Ernesto Ottone: ¡°Si el oficialismo quiere la continuidad a toda costa, Bachelet es la carta ¨²til¡±
Escritor y estratega clave del Gobierno de Ricardo Lagos (2000-2006), habla sobre su ¨²ltimo ensayo y el escenario pol¨ªtico de Chile en un a?o de elecciones
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Es una persona imprescindible para comprender la pol¨ªtica chilena y la sociedad. El doctor en Ciencias Pol¨ªticas y ensayista de centroizquierda Ernesto Ottone (Valpara¨ªso, 76 a?os) acaba de publicar Caminando por la cornisa, un ensayo en el que explora la compleja transici¨®n entre el siglo XX y el XXI. Pero... ?por qu¨¦ asegura que la Humanidad estar¨ªa caminando por la cornisa, algo al menos inquietante? ?l lo explica: ¡°Porque existe un desfase cada vez m¨¢s acentuado entre la modernidad instrumental y la modernidad normativa, entre el avance cient¨ªfico y tecnol¨®gico y la capacidad ¨¦tica, pol¨ªtica, human¨ªstica de gestionarla para una convivencia pac¨ªfica y democr¨¢tica. Estamos lejos del corto optimismo que sucedi¨® a la Guerra Fr¨ªa. Nuestro momento actual es rudo y amenazante, solo comparable a los a?os 30 del siglo XX, pero con m¨¢s capacidad destructiva¡±, dice en esta conversaci¨®n que sostiene con EL PA?S desde Par¨ªs, donde pasa una temporada cada a?o. El que fue estratega clave del Gobierno de Ricardo Lagos (2000-2006), un asesor en las sombras que se hizo m¨ªtico, habla adem¨¢s sobre el escenario pol¨ªtico de Chile en un a?o marcado por las elecciones parlamentarias y presidenciales de noviembre.
Pregunta. Usted analiza c¨®mo el tiempo y el espacio se ha acortado por la revoluci¨®n industrial, la sociedad de la informaci¨®n y los cambios tecnol¨®gicos y cient¨ªficos. ?No es un reto endemoniado para los seres humanos vivir con este nivel de transformaciones que antes se produc¨ªan en siglos?
Respuesta. Lo es y exige un esfuerzo de adaptaci¨®n continuo y fatigoso, donde cuando crees que has alcanzado un objetivo ya ese ha sido reemplazado por otro. Al mismo tiempo, es fascinante ser testigo de la creatividad humana y de las transformaciones de las condiciones materiales de existencia. El problema es c¨®mo combinar un progreso vertiginoso con una sabidur¨ªa de vida.
P. Los hombres y mujeres del siglo XXI, como usted bien describe, deben constantemente actualizarse en los estudios para mantener los trabajos demandantes. ?Es esto vida?
R. Es la contraparte de la vida lenta de la pre modernidad, de la inmovilidad social de una sociedad donde para la gran mayor¨ªa su destino estaba marcado por su cuna, por el estrato social al que pertenec¨ªa considerando, adem¨¢s, que hasta el inicio del siglo XX alrededor del 80% de los seres humanos viv¨ªan en condiciones de pobreza dura. ?Claro que es vida! El problema es c¨®mo mejorar su calidad y sus objetivos personales y sociales.
P. ?No hay forma de quedarse abajo de estas sociedades aceleradas y llevar una vida contracultural?
R. Claro que es posible bajarse del v¨¦rtigo y llevar una vida contra cultural. De hecho, hay quienes lo hacen, muchas veces a expensas de su entorno familiar y social. Pero mucho m¨¢s interesante es c¨®mo la sociedad se transforma para vivir mejor, producir mejor, coexistir mejor, disminuir la violencia, atenuar las desigualdades, tolerar y hasta apreciar las diferencias, darle un sentido positivo al avance cient¨ªfico y tecnol¨®gico. Ese es el desaf¨ªo para los humanos del siglo XXI.
