Amadeo Llad¨®s, profeta del nihilismo
La juventud parece decir a los pol¨ªticos: garanticen condiciones generales y no se entrometan en mi vida, que del ¨¦xito y su gesti¨®n me encargo yo
El algoritmo de Instagram es implacable. Hace unos d¨ªas, un amigo me envi¨® un v¨ªdeo de Amadeo Llad¨®s burl¨¢ndose de ¨¦l. Hoy, mi feed en la aplicaci¨®n est¨¢ plagada de videos del influencer espa?ol. ?l se presenta as¨ª mismo con el siguiente relato: ¡°Como fui v¨ªctima de bullying, era delgado y sin confianza, no me atrev¨ªa a hablar a las mujeres, lavaba platos, trabajaba de obrero, camarero, ten¨ªa $50 en mi cuenta bancaria, escap¨¦ de mi vida con alcohol/drogas/fiesta hasta el punto de casi morir de sobredosis de coca¨ªna a generar +1M al mes como Coach Online y comprarme un Bugatti Chiron¡±. Su misi¨®n es ayudar a las personas a convertirse en el ¡°GANADOR¡± (sic) que llevan dentro y poder ¡°escapar del sistema para vivir la vida de tus sue?os¡±.
Tiene una curiosa filosof¨ªa que mezcla estoicismo, el relato del self-made man, versiones secularizadas del cristianismo y grandes porciones de autos, yates, casas, junto con lo que ¨¦l llama ¡°t¨ªas buen¨ªsimas¡±. Exhorta a sus seguidores a levantarse a las 5 de la ma?ana, a trabajar m¨¢s, a no quejarse, a ir al gimnasio y hacer burpees. Pero, sobre todo, sorprende la atracci¨®n que genera en sus millones de fan¨¢ticos e imitadores, que lo siguen con una fidelidad casi total y entregan sus a veces escasos recursos para parecerse un poco m¨¢s a Llad¨®s.
Una reacci¨®n natural ante esto podr¨ªa ser la risa. Pero, ?no hay una denuncia m¨¢s profunda detr¨¢s de esta figura fr¨ªvola y vac¨ªa? ?No dice algo sobre nuestros modos de vida y las expectativas de muchos? Aunque Llad¨®s se dirige principalmente a Espa?a, tiene seguidores de todo el mundo. De manera m¨¢s impresionante, los recientes datos presentados por Cadem en EL PA?S respecto a la juventud chilena muestran una coincidencia con muchos de sus atributos y aspiraciones: los j¨®venes chilenos priorizan tener trabajo, bienestar material y f¨ªsico; describen el mundo como un lugar hostil y creen que, m¨¢s que sue?os, hay que tener metas concretas. Si nada parece tener sentido por s¨ª solo, si la desafecci¨®n es total y no hay criterios orientadores, la autoafirmaci¨®n logra un remedo de ese sentido; y no es descabellado que el dinero ocupe un lugar tan central en sus vidas. Esto va de la mano con que en muchos casos, la vida se ha vuelto sumamente cara y dif¨ªcil de financiar, lo cual exige m¨¢s trabajo para mantenerse a flote pero, al mismo tiempo, implica dejar de lado muchas de las redes de apoyo y comunidades de pertenencia que proporcionaban un soporte vital.
Otra faceta del ¨¦xito de Amadeo Llad¨®s parece relacionarse con c¨®mo los hombres de esta generaci¨®n lidian con la emergencia del feminismo y la falta de ¨¦xito. Ambos comparten una ra¨ªz: si se espera que, como hombre, me comporte y sea de una determinada manera que no funciona, una salida posible es hacer justo lo contrario y profundizar en ello. Si algunas agendas feministas se han forjado a partir de la cr¨ªtica a la masculinidad, puede que parad¨®jicamente la terminen reforzando. El mundo de los incel ¨Cc¨¦libes involuntarios¨C bien puede buscar respuestas en trabajar el cuerpo, despreciar a los d¨¦biles, ganar pasta ¨Cmucha pasta¨C y abrazar una ¨¦tica cuasi sacerdotal de vida, aunque carente de un sentido trascendente. Por eso, la burla y el desprecio casi no sirven de nada, precisamente porque alimentan el sentimiento de nosotros contra el mundo, un mundo que, por lo dem¨¢s, nos quiere ¡°gordos y pisoteados¡±.
Desde el prisma pol¨ªtico y cultural, se trata de cambios de la mayor relevancia. La desafecci¨®n por lo com¨²n ¨Clo cual incluye la religi¨®n, pero parece involucrar casi cualquier noci¨®n de bien compartido, de trascendencia, o narraci¨®n m¨¢s amplia¨C ser¨¢ un desaf¨ªo mayor para quienes busquen liderar a la sociedad. Tambi¨¦n marca la volatilidad de los apoyos pol¨ªticos, que pueden estar hoy y ma?ana desaparecer, y que tienden hacia la individualidad extrema. La juventud parece decir: garantice condiciones generales y no se entrometa en mi vida, que del ¨¦xito y su gesti¨®n me encargo yo.
De ah¨ª que la aparici¨®n de Llad¨®s, profeta del ¨¦xito, pero tambi¨¦n s¨ªntoma nihilista, no debiera causar mayor risa. Toca fibras centrales en nuestra civilizaci¨®n occidental, sumergida en las tensiones del capitalismo tard¨ªo. La respuesta a los crujidos del mundo, para muchos, parece radicar en seguir a hombres fuertes que sepan ejercer el poder contra toda adversidad, para imponerle sentido a un mundo carente de ¨¦ste. La historia, como un viento helado, no se repite. Pero rima. O puede rimar.
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