Eugenio Tironi y el caso de Manuel Monsalve: ¡°Nadie puede negar que Boric es valiente, pero excesivamente impetuoso¡±
El soci¨®logo y ensayista chileno analiza una de las semanas m¨¢s cr¨ªticas para la Administraci¨®n de izquierdas, marcada por la denuncia por violaci¨®n en contra del ahora renunciado subsecretario de Interior y el papel del mandatario para contener la crisis
Chile ha vivido esta semana una crisis in¨¦dita con la renuncia, el jueves, del subsecretario del Interior del Gobierno de Gabriel Boric, Manuel Monsalve, denunciado por violaci¨®n por una asesora de su cartera ministerial, adem¨¢s de la destituci¨®n de dos jueces de la Corte Suprema, entre ellos el magistrado Sergio Mu?oz, casos que el mandatario de izquierdas ha abordado profusamente en las ¨²ltimas 36 horas. Todo ha ocurrido en la antesala del quinto aniversario del estallido social del 18 de octubre de 2019 y en la cuenta regresiva a las elecciones municipales que se celebrar¨¢n el pr¨®ximo fin de semana. El soci¨®logo, ensayista y consultor Eugenio Tironi (72 a?os, Santiago), quien acaba de publicar el libro Ajuste de cuentas, Salvador Allende y las renovaciones de las izquierdas (Tauros), reflexiona sobre el impacto de los golpes a la institucionalidad.
Pregunta. ?Cu¨¢nto golpea al Gobierno de Boric, que se define feminista, la ca¨ªda de ¡®su zar¡¯ de seguridad, Manuel Monsalve, a una semana de las elecciones municipales?
Respuesta. Este caso demuestra lo peligrosos que son los zares, en cualquier dominio. La ventaja de los zares es que no eran escrutados, pero hoy, en un r¨¦gimen democr¨¢tico, s¨ª lo son. Est¨¢ claro que es grave. La cuesti¨®n est¨¢ en que esto sea: uno, descubierto; dos, investigado como corresponde; tres, hacerlo con humanidad y transparencia. Todas las organizaciones estamos sujetas por razones legales a una serie de protocolos, con m¨¢s raz¨®n las tiene que cumplir el Gobierno. No creo que afecte en las elecciones municipales porque son muy locales, muy centradas en las personas.
P. ?Qu¨¦ le pareci¨® la conferencia de prensa, de 53 minutos, que ofreci¨® el presidente Boric el viernes sobre el caso Monsalve?
R. Completamente desafortunada, fuera de lugar. ?l se autoexpone a una situaci¨®n sumamente dif¨ªcil porque es un caso muy escabroso, donde est¨¢ en juego una potencial obstrucci¨®n a la justicia. Este es el momento para decir que la Fiscal¨ªa y las polic¨ªas funcionen con total independencia, como el propio Monsalve lo hab¨ªa planeado.
P. ?Cu¨¢nto cree que afecta a la figura presidencial el que haga de portavoz del caso?
R. Entiendo que est¨¦ personalmente muy afectado porque est¨¢ en juego una dimensi¨®n muy central de su identidad, de la cultura que representa.
P. ?A qu¨¦ se refiere?
R. Al tema del abuso. Al abuso de poder, al abuso sexual y al tema de la falta de transparencia, de la manipulaci¨®n de pruebas y de informaci¨®n. Uno entiende que el primer impulso es de incredulidad, de indignaci¨®n, y el deseo de poner todo en la balanza para librarse de esta sospecha. Pero, sobre todo en estos tiempos, las cosas no funcionan as¨ª. No bastan las intenciones y las declaraciones. Se requiere tener certeza en los hechos, en las secuencias, y todo eso parece que no est¨¢ claro, por ahora, en este caso.
P. ?Por qu¨¦ cree que el presidente dej¨® en el cargo durante dos d¨ªas a Monsalve despu¨¦s de que supo de la denuncia y de que el exsubsecretario pidi¨® las grabaciones del restaurante donde se encontr¨® con la denunciante?