P. ?Hay razones para ser optimista o todo tiempo pasado fue mejor?
R. Ve¨¢moslo de conjunto: todo tiempo pasado no fue mejor. Esa suele ser una ilusi¨®n de nosotros, los mayores, que confundimos la vitalidad de nuestra juventud con los tiempos. Mira las oportunidades de hoy, las cifras de disminuci¨®n de la miseria, salud, educaci¨®n, prolongaci¨®n de la vida, comodidades. No hay punto de comparaci¨®n, pero, al mismo tiempo, no hemos superado los conflictos armados. Vivimos en medio de guerras masivas, de barbarie, de dictaduras y autoritarismos. Seguimos siendo ¨¢ngeles y demonios a la vez, como dec¨ªa el buen Pascal. Sigue vigente la frase que repet¨ªan Gramsci y Romain Rolland: ¡°El pesimismo de la inteligencia y el optimismo de la voluntad¡±.
¡°El Gobierno de Boric acept¨®, queriendo o no, un camino m¨¢s moderado¡±
P. ?Cu¨¢l es el papel que, en este contexto del que hablamos, le cabe a la pol¨ªtica?
R. La pol¨ªtica es precisamente la acci¨®n de los humanos para asegurar el bien colectivo, el bien com¨²n. Su rol es central y complejo a la vez. ?Y c¨®mo en este cuadro de avances y peligros asegurar las libertades individuales y el bien de la sociedad? Vasto tema. En mi opini¨®n, lo m¨¢s importante en este momento es fortalecer el sistema democr¨¢tico a nivel nacional, all¨ª donde existe. Y luchar por un sistema multilateral que nos permita alejar el peligro de una guerra global.
P. En este cuadro mundial, ?en qu¨¦ est¨¢ Chile? ?Cu¨¢l puede ser el papel que juegue el pa¨ªs a nivel sudamericano, americano y mundial?
R. Chile es un pa¨ªs m¨¢s bien mediano, con una poblaci¨®n peque?a, con un desarrollo de ingresos medios, con una institucionalidad resiliente que requiere retomar su impulso propulsivo que le permiti¨® avanzar econ¨®mica y socialmente en su transici¨®n democr¨¢tica y que lo perdi¨® hace ya m¨¢s de 10 a?os. Chile no puede desarrollarse hacia adentro y requiere seguir creciendo con inclusi¨®n social, con un nivel m¨¢s bajo de conflicto pol¨ªtico y sin a?ejos proyectos refundacionales, sean de izquierda o de derecha extrema. El mundo no presenta un escenario muy favorable, pero un Chile prudente y equilibrado puede surfear las olas brav¨ªas.
P. Boric comenzar¨¢ en breve su ¨²ltimo a?o de mandato. ?Qu¨¦ opina de su Gobierno, hasta ahora?
R. Fue un Gobierno que lleg¨® solo con sue?os y pesadillas y sin conocimientos de c¨®mo gobernar, que alent¨® una refundaci¨®n peligrosa para el camino democr¨¢tico y reformador, pero que al ser este rechazado democr¨¢ticamente, acept¨® volendo o nolendo [queriendo o no] un camino m¨¢s moderado, donde adquirieron m¨¢s fuerza sectores con vocaci¨®n de Gobierno.
P. ?Qu¨¦ es lo mejor y lo peor?
R. En todos los gobiernos hay aciertos y errores a considerar y este no es la excepci¨®n. El grupo dirigente pol¨ªtico proveniente de la izquierda radical liderado por el presidente Boric no conoc¨ªa en qu¨¦ consist¨ªa la gesti¨®n de un Estado, su visi¨®n estaba marcada por el populismo revolucionario. Hubo de realizar su educaci¨®n sentimental y, a trav¨¦s de pasos inciertos, aprender a caminar en democracia, con la presencia cada vez m¨¢s importante de quienes estuvieron en la Concertaci¨®n. Hubo as¨ª mayor seriedad con las instituciones, con la pol¨ªtica fiscal y esfuerzos frente al crecimiento de la criminalidad. Tambi¨¦n una pol¨ªtica internacional defensora de la democracia, siguiendo la tradici¨®n del pa¨ªs.
