Ana G¨¹ezmes, directora de la Divisi¨®n de Asuntos de G¨¦nero de la Cepal: ¡°En Am¨¦rica Latina, la pobreza tiene rostro de mujer¡±
La directiva del organismo multilateral insiste en la urgencia de equilibrar las tareas dom¨¦sticas y de cuidados al interior de los hogares en Am¨¦rica Latina
La directora de la Divisi¨®n de Asuntos de G¨¦nero de la Comisi¨®n Econ¨®mica para Am¨¦rica Latina y el Caribe (Cepal), Ana G¨¹ezmes Garc¨ªa (Santander, 60 a?os), tiene una vida luchando por equilibrar la balanza de oportunidades entre hombres y mujeres. Con una trayectoria de m¨¢s de 30 a?os en esta batalla, la directora reconoce que, pese a los esfuerzos por equilibrar las oportunidades laborales, sociales y pol¨ªticas entre hombres y mujeres en el mundo, y en particular, en Latinoam¨¦rica, a¨²n queda un largo camino por recorrer.
En 1975, M¨¦xico fue sede de la primera Conferencia Regional de la Mujer en Am¨¦rica Latina y el Caribe y ahora regresar¨¢, 50 a?os despu¨¦s, teniendo como anfitriona a la primera presidenta mujer de M¨¦xico, Claudia Sheinbaum. La pr¨®xima mandataria ha instruido, incluso, la creaci¨®n de una Secretar¨ªa de las Mujeres. Rumbo a la 16.? edici¨®n de esta conferencia regional, G¨¹ezmes Garc¨ªa ha visitado el pa¨ªs latinoamericano para asistir a una serie de foros y encuentros para hablar sobre la igualdad y la urgencia de concretar una sociedad de cuidados equilibrada.
Entre las desigualdades estructurales por vencer, explica G¨¹ezmes Garc¨ªa, est¨¢ la desigualdad socioecon¨®mica y la persistencia de la pobreza entre las mujeres. ¡°Todos los indicadores muestran que, en la regi¨®n, la pobreza tiene un rostro de mujer y tiene un rostro de mujer ind¨ªgena, tiene un rostro de mujer afrodescendiente, tiene un rostro de mujer migrante. Estamos hablando de 118 mujeres en situaci¨®n de pobreza y 120 mujeres en situaci¨®n de pobreza extrema por cada 100 hombres, entonces, no solamente persiste la pobreza, sino que se ceba en las mujeres¡±, afirma.
El segundo nudo estructural, a?ade, estriba en los patrones culturales, patriarcales, discriminatorios y violentos. ¡°La violencia es una pandemia que se expresa en el feminicidio, que es la forma m¨¢s extrema de violencia en nuestra regi¨®n, pero tambi¨¦n se expresa en pr¨¢cticas nocivas como el matrimonio infantil. Una de cada cinco ni?as en la regi¨®n se casa o se une antes de los 18 a?os; dos de cada tres mujeres reportan que han sufrido alguna forma de violencia a lo largo de su vida. ?C¨®mo las mujeres vamos a participar en la vida econ¨®mica laboral, si estamos viviendo techos de cristal, si estamos viviendo una violencia estructural, si estamos viviendo con el miedo a que nos pasen cosas, a que nos maten?¡±, zanja.
La experta de la Cepal reconoce que, aunque existen avances en Am¨¦rica Latina para abrir espacios de calidad a las mujeres, estos siguen siendo acotados. En el caso de los gobiernos, los gabinetes buscan ser m¨¢s paritarios, sin embargo, al interior de las empresas a¨²n se advierten rezagos importantes y una de las barreras a romper estriba, precisamente, en las tareas del cuidado, puertas adentro, al interior de los hogares. ¡°Normalmente, la econom¨ªa de un pa¨ªs se mide por lo que produce en el mercado, el trabajo remunerado, pero para sostener todo eso hay toda una econom¨ªa del cuidado, que mayoritariamente ocurre de manera no remunerada y de manera muy precaria, por ejemplo, con ayuda de las trabajadoras dom¨¦sticas¡±, dice.
En Am¨¦rica Latina hay 10 pa¨ªses que han medido el valor econ¨®mico del trabajo no remunerado, que se sit¨²a en un rango del 21 al 23% del Producto Interno Bruto, seg¨²n la Cepal. Los estudios del organismo tambi¨¦n han ayudado a identificar que estas barreras derivan en otras limitantes: una de cada cuatro mujeres en la regi¨®n no cuenta con ingresos propios, mientras que, en el caso de los hombres, la proporci¨®n es de uno de cada 10.
¡°La idea de que las mujeres con la paridad en la educaci¨®n ¨ªbamos a lograr una plena inserci¨®n laboral no ha ocurrido. Cuando se pregunta a las mujeres por qu¨¦ no est¨¢n en el mercado laboral, un 15% indica que es porque est¨¢n haciendo labores de cuidado. El hecho de que una mujer tenga ni?os o ni?as en su hogar impacta profundamente en el mercado laboral. En el caso de los hombres es el efecto inverso, es decir, los hombres con hijos en sus hogares participan m¨¢s en el mercado laboral que los que no. Es decir, que sigue persistiendo esta idea del hombre como proveedor¡±, abunda.
Un mensaje crucial que desea poner sobre el tablero la representante de la Cepal es que no basta con poner en papel estas iniciativas, se requiere inversi¨®n y pol¨ªticas fiscales robustas para aterrizar la igualdad de g¨¦nero: ¡°Invertir en la econom¨ªa del cuidado tiene enormes retornos en t¨¦rminos de empleo y a trav¨¦s de impuestos¡±, asevera.
Con el banderazo de salida de los preparativos rumbo a la 16.? Conferencia Regional de la Mujer, G¨¹ezmes Garc¨ªa adelanta que este encuentro permitir¨¢ hablar de c¨®mo dar pasos m¨¢s acelerados en esta direcci¨®n, de lo contrario, profetiza, se agudizar¨¢ la baja inserci¨®n laboral femenina. La especialista se?ala adem¨¢s que se ha observado que los hombres que son m¨¢s corresponsables en las tareas dom¨¦sticas y de cuidado son menos violentos. ¡°Am¨¦rica Latina y el Caribe est¨¢ yendo en una direcci¨®n correcta, es una regi¨®n que tiene leyes, m¨¦tricas, pero va muy despacio. La conferencia de M¨¦xico queremos que sea un parteaguas para decir c¨®mo ir m¨¢s deprisa, qu¨¦ soluciones, qu¨¦ transformaciones queremos para ir m¨¢s deprisa. Yo pienso que cada vez m¨¢s l¨ªderes globales, hombres y mujeres, est¨¢n poniendo esta agenda en el centro de la conversaci¨®n¡±, concluye.
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