La poligamia de las aves, el adulterio de los calamares y otras estrategias sexuales de los animales
Las t¨¢cticas de los animales para conseguir reproducirse son numerosas y muy variadas
La primavera es el momento en el cual la vida sexual de muchos animales se despierta y las estrategias comienzan. ¡°Las monarcas macho roc¨ªan a las hembras con un polvo afrodis¨ªaco y las arrastran hasta el suelo¡± escribe David Barrie en su obra Los viajes m¨¢s incre¨ªbles (Cr¨ªtica, 2020). Este polvo es el conjunto de feromonas qu¨ªmicas que utilizan las mariposas para diferenciarse. Es una t¨¦cnica necesaria para hacerse notar en medio de un bosque muy denso a cientos de metros de distancia, explica Zackary Graham, investigador en la Escuela de Ciencias de la Vida de la Universidad Estatal de Arizona (Estados Unidos) y especialista en insectos y cangrejos de r¨ªo.
En el mundo animal, todos hacen lo posible para que sea su esperma el que llegue al ¨®vulo de la hembraElisa P. Bad¨¢s, de la Universidad de Groningen (Holanda)
Otras especies se basan en el dimorfismo sexual, es decir, en las diferencias f¨ªsicas en funci¨®n del sexo, para atraer a sus parejas sin tener que recurrir a polvos afrodis¨ªacos. Los machos aprovechan su aspecto para llamar la atenci¨®n de las hembras, como el pavo con sus grandiosas plumas, los tritones con sus colores y crestas o los alces con sus astas. En varias ocasiones, el ejemplar m¨¢s grande y m¨¢s fuerte es el que seduce a la hembra porque le asegura una mejor descendencia.
Dominaci¨®n por la fuerza
El equipo de investigaci¨®n de Graham ha publicado un estudio en la revista Biology Letters sobre una especie poco conocida que tambi¨¦n utiliza sus ventajas f¨ªsicas para conseguir su pareja: los narvales (Monodon monoceros). La mayor¨ªa de las hip¨®tesis previas indican que el colmillo que les sale de la frente sirve para cazar, combatir y ahuyentar depredadores. Aunque esta idea no se descarte, Graham quiso ir m¨¢s all¨¢ al ver que las hembras no ten¨ªan uno.
Gracias a una recopilaci¨®n de datos sobre el comportamiento de 245 narvales adultos a lo largo de 35 a?os, los investigadores confirman que estos animales utilizan su colmillo para demostrar a los otros machos que ellos son mejores y m¨¢s fuertes y atraer a las hembras. Si tienen el colmillo largo, significa que, proporcionalmente, su cuerpo es grande. Y ah¨ª est¨¢ la clave: ¡°Las hembras se sienten m¨¢s atra¨ªdas por los que son m¨¢s grandes porque indica una mayor cantidad de esperma y de mejor calidad¡±, explica Graham.
Adulterio desapercibido
Con los calamares y las sepias pasa algo parecido. Los machos consortes de algunas especies de calamares (Familia Loliginidae) son m¨¢s grandes que las hembras y utilizan su gran tama?o, su fuerza f¨ªsica y el color agresivo de su piel para ahuyentar a posibles competidores mientras montan guardia. ¡°A veces, pueden tener la mitad del cuerpo que se dirige hacia la hembra con la coloraci¨®n rom¨¢ntica y la otra mitad con la coloraci¨®n agresiva¡±, explica Fernando ?ngel Fern¨¢ndez-?lvarez, experto en cefal¨®podos e investigador en el Instituto Ryan y en la Escuela de Ciencias Naturales de la Universidad Nacional de Irlanda (Galway). Sin embargo, la victoria nunca est¨¢ asegurada. Siempre puede llegar un macho a¨²n m¨¢s grande que expulse al otro, lo suplante y empiece a copular con la hembra.
Algunas hembras, en funci¨®n de la especie, tienen varios sitios en los cuales el macho puede depositar su esperma: cerca de la salida del oviducto y cerca de la boca, por el recept¨¢culo seminal de la membrana oral. Esta morfolog¨ªa curiosa les permite tener huevos de machos distintos. Los calamares llamados sneakers (los machos m¨¢s p¨ªcaros) son los que aprovechan esta caracter¨ªstica curiosa. Estos ejemplares son del mismo tama?o que la hembra y desprenden un color parecido a ella por lo que el macho dominante, que hace guardia, no les percibe como amenaza. Sin embargo, estos peque?os animales se acercan a la hembra e inoculan su esperma en la zona de reproducci¨®n oral gracias a una c¨®pula ¡°cabeza con cabeza¡±, relata Fern¨¢ndez-?lvarez. Todo esto, sin que el consorte se de cuenta.