R. No lo comprendo. Entiendo que se ven¨ªa el 18 de octubre, y que hab¨ªa que preparar la transici¨®n; son muchos factores de ese tipo. Pero estas consideraciones no son v¨¢lidas para este tipo de hechos. Hay un protocolo que tienen todas las organizaciones, de que si existe una denuncia, tiene que ser inmediatamente suspendido de ciertas funciones. Pero si adem¨¢s estaba la cinta, con m¨¢s raz¨®n.
P. ?C¨®mo califica la conducta del presidente en la gesti¨®n de esta crisis?
R. Nadie puede negar que el hombre es valiente, que pone el pecho a las balas, que no se esconde, pero por otra parte es excesivamente impetuoso ante una situaci¨®n cuyos contornos a¨²n est¨¢n claros, con aspectos bastante escabrosos. Exponerse como presidente de la Rep¨²blica como vocero en una materia que est¨¢ tan pantanosa es, derechamente, un error.
P. ?Qu¨¦ costo puede tener ese error?
R. Va a tener un costo. Esto es como un indulto dos [la decisi¨®n presidencial de indultar a 12 condenados por delitos del estallido social]. Tambi¨¦n ¨¦l sali¨® y puso el pecho frente a las cr¨ªticas, a las dudas¡ es un poco su forma de ser. Nadie lo va a inventar de nuevo. El expresidente Sebasti¨¢n Pi?era hac¨ªa cosas parecidas en un mont¨®n de casos. O Ricardo Lagos. Los caracteres propios de los humanos nos aparecen por encima del uniforme, de los roles.
P. Es una crisis del tama?o de los indultos, dice.
R. Es una cuesti¨®n todav¨ªa no terminaba de desplegarse, no sabemos. Las dos cuestiones m¨¢s graves son que hubiese habido un encubrimiento de un abuso sexual, y que hubiese habido un encubrimiento de un abuso de poder destinado a ocultar un delito. Todav¨ªa no tenemos suficientes elementos de juicio para, al menos yo, tener una opini¨®n definitiva.
P. El mi¨¦rcoles, cuando el Senado destituy¨® al juez Mu?oz, dijo que pocas veces se averg¨¹enza de ser chileno y que ese d¨ªa era uno de ellos. ?Qu¨¦ le dio verg¨¹enza?
R. Me dio verg¨¹enza que el Parlamento pasara por encima de las pruebas factuales y fuera injusto con una persona a la cual condenan, con el exclusivo fin de dar un mensaje pol¨ªtico y equiparar su situaci¨®n con la de la ministra ?ngela Vivanco, que est¨¢ envuelta en un evidente caso de corrupci¨®n. Si faltaba alguna prueba de que estamos ante una erosi¨®n grave de nuestras instituciones, grave, esa fue una prueba palmaria.
P. En su libro dice que, al margen de las causas que provocaron el estallido, el Frente Amplio y el Partido Comunista captur¨® la cr¨ªtica de que se deb¨ªa a los 30 a?os anteriores y qued¨® esa idea. ?Fue una interpretaci¨®n err¨®nea?
R. Fue una interpretaci¨®n simple de lo que estaba pasando. Lo que hubo fue, como dir¨ªan los psic¨®logos, la actuaci¨®n de un sentimiento de ahogo, de ansiedad, provocado por un sistema que deposita en la persona enteramente la administraci¨®n de sus vidas y de sus precariedades; que le exige mucho de ella misma en esa gesti¨®n, y que de pronto esa gesti¨®n se volvi¨® imposible cuando no hay crecimiento econ¨®mico. Esa asfixia, en este caso, estall¨®. A su vez, gatillado por un Gobierno y una elite desconectadas, que miraban a Chile un poco desde el helic¨®ptero, a partir de estudios de opini¨®n o de un cuadro Excel, pero que carec¨ªa de sensibilidad respecto a este fen¨®meno. Cre¨ªan que Chile era un oasis a la luz de esa visi¨®n. Las frases respecto al bingo, a las flores, a levantarse temprano, desataron un sentimiento de estar gobernados por una elite que no nos considera, que nos trata como un ni?o. Ese fue un factor muy importante. Bajo las mismas circunstancias, con una Bachelet esto no ocurre, por ejemplo.
