El frailecillo que se rasc¨® con un palo
El sorprendente v¨ªdeo de una peque?a ave marina ampl¨ªa hacia especies inesperadas el abanico de animales capaces de usar herramientas
Cuando Jane Goodall vio al chimpanc¨¦ David Greybeard usar una rama para pescar termitas, en 1960, se difumin¨® de golpe una l¨ªnea imaginaria que nos separaba del resto de animales: usar herramientas ya no era lo que nos distingu¨ªa a los humanos. Ahora sabemos que el abanico de especies capaces de utilizar herramientas es muy amplio, en familias muy distintas, desde aves a elefantes, adem¨¢s de los grandes simios. Y aun as¨ª, la ciencia se sigue llevando sorpresas al descubrir algunos comportamientos extraordinarios en especies inesperadas. Como, por ejemplo, los frailecillos que usan un palo para rascarse.
"Muchas m¨¢s especies tambi¨¦n pueden estar usando herramientas, pero no las hemos observado todav¨ªa", afirma Fayet
Esta peque?a ave marina que habita en las fr¨ªas aguas del Atl¨¢ntico Norte ha sido vista por dos grupos distintos, en territorios muy alejados, realizando este gesto nada convencional. La primera vez fue un equipo de la Universidad de Oxford en Gales, en 2014. Un frailecillo se hab¨ªa llevado el palo hasta el agua y all¨ª, mientras flotaba, us¨® la herramienta para rascarse el lomo. M¨¢s recientemente, una c¨¢mara del Centro de Investigaci¨®n de la Naturaleza del Sur de Islandia captur¨® este comportamiento en un frailecillo en una peque?a isla islandesa, aunque en este caso se rascaba el pecho, c¨®mo puede observarse en el v¨ªdeo. En ese momento, en 2018, esa poblaci¨®n sufr¨ªa una importante infestaci¨®n de garrapatas, lo que pudo estar detr¨¢s de este gesto.
"Observamos el comportamiento dos veces en dos poblaciones diferentes, y ambas observaciones sugieren que el comportamiento fue intencionado. Los frailecillos no estaban recolectando material para el nido, doblaron la cabeza, apuntaron el palo hacia su cuerpo y lo movieron hacia s¨ª mismos; esto sugiere que muy probablemente intentaban usarlo para rascarse", explica Annette Fayet, investigadora de la Universidad de Oxford y autora principal de este estudio que publica PNAS.
Fayet considera probable que este comportamiento apareciera por casualidad, pero dada su utilidad pudo extenderse m¨¢s tarde a otras aves o volverse m¨¢s com¨²n. "Actualmente el comportamiento es raro, pero esto no niega su existencia o importancia", a?ade, en referencia a otros muchos ejemplos de uso de herramientas en otras especies que son "casuales" porque no son realizados por cada individuo en una poblaci¨®n. "Saber en qu¨¦ condiciones el comportamiento podr¨ªa volverse m¨¢s com¨²n nos ayudar¨¢ a comprender qu¨¦ impulsa la aparici¨®n del uso de herramientas en animales: por ejemplo, temporadas en las que los par¨¢sitos son particularmente frecuentes", como el a?o pasado en esa comunidad islandesa.
Son muchas las aves salvajes a las que se ha visto usando herramientas, como los inteligent¨ªsimos c¨®rvidos, pero nunca antes en la familia de las aves marinas
Las explicaciones de Fayet coinciden con lo que cuenta Jennifer Ackerman en su libro El ingenio de las aves: "Los comportamientos que parecen extraordinarios o inteligentes pueden surgir de procesos simples o reflejos". Por eso es tan interesante este descubrimiento, porque de confirmarse estar¨ªamos hablando del uso de herramientas con un prop¨®sito que solo se hab¨ªa observado en grandes simios y elefantes, dos de las mayores inteligencias del planeta. "Nuestras observaciones por s¨ª solas no pueden resolver el enigma de la evoluci¨®n del uso de herramientas animales, pero destacan la importancia de ampliar esa discusi¨®n a un marco m¨¢s amplio. Muchas m¨¢s especies tambi¨¦n pueden estar us¨¢ndolas, pero no las hemos observado todav¨ªa", afirma Fayet. La inteligencia animal aplicada a utensilios se disemina poco a poco por toda la fauna y con fines m¨¢s inesperados.
Son muchas las aves salvajes a las que se ha visto usando herramientas, como los inteligent¨ªsimos c¨®rvidos, pero nunca antes en la familia de las aves marinas. Adem¨¢s, nunca antes se hab¨ªa visto a un ave salvaje usar herramientas para el cuidado personal, porque generalmente se emplean para alimentarse. Salvo en un caso, el de los ba?os de hormigas que se dan algunas aves para aprovechar las toxinas que desprenden los insectos para desinfectarse. "Las capacidades cognitivas de las aves marinas pueden haber sido subestimadas", subraya Fayet.
En este caso, los frailecillos son unos animales cuyo contexto espec¨ªfico les obliga a estrujar al m¨¢ximo sus comparativamente peque?os cerebros. Por ejemplo, cuando est¨¢n alimentando a su polluelo deben tomar decisiones muy complejas en el plano espacial y temporal, como explica Fayet: Ambos progenitores tienen que volar al mar para obtener alimento para el polluelo, independientemente, para alimentarlo y alimentarse regularmente. "Si uno de los padres realiza un viaje largo para alimentarse, el otro compensar¨¢ haciendo muchos peque?os viajes cortos para alimentar al polluelo, y luego cambiar¨¢n. Coordinar tales actividades es un problema complejo de optimizaci¨®n que son capaces de resolver. Esto requiere flexibilidad de comportamiento y aprendizaje", explica la bi¨®loga. Como resume Ackerman en su libro: "Parece que para las aves es la calidad de las relaciones, y no la cantidad, lo que demanda una mayor capacidad intelectual".
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