Poliamor por las ramas
Los calamares y las sepias no son los ¨²nicos en acumular parejas sexuales. En el mundo de las aves, la poligamia existe m¨¢s de lo que se cree. Desde los noventa, gracias a la gen¨¦tica, los cient¨ªficos han demostrado que algunos p¨¢jaros socialmente mon¨®gamos tienen c¨®pulas en el exterior del nido para asegurar una buena descendencia. El objetivo es encontrar la mejor hembra o el mejor macho para reproducirse con calidad. Es lo que cuenta Elisa P¨¦rez Bad¨¢s, investigadora en la Universidad de Groningen (Holanda) y principal autora de un estudio publicado en la revista Evolution sobre el comportamiento de los herrerillos, una especie peque?a con un plumaje azul y amarillo muy llamativo.
Estos p¨¢jaros tienen un ritmo de reproducci¨®n muy alto, de unos ocho o nueve polluelos por a?o, y pueden ocuparse de hasta 16 hijos en un solo nido. La vida sexual de esta especie fuera de esta ¨¦poca es muy tranquila, incluso inexistente. ¡°Es una inversi¨®n tan fuerte el ocuparse de sus hijos que el resto del a?o est¨¢n m¨¢s calmados, buscan alimento y descansan para recuperar todo lo que han perdido. Mudan su plumaje para estar guapos a la primavera siguiente¡±, cuenta Bad¨¢s. Tanto el macho como la hembra, si no est¨¢n satisfechos con la calidad de los huevos o si ven a otro con un plumaje m¨¢s vistoso, pueden cambiar de pareja. ¡°Pero en general es la hembra la que va a revolotear en busca de un macho, del m¨¢s guapo, del que tenga el mejor territorio y ah¨ª construir¨¢ su nido¡±, a?ade la experta.
El canto del impostor
Las ranas y los sapos utilizan el sonido para atraer a las hembras. Ellas se dirigen hacia el ejemplar con los cantos m¨¢s potentes o frecuentes, se?ales de la buena calidad de los genes del macho. Una cosa curiosa que destaca Ignacio De la Riva, investigador experto en anfibios del Museo Nacional de Ciencias Naturales del Consejo Superior de Investigaciones Cient¨ªficas, es que, en determinadas especies, existen los ¡°machos sat¨¦lites¡± que se aprovechan de las cualidades musicales de los otros. En lugar de gastar energ¨ªa cantando, estos ejemplares se quedan callados cerca de otro macho que emite sonido. Cuando la hembra se acerca, la intercepta e intenta aparearse con ella.
Piedra, papel o tijera
La lagartija de turbera, el reptil con la mayor distribuci¨®n terrestre mundial, juega a piedra, papel o tijera, seg¨²n un estudio publicado en la revista Biological Science. Patrick Fitze, uno de los autores del trabajo e investigador en el MNCN-CSIC, explica que la especie se divide en tres colores determinados por los alelos (naranja, amarillo y blanco) y cada uno tiene su territorio. Para la hembra, lo m¨¢s interesante es aparearse con el color menos frecuente para que sus hijos no tengan que competir con el resto de las lagartijas del mismo aspecto. Si la mayor¨ªa son naranjas, ir¨¢ a por el amarillo, cuando el amarillo se multiplique, ir¨¢ a por el blanco y, luego, de nuevo a por el naranja. Y el juego vuelve a empezar, una y otra vez. En esta especie tambi¨¦n existen machos sneakers que se introducen en el territorio del otro para aparearse con las hembras. ¡°Lo hemos llamado piedra, papel o tijera porque cada ejemplar puede elegir qu¨¦ estrategia utilizar aunque lo determine su gen¨¦tica¡±, explica el investigador.
Las estrategias de los animales para conseguir reproducirse son numerosas y muy variadas. La lista es larga. Pueden ocurrir tambi¨¦n c¨®pulas forzadas, aunque poco comunes, como lo hace el gato, que utiliza las espinas de su pene para arrastrar y retirar el esperma del macho anterior, cuenta Elisa P. Bad¨¢s. ¡°En el mundo animal, todos hacen lo posible para que sea su esperma el que llegue al ¨®vulo de la hembra¡±, concluye.
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