P. ?Cree que en cualquier otro Gobierno de la izquierda no se habr¨ªa producido un estallido?
R. S¨ª, en cualquier otro Gobierno de la izquierda. Acabo de leer una intervenci¨®n de Gonzalo Blumel [entonces ministro Secretario General de la Presidencia de Pi?era] y Cristi¨¢n Larroulet [entonces jefe de los asesores de Pi?era] sobre el estallido y es s¨²per interesante ver c¨®mo se dan vuelta, particularmente Larroulet, sobre que no tuvieron la informaci¨®n y la falla del sistema de inteligencia. O sea, este es un problema de no haber tenido datos para meter en el Excel. ¡®Si los hubi¨¦ramos tenido, lo habr¨ªamos anticipado¡¯. Pero gobernar no es meter datos en un sistema. Es tener redes, es no vivir en una burbuja en una sociedad democr¨¢tica y compleja como la nuestra. Creo que los Gobiernos de la Concertaci¨®n, con todos sus problemas y mediocridades, con todo su mal manejo del Excel, ten¨ªan eso.
P. ?Cu¨¢les eran las demandas? No hab¨ªa carteles pidiendo una nueva Constituci¨®n.
R. Hab¨ªa una corriente intelectual poderosa que ven¨ªa haciendo el camino para afirmar que la Constituci¨®n era la madre de todas las batallas. Y esa visi¨®n se impuso. No era una tan desencaminada porque permit¨ªa la convergencia entre demandas econ¨®micas, sociales, de una gobernanza m¨¢s horizontal, con m¨¢s participaci¨®n de las regiones, incorporar las demandas relacionada con la equidad de g¨¦nero, la naturaleza, el mundo ind¨ªgena. Era lo m¨¢s maximalista. Pero es muy dif¨ªcil hacer la jerarquizaci¨®n de cu¨¢les eran las demandas, y decir ¡®esta era m¨¢s importante que esta otra¡¯. La demanda fundamental era tener una vida m¨¢s segura, m¨¢s equitativa y con menos sensaci¨®n de abuso.
P. ?Entonces c¨®mo se aterrizan las demandas que el oficialismo dice que no hay que meter bajo la alfombra?
R. Hoy est¨¢ de moda decir que el octubrismo envejeci¨® mal, pero yo auguro que va a envejecer a¨²n peor la teor¨ªa de que fue una revuelta delictual. Lo que est¨¢n mostrando las encuestas Cadem y Criteria es que una clara mayor¨ªa estima que las causas del estallido fueron justas, que incluso que vali¨® la pena, particularmente en los grupos de menor ingreso y en los j¨®venes. El recuerdo del estallido es distinto en los grupos medio y alto, que se han refocilado en la criminalizaci¨®n y una visi¨®n catastr¨®fica, cuando los grupos medios para abajo que fueron las principales v¨ªctimas. Hab¨ªa una sensaci¨®n de que yo tengo que hacerme cargo de la ausencia de una red de protecci¨®n social m¨¢s densa. Todo eso es inseguridad: el que la vejez sea fuente de miseria, el que la enfermedad sea fuente de cat¨¢strofe econ¨®mica, el que el empleo est¨¦ sometido a imponderables y que en cualquier momento se termine. A esto le hemos sumado el desborde de la inseguridad delictiva. Cu¨¢l es la gran demanda: seguridad, y esa exige m¨¢s Estado y m¨¢s solidaridad.
P. ?Qu¨¦ se est¨¢ gestando en este contexto de diversas inseguridades?
R. Por ahora no vamos a tener estallido porque estamos muy cerca del anterior y el resultado fue muy frustrante. Pero que se est¨¢ acumulando energ¨ªa para uno nuevo que puede ocurrir, no s¨¦, en tres a?os m¨¢s. Cuando la depresi¨®n se vuelva actuar bajo la forma del estallido y del fuego y de la destrucci¨®n. La clase pol¨ªtica compr¨® un seguro en el proceso constituyente que se le agota. Consigui¨® la paz, en parte por el proceso constituyente y en parte por la pandemia. Consigui¨® que no discutamos una nueva Constituci¨®n en los pr¨®ximos 10 a?os, pero no consigui¨® una nueva Constituci¨®n. El tiempo que le resta es corto. El seguro ya se le agota antes de que pueda volver el estallido.
