Un trance pegajoso
La imagen que vienen mostrando varios Ipom realza la urgencia de apostar por medidas consistentes que conf¨ªen en que es en el crecimiento donde est¨¢ el nudo que se debe desatar
El ¨²ltimo Informe de Pol¨ªtica Monetaria (Ipom) de diciembre del Banco Central, as¨ª como las declaraciones que tanto la presidenta del instituto emisor Rosanna Costa y varios de sus consejeros han emitido en torno a este documento, dan cuenta de un momento macroecon¨®mico enredoso, donde, como dijo Costa, se ha asentado una situaci¨®n inc¨®moda y costosa ¡°para las familias¡±. En efecto, una inflaci¨®n pegajosa que subir¨ªa en la primera parte del pr¨®ximo a?o a niveles del 5%, a lo que se une un crecimiento en las inmediaciones del 2% (tambi¨¦n bastante pegajoso), son dos elementos contextuales que no s¨®lo tensionan las evaluaciones del Banco cada vez que tiene que resolver qu¨¦ hacer con la tasa rectora de la econom¨ªa, sino que son nuevas gotas que golpean la frente de las personas, que ven diluido su poder de compra, as¨ª como sus expectativas de encontrar un trabajo formal en una econom¨ªa d¨¦bil, incapaz de atender las expectativas y necesidades del pa¨ªs.
Es cierto que los datos de punta hablan de una cierta estabilizaci¨®n del empleo formal (tras sucesivas ca¨ªdas) y de unas remuneraciones reales que muestran s¨ªntomas de recuperaci¨®n. Pero nada de esto puede valorarse sin una perspectiva m¨¢s amplia, donde las estad¨ªsticas mencionan que en Chile hay unos 2,6 millones de personas en condiciones de informalidad laboral (con una tasa de informalidad en torno al 27-28%) y donde la evoluci¨®n de las remuneraciones amerita una cuidadosa lectura, tanto por el estado de cosas general del mercado del trabajo, como por los efectos de segunda vuelta en materia del poder de compra real que tendr¨ªa esta evoluci¨®n de los salarios.
Este loop en que se encuentra la macroeconom¨ªa tiene expresi¨®n en las expectativas ciudadanas que recogen distintos estudios de opini¨®n, en donde muy pocas personas esperan cambios significativos y para mejor en su vida cotidiana. Por ejemplo, la ¨²ltima Encuesta Bicentenario de la Universidad Cat¨®lica, de reciente difusi¨®n, indica que si bien hay aumentos en el porcentaje de personas que, a 10 a?os, prev¨¦n que Chile ser¨¢ un pa¨ªs desarrollado, donde se eliminar¨¢ la pobreza y se reducir¨¢ la desigualdad, esos mismos consultados ven menos probabilidades que alguien de clase media alcance una buena situaci¨®n econ¨®mica, pueda iniciar su propio negocio y/o alcanzar el ¨¦xito, por no hablar del bajo n¨²mero de encuestados que cree posible alcanzar el sue?o de comprar su casa propia o tener una pensi¨®n digna.
Tanto la imagen del momento que vienen mostrando varios Ipom, como los registros de los estados de ¨¢nimo de las personas, realzan nuevamente la urgencia de apostar por medidas y se?ales consistentes que conf¨ªen en que es en el crecimiento donde est¨¢ el nudo que se debe desatar para producir un punto de inflexi¨®n. Esto, sobre todo porque los escenarios de riesgo a nivel internacional anticipan que en los meses venideros pueden darse situaciones que, lejos de ayudar, podr¨ªan complicar la situaci¨®n general, tal y como ya lo est¨¢ anticipando el tipo de cambio.
Instrumentos distintos al citado a los que se pueda echar mano son limitados, tanto por la mencionada encrucijada equivalente a un wait and see en que se encuentra el Banco Central, como a la limitada capacidad del fisco de encender m¨¢s motores. El no siempre bien ponderado sector privado parece ser el caballo que va quedando para tirar del carro, el que posiblemente lo har¨¢ con br¨ªos si se logra avanzar, de manera responsable, por cierto, en la reducci¨®n de la burocracia que traba la inversi¨®n y se dan ciertas se?ales tributarias que alienten privilegiar las inversiones en el pa¨ªs versus otros mercados.
Lejos de ser una cantinela, medidas como las se?aladas y otras tienen un asidero y sustrato bastante s¨®lido, lo que quiz¨¢s se pueda ilustrar con un solo n¨²mero: el megaproyecto de l¨ªnea de transmisi¨®n Kimal-Lo Aguirre requiere de unos 5.000 permisos, que se deben tramitar en diferentes ventanillas, dato cuya sola menci¨®n produce un nivel de desaliento tan grande, como el que genera seguir se?alando cu¨¢les son las palancas que se deben tocar, para comenzar a cambiar la sensaci¨®n t¨¦rmica en el pa¨ªs. Avanzar en estas medidas latamente anunciadas, y otras que despejen incertidumbres y alienten la toma de riesgos por parte de las empresas, siguen perfil¨¢ndose como las que deben movilizar quienes tienen en sus manos producir un giro en el pegajoso trance en que se encuentra la econom¨ªa del pa¨ªs.
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