?Se est¨¢ quemando el Senado!
El problema de los incentivos para la disciplina interna permite que legisladores inescrupulosos traicionen a sus bancadas para perseguir su conveniencia inmediata
Esta semana se rompi¨® el acuerdo administrativo que hab¨ªa en el Senado chileno para elegir a su presidente. El empate existente entre Gobierno de Gabriel Boric y la oposici¨®n se zanj¨® en favor de esta ¨²ltima, la cual, con el apoyo de dos exdem¨®cratacristianos logr¨® instalar a uno de los suyos a la cabeza de la C¨¢mara Alta.
La periodista Mirna Schindler lo calific¨® como ¡°el peor rev¨¦s desde el retorno a la democracia¡±. Algunos senadores fueron menos acad¨¦micos para describir la movida. El oficialista Pedro Araya ¨Cderrotado en esta elecci¨®n¨C lo calific¨® como una ¡°mexicana¡±, el nombre que se da a las quitadas de droga entre bandas rivales en Chile.
La pelea en el barro pol¨ªtico de esta semana debiera encender las alarmas sobre varios problemas que se arrastran hace tiempo. Lo primero que salta a la vista es el desorden y la debilidad del bloque de Gobierno, tanto en el Senado como en la C¨¢mara de Diputados. La incapacidad permanente de los ministros para ordenar sus filas ha resultado no solo en este fiasco, sino tambi¨¦n en que proyectos emblem¨¢ticos del Frente Amplio, como la reforma tributaria o previsional, hayan fracasado por falta de sus propios votos. En el caso actual, la demora del Partido Por la Democracia (PPD), de la centro izquierda, para designar a su candidato a la testera termin¨® abriendo un espacio para la fractura. El Gobierno, sobra decirlo, hizo poco o nada por reparar el problema. No todo es su culpa: se ha advertido insistentemente que el cambio de sistema electoral gener¨® coaliciones sumamente fr¨¢giles, con pocos incentivos para la disciplina interna y ni hablar de lealtades sostenidas en el tiempo.
El problema de los incentivos dista de ser menor: permite que legisladores inescrupulosos traicionen a sus bancadas para perseguir su conveniencia inmediata. Es probable que todo esto se haya acelerado con los sucesivos retiros de fondos de pensiones. A los profundos efectos econ¨®micos que todav¨ªa se sufren en el pa¨ªs, se sum¨® una corrosi¨®n de las pr¨¢cticas parlamentarias que sosten¨ªan una m¨ªnima decencia compartida en la tramitaci¨®n legislativa. Muchos legisladores de derecha, salvo honrosas excepciones, se sumaron alegremente a estos proyectos (en particular, al segundo), rompiendo su propia coalici¨®n e instaurando una pr¨¢ctica de dif¨ªcil retorno. En a?os copiosamente electorales, no debiera extra?ar que los candidatos y candidatas sorprendan con una avalancha de declaraciones grandilocuentes. Hay un Gobierno sangrante por su ineficacia, y una elecci¨®n por ganar.
Tenemos un sistema pol¨ªtico quebrado, dijo hace poco el acad¨¦mico Jorge F¨¢brega. Es dif¨ªcil pensar muy distinto. Lo preocupante es que el sistema pol¨ªtico chileno no ha dado muestras de estar a la altura de los desaf¨ªos que tiene adelante, incluso desde antes que comenzara la ¨¦poca cr¨ªtica de octubre de 2019. Mientras se suceden balaceras, secuestros ¨Cextorsivos o ¡°tradicionales¡±¨C, portonazos, homicidios; mientras la inseguridad y el miedo se apoderan de las calles de Chile; la recuperaci¨®n econ¨®mica todav¨ªa se ve cuesta arriba y carente de claridades; mientras las pensiones siguen estando al debe; la educaci¨®n, fuente de incertidumbre para las familias de Chile; la reconstrucci¨®n post-incendios se aplaza y falta materializar todav¨ªa tantas cosas.
La tentaci¨®n es apuntar al Gobierno del presidente Boric. Qu¨¦ duda cabe que tiene grandes responsabilidades en el cuadro actual, que no ha estado a la altura de sus promesas, y ha sido presa de su ineficacia pol¨ªtica. Pero, tambi¨¦n y m¨¢s gravemente, el sistema pol¨ªtico chileno en su conjunto vive una desconexi¨®n brutal, donde sus intrigas palaciegas son percibidas con un sabor amargo por parte de la ciudadan¨ªa. Se gasta mucho tiempo en denunciar los males de los l¨ªderes populistas y radicales que campean a lo ancho del globo. Es cierto: la mayor¨ªa es un problema porque cuestiona los fundamentos de la democracia, ese precario sistema que permite la coexistencia pac¨ªfica con la alternancia en el poder. Pero tocan una tecla que est¨¢ lejos de ser balad¨ª. Proponen romper la intermediaci¨®n que supone tener representantes, y en el camino se pierden bienes sumamente cruciales. Pero si esta oferta cuenta con adherentes ¨Cpues la gente no es tonta¨C es porque algo de verdad habr¨¢ en esos discursos.
Se est¨¢n quemando el Senado y el Congreso. Lo lamentable es que los est¨¢n quemando desde adentro.
Suscr¨ªbase aqu¨ª a la newsletter de EL PA?S Chile y reciba todas las claves informativas de la actualidad del pa¨ªs.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.