La Espa?a franquista y la politizaci¨®n de la OMS

La crisis del coronavirus ha puesto la OMS en el centro de atenci¨®n mundial, pero durante las ¨²ltimas semanas se ha convertido en el foco de una gran batalla pol¨ªtica. Desde el comienzo de la crisis la organizaci¨®n ha sido atacada por conservadores estadounidenses, que han criticado la supuesta deferencia de la OMS al gobierno chino. Estos ataques han sido recogidos por Donald Trump, que anunci¨® que el gobierno de EE UU dejar¨¢ de financiar a la OMS a partir de este mes. Su decisi¨®n ha sido criticada por gobiernos y expertos de todo el mundo. El Dr. Tedros Adhanom Ghebreyesus, director general de la OMS, ha implorado a los l¨ªderes mundiales que dejen de ¡°politizar¡± su trabajo.

Para entender por qu¨¦ la OMS se ha vuelto tan pol¨ªticamente controversial, tenemos que examinar la historia de la organizaci¨®n.

En 1946, un grupo de expertos se reuni¨® en Par¨ªs para hacer planes para una nueva Organizaci¨®n Mundial de la Salud. Todos compartieron una idea clave: que el nuevo organismo deber¨ªa ser ¡°apol¨ªtico¡±. Muchos de ellos hab¨ªan trabajado con el predecesor de la OMS, la Organizaci¨®n de Salud de la Liga de las Naciones, que hab¨ªa sido da?ado por el fracaso de la Liga en la d¨¦cada de 1930. Para evitar el mismo destino, sostuvieron que la OMS deber¨ªa ser independiente de la ONU (la raz¨®n por la cual no se llama Organizaci¨®n de las Naciones Unidas de la Salud), que deber¨ªa ser un organismo puramente t¨¦cnico por encima del conflicto pol¨ªtico, y que cada pa¨ªs deber¨ªa ser un miembro. El primer director general de la OMS anunci¨® una nueva era de cooperaci¨®n sanitaria mundial que unir¨ªa ¡°a todas las personas del mundo".

El r¨¦gimen de Franco consider¨® la salud global como manera de demostrar el compromiso del r¨¦gimen con el humanitarismo y la ¡°justicia social¡±

Como demuestra la crisis actual, sus esperanzas no se hicieron realidad. Si queremos entender las razones para este fracaso, tenemos que examinar una de las primeras controversias pol¨ªticos que enfrent¨® la organizaci¨®n: el debate sobre la participaci¨®n de la Espa?a de Franco.

Al final de la Segunda Guerra Mundial Espa?a estaba aislada, enfrentando un boicot diplom¨¢tico y cuestiones internacionales sobre una intervenci¨®n militar para derrocar al r¨¦gimen de Franco. Pero muchos expertos sanitarios internacionales afirmaron que Espa?a deber¨ªa ser parte de la OMS, incluso si estaba excluida de las Naciones Unidas. Las enfermedades infecciosas, al fin y al cabo, no respetan las fronteras nacionales ni las ideolog¨ªas pol¨ªticas.

El apoyo para la participaci¨®n espa?ola vino tambi¨¦n de expertos con antecedentes pol¨ªticos de izquierda que hab¨ªan apoyado a los republicanos durante la Guerra Civil espa?ola. De hecho, el ¨²nico experto espa?ol que trabaj¨® para la OMS durante sus primeros a?os fue el ex embajador de la Rep¨²blica en Mosc¨², Marcelino Pascua.

La decisi¨®n de excluir a Espa?a se tom¨® en la conferencia internacional celebrada para acordar la constituci¨®n de la OMS en 1947. Espa?a recibi¨® el apoyo de muchos expertos internacionales y varios pa¨ªses latinoamericanos. Pero otros delegados atacaron el r¨¦gimen de Franco, compar¨¢ndolo con la Alemania nazi y llamando la atenci¨®n a las acciones de la Divisi¨®n Azul durante la guerra mundial.

La pol¨ªtica mundial sigui¨® afectando el funcionamiento de la OMS. Las grandes potencias se aseguraron de que los gobiernos mantuvieran el control de su trabajo y presupuesto

A pesar de la exclusi¨®n de Espa?a, la controversia sobre su participaci¨®n continu¨®. El r¨¦gimen de Franco consideraba la afiliaci¨®n a la OMS como base de partida para la respetabilidad internacional y su entrada a la ONU. Tambi¨¦n consider¨® la salud global como manera de demostrar el compromiso del r¨¦gimen con el humanitarismo y la ¡°justicia social¡±, a pesar de la represi¨®n y el hambre que hab¨ªa sufrido el pueblo espa?ol desde la guerra civil.

Espa?a fue admitida en la OMS en 1951. Al dirigirse a la Asamblea Mundial de la Salud, el Director General de la Sanidad, Jos¨¦ Palanca, elogi¨® el compromiso del r¨¦gimen de Franco con el "trabajo sobre bienestar, el humanitarismo y la salud", y critic¨® los pa¨ªses que hab¨ªan usado las "diferencias pol¨ªticas" como excusa para excluir a Espa?a. Pero, de hecho, la entrada de Espa?a fue en gran parte el resultado de cambios pol¨ªticos al nivel mundial, principalmente la escalada de la Guerra Fr¨ªa que hab¨ªa silenciado muchas de las cr¨ªticas internacionales al r¨¦gimen de Franco.

Solo cuatro a?os m¨¢s tarde, Espa?a hab¨ªa sido admitida en la ONU y el r¨¦gimen de Franco se hab¨ªa convertido en un miembro m¨¢s o menos aceptado de la comunidad internacional.

La falta de independencia financiera por la OMS significa que las grandes potencias como los Estados Unidos pueden causar da?os instant¨¢neos al retirar fondos

Mientras tanto, la pol¨ªtica mundial sigui¨® afectando el funcionamiento de la OMS. Las grandes potencias se aseguraron de que los gobiernos mantuvieran el control de su trabajo y presupuesto. Ciertos pa¨ªses fueron excluidos o retirados por razones pol¨ªticas, como los pa¨ªses del bloque socialista en los a?os cincuenta. Y sus proyectos iniciales, particularmente con enfermedades como la poliomielitis y la viruela, fueron marcados por las tensiones de la Guerra Fr¨ªa.

Los legados de estos problemas se pueden ver en la crisis de hoy. Taiw¨¢n ha tenido que luchar contra la pandemia sin estar miembro de la OMS como resultado de la oposici¨®n pol¨ªtica de China. La falta de independencia financiera por la OMS significa que las grandes potencias como los Estados Unidos pueden causar da?os instant¨¢neos al retirar fondos.

El deseo de esos expertos en 1946 de crear una OMS ¡°apol¨ªtico¡± fue admirable: hoy podemos entender bien c¨®mo el conflicto pol¨ªtico puede impedir la lucha contra la enfermedad. Pero el fracaso parcial de su visi¨®n tambi¨¦n nos dice algo importante. La salud mundial siempre est¨¢ mezclada con la pol¨ªtica mundial, y debemos enfrentar el hecho de que el trabajo de organizaciones como la OMS continuar¨¢ siendo ¡°politizada¡±.

David Brydan es profesor de Historia de las Relaciones Internacionales Modernas en King¡¯s College en Londres.

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