Los loros gamberros que saben calcular probabilidades para sacar tajada
Los keas, conocidos por su esp¨ªritu burl¨®n, sorprenden a los cient¨ªficos en unos experimentos por su inteligencia matem¨¢tica, social y visual
Los keas, unos loros que habitan los Alpes Neozelandeses destacan entre el resto de las aves por su car¨¢cter burl¨®n, a veces incluso macarra. Se les conoce como los monos o los payasos de las monta?as, porque son listos, bromistas y juguetones. Roban antenas de televisi¨®n de las casas, pinchan ruedas de turistas o arrancan sus limpiaparabrisas, sin que esas actividades les vaya a suponer ning¨²n beneficio concreto: lo hacen porque s¨ª, como un juego. La capacidad de estos grandes loros para interactuar con objetos est¨¢ fuera de toda duda, y tambi¨¦n su inteligencia. Pero ahora una serie de experimentos realizados con seis keas ofrece pruebas inesperadas de su lucidez mental, que les permite calcular probabilidades con la misma destreza que los ni?os y otros grandes simios, a pesar del reducido tama?o de sus cerebros.
Un kea puede combinar informaci¨®n sobre probabilidades con informaci¨®n social o f¨ªsica, igual que los humanosAmalia Bastos, bi¨®loga
Un equipo de la Universidad de Auckland (Nueva Zelanda) aprovech¨® la pericia de los keas con los objetos para ponerles un reto importante: integrar informaci¨®n de categor¨ªas muy distintas para deducir qu¨¦ es lo que m¨¢s les conviene. ¡°Nuestros resultados son muy sorprendentes porque muestran que los keas son capaces no solo de usar probabilidades para hacer predicciones, sino tambi¨¦n de combinar informaci¨®n social o f¨ªsica para sus predicciones¡±, explica la investigadora Amalia Bastos, que publica su estudio en Nature Communications. ¡°Esta es la primera evidencia de que las aves son capaces de esta forma de inteligencia general, lo que demuestra que debe haber evolucionado de manera convergente en al menos dos grupos de animales: los grandes simios y los loros¡±, a?ade Bastos. Es decir, que la evoluci¨®n ha llegado a este mismo logro por dos caminos distintos.
En libertad, los keas se mueven en grupos que incluso pueden superar la docena de individuos, lo que les proporciona una inteligencia social muy similar a la de los grandes simios. Eso s¨ª, cuando se juntan unos cuantos j¨®venes machos el caos que pueden provocar es importante: las autoridades neozelandesas no paran de advertir a los turistas de que no los alimenten. Su inteligencia y su tendencia al vandalismo, sumadas a la fuerza de sus picos y su gran tama?o, pueden provocar escenas que se alejan bastante de lo que se espera al alimentar palomas en el parque. Sin embargo, en estos experimentos se trataba de alimentarlos. Eso s¨ª, ten¨ªan que ganarse el premio.
Los investigadores adiestraron a estos loros para que supieran que recibir¨ªan una chuche a cambio de una ficha negra, mientras que las naranjas no val¨ªan nada. Entonces, les complicaron las cosas (ver v¨ªdeo explicativo abajo). Los keas ve¨ªan a la investigadora coger una ficha, sin saber cu¨¢l, de un bote transparente con muchas m¨¢s fichas negras que naranjas y de otro con m¨¢s fichas naranjas que negras. Aunque no sab¨ªan de qu¨¦ color era la que hab¨ªa cogido, escog¨ªan la mano salida del bote con mayor proporci¨®n de negras.
El segundo paso retorc¨ªa m¨¢s la prueba. Los dos botes estaban divididos a la mitad por una barrera, y la proporci¨®n de fichas en la parte superior e inferior era distinta. Esto pod¨ªa confundir al kea si no era capaz de deducir que la proporci¨®n importante en este caso es la de la parte de arriba del bote y que esa barrera f¨ªsica a la mitad influye decisivamente. De nuevo, los loros entendieron el reto.
En el ¨²ltimo experimento, ser¨ªan dos investigadoras distintas las que ofrec¨ªan la ficha, una por cada bote. Pero con una particularidad: los loros sab¨ªan que una de ellas ten¨ªa tendencia a escoger fichas negras al margen de las proporciones, aunque hubiera muy pocas dentro del bote. Cuando les pon¨ªan frente a ellas, cada una con un bote con fichas negras y naranjas al 50%, los keas eleg¨ªan la ficha que hab¨ªa cogido esta monitora selectiva. Los loros entend¨ªan que les beneficia la tendencia a escoger ficha de esta persona.
Los resultados muestran que los keas puede integrar sin problemas la informaci¨®n f¨ªsica (la barrera) con la proporci¨®n de fichas y la informaci¨®n social (monitora selectiva) y usar todas esas fuentes de informaci¨®n al mismo tiempo. Bastos lo compara con la inteligencia que despliega una persona en una partida de p¨®ker: puedes deducir qu¨¦ cartas tiene tu oponente combinando la probabilidad de que tenga una determinada mano de cartas y los gestos que delatan si va de farol. ¡°Un kea puede combinar informaci¨®n sobre probabilidades con informaci¨®n social o f¨ªsica, igual que los humanos¡±, resume la bi¨®loga.
Este trabajo muestra que un animal con un cerebro del tama?o de una nuez es capaz de pensar con flexibilidad, de una manera generalAmalia Bastos
Esta capacidad de combinar informaci¨®n de diferentes tipos para hacer una ¨²nica predicci¨®n solo se ha demostrado hasta ahora en humanos y chimpanc¨¦s. Pero los cerebros de humanos y chimpanc¨¦s son muy similares entre s¨ª, mientras que son estructuralmente diferentes de los cerebros de las aves, advierte Bastos.
Este estudio, como uno publicado hace unos d¨ªas sobre abejas, a?ade m¨¢s evidencias al debate sobre las inteligencias animales al margen de los grandes mam¨ªferos. ¡°Este trabajo muestra que un animal con un cerebro del tama?o de una nuez es capaz de pensar con flexibilidad, de una manera general. Esto sugiere que esta forma de inteligencia ha evolucionado al menos dos veces en el reino animal¡±, afirma Bastos. Y a?ade, sobre la repercusi¨®n de este tipo de conocimiento: ¡°Hasta ahora, hemos modelado sistemas de inteligencia artificial sobre cerebros de mam¨ªferos. Ahora parece que los cerebros de los p¨¢jaros podr¨ªan proporcionar inspiraci¨®n para desarrollar una inteligencia artificial capaz de realizar pensamiento de dominio general¡±.
Puedes escribirnos a javier@esmateria.com o seguir a MATERIA en Facebook, Twitter, Instagram o suscribirte aqu¨ª a nuestra Newsletter.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.