P. ?Y lo peor?
R. Tambi¨¦n hubo errores, contradicciones, debilidad en comprender la importancia del crecimiento. El resultado es apenas mediano. No es catastr¨®fico y tampoco para subirlo al podio.
P. ?Es de los que piensa que, tras la reforma de pensiones, lo que est¨¢ de moda en la pol¨ªtica chilena es la reforma, el cambio sin ruptura?
R. Por lo menos ha sido la inspiraci¨®n de ese acuerdo. Sin duda es un acuerdo imperfecto, como todos, pero donde se avanz¨® en el bienestar de los mayores. Sobre todo valoro el esp¨ªritu con que fue logrado. Sin dudas es una reforma importante, sin ruptura, por ello logr¨® el apoyo de la opini¨®n p¨²blica y dej¨® lami¨¦ndose las heridas a los m¨¢s extremistas.
P. Es a?o de elecciones presidenciales y parlamentarias en Chile. ?C¨®mo anda la opini¨®n p¨²blica?
R. Es necesario en tiempos turbulentos como el actual ser muy cuidadoso en hacer predicciones. La opini¨®n p¨²blica es vol¨¢til con los candidatos y con las ideas, infiel y caprichosa. Los tiempos en pol¨ªtica son cambiantes. Tiendo a pensar que los oropeles del extremismo est¨¢n de baja en nuestro pa¨ªs y que el deseo de una adversariedad pragm¨¢tica tiende a imponerse. Pero quiz¨¢s son solo mis deseos.
P. La derecha est¨¢ en una situaci¨®n expectante para La Moneda, con Evelyn Matthei. ?Cu¨¢les son sus fortalezas y, a su vez, los riesgos que enfrenta?
R. Evelyn Matthei est¨¢ hoy muy bien posicionada, y as¨ª lo dicen las cifras por lo dem¨¢s. Creo que ella debe continuar diferenci¨¢ndose de las dos versiones de la extrema derecha. La experiencia europea es muy clara: cuando la centroderecha democr¨¢tica e institucional comienza a parecerse a la ultraderecha, le va mal, pierde votos y pierde el alma. Lo mismo sucede en la centroizquierda.
P. El oficialismo no pierde las esperanzas en que vuelva Bachelet a un tercer per¨ªodo. ?No reflejar¨ªa una falta de renovaci¨®n en la izquierda y centroizquierda?
R. Si eso es as¨ª, es que la opci¨®n del oficialismo ser¨ªa el de tratar de lograr la continuidad a toda costa, para lo cual Bachelet es la carta ¨²til. Ello es leg¨ªtimo, pero no necesariamente bueno para el futuro del pa¨ªs que necesita una centroizquierda que aclare su proyecto democr¨¢tico y progresista, con audacia, novedad y riesgo, y retome un proyecto de reformismo sereno y eficiente.
P. ?Cree que Carolina Toh¨¢, la ministra del Interior, tenga opciones presidenciales?
R. Es curioso: desde el punto de las cifras parecer¨ªa imposible, pero algo me dice que puede adquirir una competitividad impensada. La veo m¨¢s cercana al riesgo que hoy es necesario para el futuro.
P. ?Es de los que ve muy dif¨ªcil una sucesi¨®n del mismo signo en 2026? No ocurre desde 2006, cuando Lagos le entreg¨® la banda presidencial a Bachelet.
R. Es muy dif¨ªcil predecir, sobre todo cuando se trata del futuro, como dec¨ªa Yogui Berra. Lo importante en todo caso, es que la disputa se d¨¦ entre quienes aseguren el respeto a las reglas de la democracia y que los extremos no prevalezcan.
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