de las personas.
Coincidimos con el Presidente Boric cuando se?ala que no se trata de majader¨ªa sino de urgencia. Hoy lo que necesitan las familias son certezas, para poder darlas debemos ser capaces de llevar esta reforma a buen puerto, y atender a lo ¨²nico que est¨¢ claro: la necesidad de una mejor calidad de vida para las personas, y eso se logra, en parte, mejorando las pensiones.
Durante cuarenta a?os han obligado a las y los chilenos a cotizar en un sistema que ha resultado ser una estafa: seg¨²n la Superintendencia de Pensiones, los nuevos pensionados a marzo de 2024 no llegan a recibir 100 mil pesos de jubilaci¨®n, cuando se nos prometi¨® jubilarnos con el 100% de nuestro sueldo. El 96% de las mujeres jubiladas en el ¨²ltimo a?o tienen una pensi¨®n menor al sueldo m¨ªnimo, la mitad de ellas reciben una pensi¨®n autofinanciada de 40 mil pesos. Necesitamos un sistema mixto, con un seguro social que termine con esta realidad que no resiste m¨¢s.
En este contexto, parece no solo necesaria sino que urgente, la fuerza movilizadora y organizada de las y los trabajadores. De quienes viven en carne propia el temor a jubilar por la incertidumbre de no saber si llegan a fin de mes. Quienes viven el temor de ver a sus padres, madres, familiares y cercanos envejecer, sin que se les retribuya dignamente todos sus a?os de trabajo. Y es con ellas y ellos, junto a los sindicatos, con quienes tendremos que sacar adelante esta y otras reformas, como la negociaci¨®n ramal y multinivel, compromisos del presidente Gabriel Boric, para influir de una manera m¨¢s equilibrada en sus condiciones laborales y de vida.
Seamos claros; sin seguro social las jubilaciones no subir¨¢n hasta en 30 a?os m¨¢s. La oposici¨®n no se puede dar el lujo de seguir alimentando ese descontento, rechazando una y otra vez una Reforma de Pensiones que es justa, equilibrada y busca subir las jubilaciones a las y los trabajadores actuales y futuros.
Estamos llamados a construir un pa¨ªs donde valga la pena levantarse a trabajar cada d¨ªa, porque dignifica, porque as¨ª aportamos a Chile y porque nos permite construir una historia propia, que unida con otras, construyen la historia de la Patria que anhelamos.
Por cierto, en esta construcci¨®n juega un rol fundamental el gran empresariado, el que est¨¢ llamado a colaborar, para poder avanzar en los anhelos de justicia e igualdad social, que es el objetivo de esta reforma. La aplicaci¨®n de las 40 horas laborales, sin letra chica, subir los sueldos, como las trabajadoras y trabajadores merecen, y avanzar en conjunto para que el desarrollo nacional y los frutos del crecimiento econ¨®mico sean para todas y todos. Si queremos evitar una crisis, nunca m¨¢s podemos poner los problemas que le importan a la gente debajo de la alfombra.
Este primero de mayo, las trabajadoras y trabajadores de Chile salen a marchar por un trabajo digno, con justa remuneraci¨®n, condiciones y retribuci¨®n. Hag¨¢monos cargo hoy para vivir mejor ma?ana, en esta mesa caben todas y todos.
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