P. ?Cu¨¢nto afecta todo lo ocurrido esta semana a ese seguro?
R. Si quedaba un 30% de cr¨¦dito, nos hemos comido como el 20%. Estos d¨ªas realmente han sido una farra de cr¨¦dito para la clase pol¨ªtica y las instituciones. Hay que tener cuidado. Otra escena, otra frase desafortunada de un ministro, otra actuaci¨®n que se vea abusiva y se puede desatar una nueva tormenta.
P. ?Ha sido irresponsable la clase pol¨ªtica por no haber generado pactos en algunas reformas sociales?
R. S¨ª, la clase de dirigentes en general, la pol¨ªtica, el mundo intelectual, empresarial, la academia. Hemos sido deficitarios. Hay cuestiones que han salido que no son peque?as, como la agenda de seguridad, lo que se ha conseguido en lo tributario, hay rumores de que algo se podr¨ªa conseguir en pensiones post elecciones... Se han desactivado bombas, por lo menos, que es muy importante para los gobiernos, como fue lo de las isapres. Pero estoy de acuerdo en que si uno ve los ¨²ltimos 10 a?os hemos sido flojos, displicentes en hacer las reformas que requer¨ªamos para mantener una din¨¢mica de crecimiento aceptable, que es una condici¨®n muy fundamental para dotar de seguridad y porvenir a la vida de las personas, y de este modo que no sean corro¨ªdas por la angustia y la ansiedad. Tenemos un d¨¦ficit claro de la clase pol¨ªtica, que se ha visto en forma palpable en esta Administraci¨®n con la dificultad que ha habido para llegar a un acuerdo.
P. ?C¨®mo se explica que el mundo pol¨ªtico, empresarial e intelectual est¨¦ siendo deficitario despu¨¦s del estallido, los diagn¨®sticos y con un bajo nivel de confianza en las instituciones?
R. Es como para golpearse la cabeza. Obviamente tenemos un problema may¨²sculo en el Parlamento, que dej¨® de ser ese lugar donde se fabrican acuerdos con todas las partes. Creo que esto tiene particularmente que ver con un cambio en la derecha, con la crisis de la Uni¨®n Dem¨®crata Independiente (UDI). La UDI fue clave en todas las negociaciones durante la transici¨®n porque era el nexo con los militares, que era un poder f¨¢ctico. La salida de Jos¨¦ Antonio Kast anul¨® la vocaci¨®n de acuerdo que hab¨ªa mostrado la UDI de Guzm¨¢n. Se acab¨® la UDI de Guzm¨¢n y se convirti¨® en un artefacto que comenz¨® a defenderse de su muerte definitiva en manos de Kast. Eso desestabiliz¨® todo el buque. Y si a eso sumamos la fragmentaci¨®n, la endogamia del Parlamento, la frivolidad, el convertir la condici¨®n de diputado en emprendimientos privados¡nos ha llevado a esto.
P. Hay quienes ven que el Frente Amplio desestabiliz¨® el buque.
R. Bajo el segundo Gobierno de Pi?era. Quiz¨¢ el m¨¢s vocal en materia autocr¨ªtica es el propio Boric, que se desangra dando explicaciones por lo equivocado que estuvo en cuestiones esenciales en materia de seguridad, pero no en la Pensi¨®n Garantizada Universal (PGU). Perfectamente la oposici¨®n de entonces podr¨ªa haberse opuesto a la PGU en fusi¨®n de r¨¦dito electoral.
P. La oposici¨®n de entonces present¨® nueve acusaciones constitucionales.
R. Pero ven¨ªamos saliendo del estallido, de una situaci¨®n en la que estuvimos adportas de un quiebre institucional may¨²sculo. Ten¨ªamos el caso de la violaci¨®n de los derechos humanos registrada por todos los organismos internacionales. Una efervescencia may¨²scula. Hoy no tenemos eso. No hay justificaci¨®n emocional para esa conducta tan obtusa. La ¨²nica justificaci¨®n se llama Jos¨¦ Antonio Kast, que llev¨® a la UDI y a Renovaci¨®n Nacional a votar la acusaci¨®n contra la ministra del Interior Carolina Toh¨¢. Por suerte recapacitaron a ¨²ltimo minuto respecto a la del presidente Boric. Pero estuvieron a punto. La derecha es la principal responsable de este bloqueo.
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